El amor cruza todo tipo de fronteras, estereotipos, reglas e incluso estructuras. Pero, ¿eso lo hace diferente?, ¿qué hace al amor diferente?, ¿hay acaso un estándar predeterminado que hace a unxs de un modo y a lxs demás de otro?, ¿en realidad no existe la diferencia en el amor?, ¿todxs amamos igual?

Primero, el contacto con las emociones

Al paso de los días asumimos una rutina compuesta por el trabajo, la escuela, alimentación, aseo de nuestro cuerpo y el hogar. Se intenta llevar una vida organizada, con decisiones de qué acción hacer primero y cuál después. ¿Cómo se obtiene una pausa y un escape de la vida?

Los sentimientos, más allá de ser las emociones que experimentamos, son respiros del alma y el cuerpo. Son la sensación que nos hace sentir vivos y libera del entorno, pero también puede encadenar a la rutina. La vida tiene algo que los demás no; una estructura. Se crece en un modelo estandarizado que da la sociedad, compuesto por las características culturales y las expectativas históricas; como el lenguaje, la nacionalidad, la manera de reaccionar a los problemas y, sobre todo, el amor.

Pero algo tenemos tienen en común, y es que contamos con esa racionalidad de expresión sentimental, se sabe cómo interpretar y proyectar emociones más allá de lo que siente el corazón.

Resulta imposible someter la sensación que brota del pecho y no de la mente, las emociones siempre van a ser la sensación más pura, podemos esconderlas, pero siempre serán testigos de nuestra auténtica alma.

¿Cómo sé que es amor? 

El sentir es algo muy independiente de una persona, se expresa lo que se siente de distintas maneras, se asimila diferente y se percibe de muchas otras formas. Uno de los sentimientos más alucinantes, es el amor. Es de los primeros que se conocen y que se experimentan, este abre las puertas a los demás, es la sensación más apasionante que el ser humano puede llegar a experimentar sin buscarlo.

Existen cientos de maneras de sentir, miles de dialectos para proyectarse y millones de modos de interpretarse. La historia y la ciencia trata de explicar y comprender cuántos tipos de amor hay, como se clasifican y las características que tienen, pero, ¿por ser diferentes se sienten distintos?

¿La identidad de género repercute en cómo nos amamos? 

Ya que todos proyectan un querer diferente, ¿el género influye en algo?, ¿una mujer puede amar más que un hombre?, ¿un hombre puede amar más que una mujer?, ¿a caso el amor se mide en género?, ¿podemos delimitar el amor a un género?, ¿sometemos al amor a estructuras sociales o biológicas?

El dilema del amor en los géneros ha sido un tema de estudio social que a trascendido por el mundo. Existe una necesidad dentro de las comunidades por establecer el amor como un solo modelo, de olvidar que es un sentimiento de libertad para convertirlo en solo una regla más del sistema. Durante años, las incógnitas más complejas han permanecido sin respuesta:  ¿qué límites tiene el amor, y, tan siquiera existen estos límites?

El amor se ha manchado de estereotipos. Las personas lo han ocupado para imponer roles, para decir que está bien y que está mal, que es normal y que no lo es. Se ha tachado la diversidad como algo no natural a todo aquel alejado de la norma.

Pero se ha olvidado el verdadero significado de este, la pureza que representa, es la ventana de nuestra alma, y el hecho de ser la sensación más inaudita que las personas pueden expresar sin control alguno. Entonces si el amor es sinónimo de libertad ¿Por qué crear reglas? Mujeres y hombres tienen igualdad emocional, ambos pueden demostrar y manifestar el amor de la misma manera, tienen los mismos derechos a amar y ser amados con intensidad, porque el amor es la fuerza que ni la sociedad, la política, las ideologías, los prejuicios o estereotipos pueden dominar.

El amor es para todos, no tiene fronteras, por eso se siente como un suspiro de frescura, es la parte más transparente de nuestro ser, no sometamos algo que nació para ser libre.

¿Qué quiero expresar?

Mi propósito con este texto es cuestionarnos la forma en que traducimos el amor en nuestras vidas, cómo lo expresamos con palabras, acciones y pensamientos que nos llevan a una interpretación personal, y que más allá de las diferencias este sentimiento traduce nuestra naturaleza.