Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán
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Me he sentido perdido tanto tiempo… ¿Cómo no sentirme así? El mundo está en aceleración constante; uno debe estudiar o trabajar, no está permitido el descanso a menos que tengas los suficientes recursos para sobrevivir sin problema alguno. Siento que el tiempo se me va y no lo puedo alcanzar, creo que la mayoría de las personas de mi generación se sienten así, por eso el arte de mis congéneres habla de esas inquietudes, por eso el álbum debut de Nsqk resonó tanto en mí.
Fue en una lejana madrugada del 2021 cuando descubrí la música del artista regiomontano cuyo nombre artístico a primera vista resulta bastante peculiar. ¿Nsqk? ¿Cómo diablos se pronuncia eso? “Se pronuncia nesquik” anota el cantante en cada una de sus redes sociales.
En medio del insomnio, su EP Botánica sonaba a todo volumen en mis audífonos. Me cautivó al instante su particular mezcla de EDM, bedroom pop y rap: nunca había escuchado algo así, me voló la cabeza. Me convertí en su fanático esa misma noche. Después de aquella madrugada, estaba siempre al pendiente de cualquier novedad, sentía que su música representaba todo aquello que pensaba pero que no sabía cómo decir, Nsqk hablaba por mí. Él me entendía; la tristeza y soledad que noche tras noche me atormentaban en los años de encierro por la pandemia, la desesperación por sentir que mi juventud se había perdido, mis mayores demonios que oculté tras máscaras de felicidad… él las expresó como yo jamás pude.
Pasó el tiempo, después de agonizantes meses de espera, Nsqk lanzó al mundo entero su primer material de larga duración: ROY. Los sencillos previos no me prepararon lo suficiente para el golpe emocional (en el buen sentido) que ese álbum me provocaría.
Son doce canciones las que conforman el ansiado disco debut, 40 minutos de catarsis pura y dura en donde Rodrigo Torres (el nombre verdadero de Nsqk) expone los demonios y las inquietudes que lo atormentaron en épocas difíciles de su vida, por obviedad, conecté al instante: “A los 17 me quise matar y no lo logré, a veces pregunto si fue por cobarde o fue por azar” ese verso retumba en mi cabeza aún hoy en día, me toca las fibras más profundas de mi joven corazón.
Canciones como “Moldes” o “El Tiempo que necesites” se han vuelto mi colchón en los momentos difíciles, mi luz en la oscuridad que en ocasiones me invade. Está bien equivocarse, está bien volver a empezar, somos almas jóvenes y tenemos una vida por delante, errores y aciertos nos esperan ¿para qué apresuramos?
En “Antagonista” hay un verso que dice: “Nunca soy el bueno de ninguna historia, angel derrotado, caigo de su gloria, no estaré mañana”. Yo me llamo Ángel y en ocasiones me siento como un ángel caído, por eso siento que Nsqk me canta a mí y a muchos más. Él nos canta a los ángeles caídos.
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