Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Oriente
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Más de una vez he escuchado alguna frase que diferencié la moda del estilo y aunque poca importancia le di a esa cuestión, cada vez se ha tornado en algo más relevante ante la búsqueda de mi estilo propio a la hora de vestir. No es secreto para nadie que, en la actualidad, estamos bombardeados de tendencias y estilos que se van tan rápido como vienen, lo que ha llevado a una saturación de información sobre cómo debemos o no vestir; parece que al día salen cientos de nuevos términos para describir, o, mejor dicho, encasillar, cada cosa que vemos en redes sociales.
La presencia de las redes sociales nos ha llevado a buscar constantemente cumplir los estándares que estas imponen, mientras que las marcas de ropa introducen nuevas tendencias que suelen estar marcadas por estereotipos que, a su vez, fomentan el consumo excesivo de productos de baja calidad, mismas que se desgastan rápido y en lugar de convertirse en piezas atemporales, en poco tiempo las dejamos de lado.
Sin embargo, no estoy en contra de buscar replicar o imitar lo que vemos en redes sociales a la hora de vestir cuando comenzamos a adquirir un estilo personal, pero, dentro del internet es muy común encontrar comentarios que intentan limitar esta cuestión, reduciéndose a nada más que una estética, cuando lo cierto es, que la moda en sí misma puede tener un trasfondo musical o cultural que puede ir contra la norma, o, los famosos estilos alternativos. El estilo va más allá de las tendencias, es la manera en que nos presentamos al mundo y forma parte de nuestra identidad; aunque claro, nunca será sencillo encontrar el propio o llegar a lucir como deseamos, casi siempre hay algo que nos impide hacerlo, ya sean prejuicios, factores económicos, laborales, etc.
En una época como la que vivimos ahora, es muy común la desvalorización de la vestimenta, pues el propósito con el que se hace es vacío y, las marcas buscan vender una imagen, perdiendo por completo la profundidad que conlleva la utilización de estilos como el gótico o el punk, que van más allá de la ropa, transformándolo, aunque sea por un instante, lo contrario por lo que se identifican. Si bien, los estilos alternativos pueden volverse mainstream momentáneamente y esto puede molestar a quienes pertenecen a las subculturas (que es razonable), puede surgir un interés genuino en algunas personas que, a la larga aseguran la continuidad de la existencia de las subculturas y estilos alternativos.
Parece ser que, en los últimos años, la individualidad y originalidad se han perdido en la indumentaria y los patrones de diseño que ofrecen las grandes marcas se replican unas con otras, quitando un posible valor sentimental y convirtiendo la ropa en un artículo tan accesible como desechable, limitando la capacidad de quienes las usan para autoexplorar posibilidades mucho más peculiares a las acostumbradas. La cultura de la moda rápida trae consigo la conformidad y nada más que eso, al buscar encajar en lo que dicen las tendencias o seguir lo que dicen figuras públicas se pierde el abanico de posibilidades que tenemos, en cambio, cuando dejamos de lado las tendencias y usamos la moda como una extensión de nosotros. A lo anterior le sumo la importancia de figuras como la difunta Iris Apfel, quien dejó en claro que no es necesario seguir lo que está de moda cuando tienes estilo suficiente; en nuestros tiempos, irse solo por lo más caro o por lo que está de moda es una pérdida de tiempo cuando se puede experimentar con la moda, usando prendas desde lo más modernas hasta lo más vintage.
Crear un estilo va mucho más allá de lo que te pones o no, es una representación en sí misma de una parte de ti, al hacerlo me parece que deberíamos dejar un poco de lado únicamente comprar prendas y usarlas tal cual, creo que parte del espíritu de crear nuestra propia moda es arreglar la ropa nosotros para darle un toque personal, buscar combinaciones que parecen no tener mucho sentido, pero al final lo tienen. Creo que el estilo no debe tener sentido para el resto de personas siempre y cuando sea suficiente para quien lo usa, volverlo una parte de lo que le identifica y transformarlo en algo significativo.
Recapitulando brevemente, la moda rápida o fast fashion es un limitante a la hora de explorar el estilo personal, que se reduce a prendas poco duraderas y temporales. La búsqueda del estilo personal va más lejos de quedarse en una estética y es una forma de darle sentido y valor a lo que vestimos, haciendo que forme parte de nuestra identidad e individualidad.
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Una respuesta
Muchas gracias por compartir este documento. Fui a la presentación de este número y esperábamos desde hace unos meses su aparición en la web.
Solo quiero aclarar que el nombre de quién escribe el artículo es Fátima Lugo De Anda, y es de la preparatoria # 6 de la UNAM. No del CCH oriente como se publica.