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En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
MART PRODUCTION
Valeria Athenea López Rojas

Valeria Athenea López Rojas

Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Vallejo

Me llamo Athenea y me gusta dibujar, escribir y tocar la guitarra

Mi mente también siente

Número 6 / AGOSTO - OCTUBRE 2022

Las historias que nos marcan en la infancia pueden servir de lección para alguien más… como la de este pequeño niño…

Valeria Athenea López Rojas

Valeria Athenea López Rojas

Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Vallejo

El error de un niño de 13 años fue no subirse correctamente el cierre de su pantalón, al no percatarse de eso, su playera de deportes se salió por el agujero de aquél, dando una apariencia de que traía el pene de fuera; en ese instante sus compañeros notaron el simple error y comenzaron a burlarse y a hacer bromas, acto seguido la prefecta llegó. Al darse cuenta de lo que estaba sucediendo, se llevó al niño a la dirección; estando ahí, llamaron a sus papás, quienes llegaron inmediatamente.

La directora y la psicóloga de la escuela, comenzaron a decir que el niño tenía tendencias de violador y asesino, que recomendaban llevarlo a terapia para dar seguimiento a desórdenes mentales; el papá, molesto, condenó y reprochó la actitud de la directora y de la psicóloga, pues sin ninguna prueba o datos verídicos estaban cuestionando a un niño inocente.

Al llegar a la casa, el padre le dijo a su hijo que no tenía esos problemas mentales, que él solo era un niño que necesitaba enfocarse en sus estudios y disfrutar su niñez, que siempre contaría con el apoyo de sus padres, que no temiera, pues su futuro sería muy prometedor. Pero esta situación le acarreó durante un corto tiempo depresión, sin saber bien qué error había cometido, pero ya se había sentido juzgado.

Así como esta historia hay muchas, donde sin fundamentos se llegan a satanizar a las personas por temas de salud mental. Para hablar de salud mental primero debemos definir qué es salud: según la OMS, es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. Si bien la definición menciona la salud mental, muchos pensarán que solo personas con trastornos de bipolaridad, esquizofrenia o demencia son las que no tienen salud mental.

Pero qué hay de las personas que sufren de depresión, angustia o ansiedad, que acaban de pasar por un trauma, un fallecimiento, un secuestro, un asalto en el transporte público, la ruptura con el primer novio, el divorcio (que últimamente, según los registros del INEGI en el 2020, por cada 100 matrimonios hay 27.6 divorcios), el bullying que se da a nivel escolar e incluso laboral (según los registros, al finalizar el 2021 se registraron 180,000 casos graves de bullying y ciberbullying), la pandemia (según la OMS durante el primer año de pandemia, la depresión y la ansiedad incrementó un 25%, incluyendo a los médicos, quienes estuvieron dando su mayor esfuerzo para poder salvaguardar la salud de los ciudadanos); niños que llevan armas a la escuela con la finalidad de matar a sus compañeros y maestros por posible bullying (como el tiroteo en una escuela de Monterrey el 18 de enero del 2017); estos hechos, ¿son aislados? ¿O todos contribuyen? Esto es un claro ejemplo de cómo en la infancia y en la adolescencia se comienza a manejar, por medio de la palabra, la manipulación mental; las palabras lastiman mentalmente, como cuando de niños nos llaman tontos por no entender algún tema, esto se queda en el subconsciente.

¿Realmente existe alguna persona que esté bien en cuestiones de salud mental? Conozco incluso psicólogos que van al psicólogo. La pregunta es: ¿conocemos nuestros límites y no solo físicos sino mentales? ¿Sabemos realmente qué es salud mental?

En lo personal, la salud mental debe ser un derecho, que incluso se encuentra en la constitución mexicana en los artículos 72 al 77. En el artículo 72 se define como: “Para los efectos de esta Ley, se entiende por salud mental el estado de bienestar que una persona experimenta como resultado de su buen funcionamiento en los aspectos cognoscitivos, afectivos y conductuales, y, en última instancia el despliegue óptimo de sus potencialidades individuales para la convivencia, el trabajo y la recreación”. En estos artículos se dice incluso quénes son los encargados de salvaguardar y hacer cumplir la ley. Pero cuántos de nosotros conocemos que este derecho existe en la constitución.

La mayoría de la gente considera que está sana, solo va al médico cuando tiene una afección física pero no sabe que las afecciones mentales tambien pueden ser una enfermedad o un trastorno.

Muchos problemas de salud mental están relacionados con expresar ideas, por miedo a ser criticado con insultos, por eso los niños que están en un proceso de aprendizaje y que ya han tenido la experiencia de no poder expresar su incomodidad por la manera en que se les trató, ya no vuelven a intentar expresarse, por los daños que se les causó psicológicamente; no participan en clase probablemente por miedo a ser tachados, o los que no hablan con sus papás cuando tienen problemas de acoso, bullying o algo más delicado, como los abusos sexuales.

