En el marco de su trigésimo quinto aniversario, el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH), a través del Programa de Investigación Feminista y de la Cátedra Internacional Marcela Lagarde y de los Ríos, celebraron el evento conmemorativo 20 años del Caso del Campo Algodonero en Ciudad Juárez, Chihuahua, en el cual no sólo se evocaron los hechos acontecidos en aquel entonces, sino en las acciones tomadas para llevar este caso a nivel internacional.

Dicho evento coordinado por Jahel López Guerrero, contó con la participación de la presidenta de la Red de Investigadoras por la Vida y la Libertad de las Mujeres, Marcela Lagarde y de los Ríos; Andrea Medina Rosas como consultora independiente, Paula Flores Bonilla de la Fundación María Sagrario González Flores, Benita Monarrez Salgado de Integración de Madres por Juárez, Yerid López Barrera de Topías. Grupo de Formación Feminista Lagardiana, Patricia Ravelo Blancas del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) y Susana Leticia Báez Ayala de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ).

El evento abrió con las voces intercaladas de Ravelo Blancas y Báez Ayala, quienes recordaron al público los hechos acaecidos en Campo Algodonero, aludiendo a los diversos testimonios de feminicidios que conformaron este acontecimiento de manera cronológica.

A su vez, la antropóloga Lagarde y de los Ríos abrió su ponencia con antecedentes internacionales sobre movimientos de protesta en contra de la violencia hacia las mujeres, tomando como ejemplo a Me Too; asimismo, reconoció el valor de familiares, amistades y mujeres que sufrieron algún tipo de coerción en Campo Algodonero y agotaron los recursos de denuncia contra estos hechos, evidenciándolos en sitios internacionales como la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

“Este proceso de 20 años consistió en esfuerzos, presencias, actividades, congresos, foros, reuniones, búsqueda de pruebas, tocar puertas por parte de familiares y amistades; además de nuevas generaciones de feministas con la convicción de decir: ¡ya basta! “, puntualizó Lagarde y de los Ríos.

Posteriormente, mencionó que la sentencia de Campo Algodonero “fue histórica”, ya que es el primer dictamen que hace un organismo internacional al considerar culpable a un Estado miembro de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y de la CIDH; además, destacó el origen de la palabra “feminicidio” para involucrarla dentro de una visión política de la violencia de género contra mujeres y niñas, así como construir un estado democrático basado en el respeto para los derechos humanos de todas y todos.

La ponencia de la abogada Andrea Medina Rosas, versó sobre tres ejes fundamentales: el tiempo, los procesos y lo hecho por las nuevas generaciones en el activismo de los derechos de las mujeres a una vida libre de violencia.

El primero de estos consistió en resaltar el logro de los recursos e instrumentos de los que se hicieron, para dar soluciones a esta problemática y, a 20 años de Campo Algodonero, hacer que el gobierno y la sociedad trabajen en conjunto para dar resultados favorables a las partes afectadas.

El segundo eje trató de los obstáculos e intentos de desprestigio hacia todas las personas involucradas en los procesos de esclarecimiento, y la labor de continuar colaborando con las familias víctimas de estos sucesos.

En el tercer punto, invitó a reflexionar a las nuevas generaciones sobre en qué momento se comenzó a exigir desde la violencia, por desacreditar el logro de otras debido a que no es el feminismo que ella conoce.

“Todo lo que hemos logrado, fue transformando la furia y la rabia en algo positivo, en algo que nos da vida y potencia. No destruimos, no ejercemos violencia contra otras y no olvidamos de dónde venimos”, dijo Medina Rosas.

Asimismo, Flores Bonilla y Monarrez Salgado relataron los hechos de la desaparición de sus hijas: María Sagrario González Flores y Laura Berenice Ramos Monarrez, ambas víctimas de feminicidio; además, narraron las diferentes irregularidades que experimentaron por parte de las autoridades para saber si los cuerpos hallados eran o no de las jóvenes.

Monarrez Salgado relató las diversas amenazas sufridas en su contra, instigándola a reconocer el cuerpo de otra persona como el de su hija, lo que la orilló a pedir asilo político en Estados Unidos para resguardar su vida y continuar con la búsqueda.

Por su parte, Flores Bonilla refirió que los análisis de ADN practicados al cuerpo encontrado en Valle de Juárez presentaron resultados contradictorios, ya que el primero fue negativo entre parentesco, y el segundo estudio, aunque reportó positivo, no hubo documentación que lo ratificara; además, evidenció cómo las autoridades les ofrecieron llegar a algún trato “benéfico” para ambas partes, con tal de dar por terminadas las investigaciones, a lo cual, ellas se negaron rotundamente.

Por último, la antropóloga López Barrera presentó su trabajo de casi 10 años de experiencia en aproximaciones teóricas y científicas desde su perspectiva feminista hacia las mujeres indígenas, en el cual, propone una forma creativa y sensible de observar, analizar y abordar la cultura de este sector, a través de la erradicación de la misoginia, el racismo, la discriminación y la opresión basada en el rechazo hacia las mujeres por su ideología.

Revive el evento en: www.youtube.com/watch?v=z1SHj9joJIQ&t=13s