Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán
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Cuando se habla de amor no se puede tener exactitud de lo que se quiere expresar, es complejo y a la vez hermoso entender de qué forma cuatro letras esconden tanto entre sus expresiones: para muchos desgracia, para otros dulzura; el dolor más grande que existe o el milagro más hermoso que aún persiste. En idea propia es una catarsis inigualable, si bien como el propio término lo indica libera al ser de una manera inapelable por el resto de su vida, de manera positiva o negativa según sea el caso, ya que en sus aristas está causar destrucción a costos muy altos o en el mejor de los casos devolver la esperanza en medio del ciclón más aterrador.
Pensar en amor de inmediato me sabe a café, aquel que cada mañana he tomado en el desayuno acompañada de mi madre mientras platicamos nuestros pensamientos y problemas del día, huele a lluvia pues me recuerda todas esas ocasiones que sin importar clima o lejanía mi padre me acompaña, llevándome de su mano y cobijándome entre sus manos, suena a risas, esas carcajadas que en cada charla y travesura con mi hermano puedo explayar sin miedo, y luce como aquel chico de 19 años que sin miedo me regaló una sonrisa, y me atrapó en cada pliegue de la misma. Ese chico que con la brillantez de sus ojos claros, enormes, cafés, llenos de pureza, cambió el rumbo de mi vida, abrió nuevos horizontes a lo que conocía de la vida y mejoró el significado de la palabra AMOR.
El amor también se ve reflejado en la composición natural del ser humano, pues si lo explicamos químicamente hablamos de la combinación precisa de la serotonina, con dopamina, y otras hormonas idealmente potenciadas. Así es estar contigo, una perfecta compostura que mientras acelera mi corazón inyecta paz en mi realidad, el cálido abrazo de tu presencia es gratificante para mi existencia; encontré un alma completa, llena de luz e inocencia, yo no sé si el amor a primera vista es real, pero quién puede discutirlo si desde el momento en el que me vi reflejada en ti supe que no quería nada más.
Gracias a tu existencia, sé que amar se siente como compartir experiencias, miedos, logros, metas y en todos recibir un abrazo desde el corazón, un aliento y apoyo; a tu lado he escrito un nuevo idioma, he creado nuevos sueños, recorrido nuevos mundos, abrazado mis demonios. Me dejaste conocerte y me entregas a diario el cuidado, la paz que jamás creí que existiera, me demostraste que no soy difícil de amar.
Puedo definir el amor porque sé cómo huele, a qué sabe, cómo suena y luce, sé que amarte fue la mejor decisión, un parteaguas en mi vida, una caricia en mi alma. En esta y mil vidas prometo encontrarnos para seguir escribiendo una historia llena de eso que la mayoría de la gente no ha experimentado de manera real. Ahora no sé qué será de mí, pero de verdad espero y confío en que estarás de mi mano en cada etapa, en cada camino y así iremos recorriendo juntos nuevos mundos.
Para mí amor son las 4 letras que más sabor tienen a tu lado. Gracias por brindarme la experiencia acorde para escribir este texto, para poder dar una definición real de lo que para mí es amar.
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