Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
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El amar a alguien no debería de ser un miedo que persista en nosotrxs por el simple hecho de ser “diferentes” y desafortunadamente, esto nos lleva a ocultar lo que somos y los que sentimos. Personalmente, tuve que vivir con ese miedo bastante tiempo con mi familia. Considero que el miedo más grande que existe al “salir del clóset” siempre es que la familia sepa, pues vivimos en un país con una sociedad llena de mentalidades tan cuadradas que juzgan mucho las formas de ser y de vivir de las nuevas generaciones y es por tal motivo por el que muchxs de nosotrxs hemos ocultado nuestra verdadera identidad.
Existe esa frustración de no poder demostrar con total libertad amor por una persona, cuando se lo ocultamos a seres queridos e importantes para nosotrxs. No podemos disfrutar de una etapa tan linda, como lo es una relación amorosa, por ese miedo a ser rechazadxs por nuestra familia. No es fácil decir quienes somos ni qué es lo que sentimos.
Durante cuatro o cinco años tuve que ocultarle quien soy realmente a una de las personas más importantes para mí y más difícil de tratar… mi papá.
Esa persona que no podía ver de otra manera más que como autoridad, con el que nunca me pude acercar a contarle lo que me pasaba en la escuela y con mis amigxs… al que nunca creí decirle “papá, me atrae una chica”, pues siempre demostró ser de una mentalidad muy cuadrada y eso generó que le ocultara muchas cosas que pasaban conmigo… por miedo a ser rechazada por él. Sin embargo, siempre existe una situación que nos hace acercarnos con quien menos creíamos que lo haríamos y así pasó con mi padre, no creí que llegara a sentarme con él a contarle como me rompieron el corazón y mucho menos, poder contarle que fue una chica… afortunada o desafortunadamente, por el rompimiento con una persona que pude amar fue como logré acercarme a él y expresarle como me sentía.
Es casi imposible narrar la sensación que tuve al momento de escuchar a mi papá decirme “los tiempos han cambiado hija, no comprendo mucho el tema de la comunidad LGBT+ pero eres mi hija y te apoyaré siempre”. Es ahí donde me di cuenta de que la sociedad aún no está tan fracturada como pensaba, todos los días aprendemos algo nuevo y aquel día pude darme cuenta de que las generaciones “ambiguas” no siempre están llenas de odio y rechazo a las nuevas formas de querer, sólo hay que aprender a ser pacientes con ellxs y hacer que comprendan de una buena forma los nuevos temas que nos rodean… es muy sanador expresar cómo nos sentimos, no en todas las ocasiones vamos a ser juzgadxs. Fue difícil pero logré conseguir el apoyo y aceptación de mi papá y eso logró que me sintiera una persona libre de amar. Ahora puedo escribir esto desde una nueva libertad y desde mi experiencia, compartirla para que muchxs puedan lograr erradicar ese miedo a ser quienes realmente son.
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