Escuela Nacional Preparatoria Plantel 3 Justo Sierra
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De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la salud mental es “el estado de óptimo bienestar físico, mental y emocional, y no solamente la ausencia de enfermedades”. Ahora bien, también es la búsqueda de un estado de plenitud y felicidad a través del bienestar psicológico, social y emocional.
La salud mental es un derecho humano, siendo obligación del gobierno proporcionar las condiciones necesarias para tenerla: obviamente, esto no es así. Concluir que la salud mental es un derecho al que todos podemos acceder es una falacia, al contrario de lo que debería ser, la salud mental es un tema terriblemente estigmatizado e incluso, menospreciado.
La preocupante representación mediática
El abordaje de cada región del mundo varía de acuerdo a relaciones sociales, culturales e históricas de la salud mental. La aceptación, los estereotipos, la seriedad con la que se trata y la infraestructura médica y psicológica son uno de los factores más importantes a considerar.
Por ejemplo, países como Japón y Estados Unidos, líderes en la industria cultural del entretenimiento, no brindan importancia a la salud mental, pues llegan a confundir conceptos clave y demostrándose en productos artísticos, sin embargo, no es obligación de estos medios representar de manera correcta los problemas de salud, pero sí asumir la responsabilidad de una mala representación.
La falta de acceso a un bienestar mental provoca confusión en múltiples personas que buscan resolución a sus problemas, pero no poseen esta facilidad para acudir a un especialista de la salud mental.
La representación del suicidio en Japón
Japón tiene una de las tasas de suicidio más altas del mundo, 15.3 por cada 100,000 habitantes, lo que índica que a pesar de contar con uno de los mejores sistemas de atención médica del mundo, la salud mental es un tema que apenas se trata.
Fue hasta la década de los noventa en donde el contenido artístico comenzó a retratar las enfermedades psicológicas. Por ejemplo, cuando se publicó el manga anónimo titulado Torisugari, que un artista de nombre desconocido expresó su frustración y retrató la depresión como una enfermedad más que física.
Pese a la indiferencia hacia las enfermedades mentales de Japón, es una sociedad que romantiza el suicidio; es parte de su cultura, llegando a niveles alarmante. Algunas menciones del retrato del suicidio en el ideario cultural e histórico de Japón: el seppuku o harakiri, también conocida como la despedida samurái, el manual del completo suicidio, el Aokigahara o el bosque de los suicidios. O bien, la historia de los escritores Ryunosuke Akutagawa y Osamu Dazai, quienes se quitaron la vida uno como consecuencia del otro. Akutagawa se quitó la vida al no soportar el entorno en donde vivía; Osamu Dazai lo admiraba tanto que al escuchar noticias de su muerte, decidió terminar con su vida.
Otro ejemplo más reciente, del 2011, fue el de la youtuber llamada Ruru-chan, quién transmitió su suicidio en vivo y posteriormente se le haría memoria a través de un tributo musical.
Estados Unidos y la estigmatización psicológica
El hegemón cultural del mundo tiene graves problemas de salud mental. Socialmente y culturalmente, demeritan y menosprecian el valor de un bienestar psicológico, y el contenido mediático que producen lo demuestra. También, surgen modas y grupos que romantizan y utilizan la depresión como atractivo. Por ejemplo, los “fuckboys”, que son personas que utilizan la depresión como herramienta para manipular y persuadir a diferentes parejas.
Las series y películas se mofan de la locura y retratan la depresión como problemas de personas débiles, jóvenes y que no pueden con el peso de crecer. Esto es mentira y brinda un panorama totalmente falso.
Por: Quetzalli Reyes Hernández
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Una respuesta
La intranquilidad mental la infelicidad, lleva al consumo compulsivo!? Si es un sí, entonces quizá sea la respuesta del trasfondo. La oligarquia mundial puede estar pensando: demasiada población mundial vs ambición de ventas.