Esto le sucedió a una de mis mejores amigas, que llegó a expresar que su padrastro la tocaba, pero ya no volvimos a escuchar nada de eso por que su madre la tomaba por tonta y mentirosa, por amor a su pareja; unos años después, en la secundaria, volvimos a saber de ella, al parecer su padrastro siguió con los abusos y no paró hasta que ella huyó con su padre biológico. Ahora es una jovencita con ansiedad, desconfiada, tímida, que pasa los días tratando de dar a conocer lo que piensa y siente, sabiendo que muchas veces no la van a tomar en cuenta.

¿Dónde comienzan los problemas mentales? ¿En la familia, en la escuela, en el trabajo o con la sociedad?

Considero que la salud mental, la detección y la atención, comienza en la casa, con los padres quienes dictan las normas con las que deben de vivir, donde las simples palabras de aliento y motivación, o incluso las palabras mal intencionadas (eres un inútil, un estúpido, no sirves para nada, no llegarás a ser alguien) pueden condicionar nuestro comportamiento más adelante, formar lo que llamamos carácter; pero no solo se queda ahí, en la escuela los maestros nos dictan y nos terminan de formar para bien o para mal. Si bien considero que parte del daño de la salud mental se da en la escuela, pues no se nos enseña a tomar decisiones propias o pensar por nuestra cuenta, las tareas se hacen copiando y pegando sin analizar la información, aprender de memoria, donde las emociones, sentimientos, pensamientos internos, conocimiento de uno mismo, pasan desapercibidos y nos volvemos solo máquinas, diseñadas para repetir un ciclo sin fin. Todo este mal puede continuar incluso en el trabajo, donde más que empleados llegamos a ser solo obreros que no tienen permitido pensar, sentir, soñar, opinar, desarrollarse mentalmente, los obligan a solo seguir las reglas internas de la empresa; existen los famosos PNO’S (Procedimientos Normalizados de Operación), que básicamente nos vuelven máquinas. Sé que no pasa en todas las empresas, pero es algo real,por algo existen los famosos médicos del trabajo, área de recursos humanos o incluso los psicólogos laborales, quienes ayudan a los empleados a superar los problemas emocionales.

El problema no termina aquí, desgraciadamente la moda va ligada mucho al capitalismo y consumismo, nos hemos vuelto presas de una sociedad que manipula nuestro pensar, nuestro sentir e incluso nuestra toma de decisiones. Como ejemplo están los comerciales, anuncios, espectaculares o propaganda, diciéndonos qué vestir, qué perfume usar, por quién votar.

Por si esto fuera poco, la salud mental se ha vuelto moda en todos los aspectos, vemos cómo hay épocas donde, a lo largo de la historia, salen técnicas para poder ayudar a las personas en su salud mental, está el yoga, las escuelas de metafísica, inteligencia emocional, neurociencia y actualmente el mindfulness, sin embargo, se han vuelto también muy lucrativas. Los cursos requieren de una cuota para poder obtenerlos, se venden libros a precios excesivos y prácticamente quien tiene la solvencia económica puede tener ese acceso. Se necesita pagar para poder recibir algo que se supone está marcado como uno de nuestros derechos, que deberíamos tener totalmente gratuito.

Quisiera cerrar con una historia personal. A la edad de 8 años, mis papás me inscribieron a un curso de gimnasia rítmica, me gustaba mucho poder danzar y estar con mis amigas. Un día llegó una maestra interina a la escuela, la cual me comentó que, por una afección de nacimiento en los dedos del pie, no podría estar en su clase, que ese arte solo lo realizaban las personas completamente sanas y que, por esa misma razón, no me merecía recibir premio como mis demás compañeras. Ellas se quedaron calladas, porque pocas sabían el problema de mis pies, la única que volteó a verme, me desconoció con la mirada, causando que rompiera en llanto. Al terminar la clase salí llorando, no fue hasta que llegué a la casa que les comenté a mis papás lo que había sucedido. Al día siguiente acudí de nuevo, mi papá me acompañó para reclamar a la maestra, ya que no fue correcto lo que hizo, sin embargo, ya la habían corrido. No podía dejar de llorar; mi mamá, preocupada por mí, puesto no era normal ver a una niña deprimida, con desconfianza y tímida, me motivó a continuar haciendo lo que me hacía feliz, no importaba la forma de mis pies o el tamaño de mis dedos, me dijo que siempre podría salir adelante y que mi grandeza no se compararía con la de nadie. Eso me ayudó bastante, esas palabras me reconfortaron, saber que venían de mi mamá me daban más fuerzas. Recuerdo que mi papá me contó una historia acerca de cuando tenía 13 años, la cual, como lección, me enseñó que no importa lo que digan los demás, lo que piensen de uno, lo que critiquen de uno, mientras uno tenga a las personas correctas en el momento correcto y nuestra mente sea lo suficientemente fuerte y sobre todo segura de lo que somos, lo que queremos y deseamos, todas las cosas negativas pasarán desapercibidas y se nos resbalarán como mantequilla. Y sí, en efecto, porque ese niño de al principio es mi papá.

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Mi mente también siente

Una respuesta

  1. Excelente tema para reflexionar y tomar consciencia de la salud mental, ya que nadie habla de estos temas y mucho menos se le da la importancia que tiene. Es un artículo de suma importancia y ojalá todo mundo atendiera y le diera la importancia a lo que es LA SALUD MENTAL.

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