En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
GABRIELA PÉREZ MONTIEL / CUARTOSCURO.COM
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Lizeth Carrera Vite

Escuela Nacional Preparatoria 9, Pedro de Alba

México duele

Número 3 / OCTUBRE - DICIEMBRE 2021

“Me cansé de afligirme ante las desgracias de mi país. Si bien aún no tengo la credencial para elegir a mis representantes, me doy cuenta de las necesidades de mi pueblo.”

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Lizeth Carrera Vite

Escuela Nacional Preparatoria 9, Pedro de Alba

Que difícil es hablar de México. Lugar donde los sueños son arrebatados con ferocidad, donde las niñas salen con miedo, donde la marginación está presente por doquier y si sales a las calles a exigir igualdad y justicia te asesinan.

Lo amo, pero soy crítica de él. Porque me harté de leer la crónica una vez más y darme cuenta que la misma historia se repite, no quiero retornar a esos tiempos de antaño. No quiero seguir haciendo intentos infructuosos de cambio, me cansé de afligirme ante las desgracias de mi país, si bien aún no tengo la credencial para elegir a mis representantes me, doy cuenta de las necesidades de mi pueblo, de la gente humilde, de los pobres, que todos los días salen a buscar pan y solo encuentran migajas.

Así es México, el poder se centra en el gobierno y las cifras de homicidios van en aumento. Además de todo se vive una situación de marginación extrema, muchos cuentan con las capacidades, pero no con las oportunidades, he ahí una vaga atención a la educación.

A su vez el feminismo, un tema actual cuyo objetivo es la erradicación del machismo, así como una feroz hambre de equidad. Diariamente miles de mujeres son asesinadas con atrocidad sin dar seguimiento a su caso, quedando solo el dolor y la tristeza de aquellas familias rotas, ahogadas en desesperación.

Es importante excluir la idea de que ‘‘es una moda’’. Mucha gente defiende esta postura y considera gran parte de sus actos y protestas un albedrío. No es una moda que diariamente sean asesinadas 10 mujeres según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI); y mucho menos lo es alzar la voz. Aclaro que no soy feminista, sin embargo, parte de sus propuestas concuerdan con mis demandas.

Ahora bien, si hay la existencia de documentos que su labor es reconocer los derechos, dentro de los cuales se encuentra la igualdad: ¿por qué se les niega a tantos? y ¿por qué existe el feminicidio? Un ejemplo más de la arbitrariedad en México. Es verosímil reconocer la realidad que vivimos, pero es de cobardes no tomar cartas en el asunto.

Lastimosamente, la gente no se da cuenta. Son pocos los que tienen fe y son menos los que prevalecen, pocos son los que guardan la esperanza de que aún podemos enmendar los errores.

Figuramos ser náufragos en medio de un inmenso mar, sin rumbo fijo, sin mejoras, convirtiendo los días de oportunidad en monótonos, y es que tenemos las herramientas, tenemos el derecho, solo hace falta lanzarse adelante, sublevar, porque de eso se trata la vida, de lanzarse a aquello que tememos. Jamás dejemos que el miedo se vuelva un limitante que obstruya nuestro objetivo. Y no te hablo de usar la fuerza contra el gobierno, te hablo de la palabra, del diálogo y de la empatía. Así como lo dice la columnista Denise Dresser: ‘‘exhibirlos no implica añorar el pasado, sino encarar el presente y exigir un mejor futuro’’

Cuando los jóvenes entiendan que el objetivo no es cambiar a las personas sino empezar por uno mismo, comenzarán a presenciar las transformaciones de un México seguro, un México diligente, un México justo; cuando llegue ese día, me invadirá el regocijo de satisfacción. Porque yo creo en nosotros y en un mejor futuro.

Voy en busca del sendero de la justicia, voy en busca de una transformación, drástica y duradera, no basta solo con tomar conciencia, necesitamos acción, a través de la exigencia y la protesta pacífica.

Nuestro país, sublime, exuberante de flora, fauna y con un himno representativo. Al indagar dentro de él te enamorará, especialmente de su gastronomía, cultura y sobre todo su pueblo. Porque, aunque tiene defectos, me siento orgullosa de formar parte de él, de nuestras tradiciones, costumbres y lengua, somos una nación única y excepcional.

No te entristezcas si el progreso es lento lo más importante es el inicio, el intento. No dejemos que la inconsciencia humana nos ciegue la vista a una nueva y preciada vida. Y por favor no te quedes ahí cruzado de brazos, México nos necesita.

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