Facultad de medicina
Facultad de medicina
A
Nací dentro de una nuez, pequeñito, amarrado, a la espera de un futuro incierto, donde lo cierto es que soy de lluvia y de cartón.
El mundo está repleto de pobres diablos.
Encuentro mi lugar.
Navegante desorbitado.
En mi suelo que es de nadie, quiero plantar un porvenir. Anuncio mi pelea en contra de lo absoluto. Entrego mis ruinas al viento. Hoy hay guerra, se vale todo.
Quiero pasar desapercibido, me adelanto a las casualidades, dejo mella en la curiosidad. Me aferro al sentimiento palpitante de una guardia más amena. Salgo al universo y la dimensión en llamas me secuestra, soy intruso. Me vuelvo uno con la eternidad, los segundos se cuentan con los dedos de los pies.
B
Quiero escribir a cada rato.
Se cocina un caldo de sensaciones revueltas.
Qué bien se siente estar entre las sábanas y el silencio, esto se parece a andar en bicicleta con rueditas.
Quiero quedarme solo a mitad del cosmos, estoy en contra de todos los hombres, contra la humanidad entera, con mi escudo de cristal y mi espada de grafito. Al margen del bien y el mal trazo una línea imaginaria para balancearme.
A veces soy el villano del cuento, para qué buscar fósiles debajo de mi cama si soy el diablo y lo sé por viejo.
C
Mi techo oscurecido está lleno de vocablos, habita en mí una sospecha de la realidad. Me pregunto si más allá de este mar pacífico los hombres cambian de nombre y se desaparecen. Yo no soy de mi terreno, ni puedo botar mi pasado al baúl de los recuerdos. Quiero tocar con el alma el otro lado de la esfera, romper las fronteras, caminar sobre el agua y prenderle fuego. Sigue latente el deseo de recortar el tiempo y enjuagarme con una pasión salvaje.
Juro solemnemente al reino de los sueños que pondré los pies sobre la tierra, tiraré abajo las murallas de mi pensamiento cobarde. Iré a buscar un amanecer menos rígido, desdoblaré al cielo, me arroparé con las nubes cargadas de tormento.
Ésta es una noche de verano y de infierno.
D
El tiempo a temperatura ambiente, a la izquierda guardo el improvisto que acaricio en las mañanas, a la derecha guardo la impaciencia de la brisa corregida.
El crepúsculo está en su punto para divagar entre el papel y la pluma.
Voy a escribir la marea de horas amargadas. Cuando se canse el alma, cuando despierte la palabra, cuando pierda la realidad entre suspiros.
La salvación es de carne y de venganza. Hoy el día se camina entre letra y verbo. Hoy se amanece en la madrugada muerta.
E
Este poema no es mío, con mi palma ciega trato de encontrarle forma al papel, destrozo la métrica, las rimas se inventaron para atormentarme. La cicatriz en mi diestra pudre la retórica.
Me vuelvo de piedra, yo no pertenezco a los pioneros del mañana.
Por: Adrián Mayorga Rojas
¿Qué pasaría si le confiamos la humanidad a la tecnología?
Por: Raquel Alducín Lira
Odio la vida adulta que dice que la vida no es una película
Por: Julio Reyes
Una obra maestra para reflexionar sobre nuestras acciones y su impacto en la sociedad