Facultad de Ciencias
Facultad de Ciencias
El sistema educativo y las formas de enseñanza, aún con sus constantes cambios y mejoras, tal vez nunca alcanzarán las necesidades de la juventud. Esto es claro al entrar al lugar –incomparable– que es el salón de clases, este espacio siempre ha sido y siempre será el frente de batalla entre las ideologías, pues más allá del mero conocimiento tangible, hablamos de un choque entre las cosmovisiones y opiniones de los temas del presente. Siempre hay algo más allá del propio conocimiento estructurado.
En la actualidad es común la idea de dar clases en otro tipo de espacios fuera de lo habitual, tenemos el caso que durante los años de pandemia, el salón de clases era la computadora de tu casa, junto con tu mascota y tus distracciones. Esto me pone a pensar el verdadero significado en la actualidad de ese espacio mágico que es el salón de clases. Qué es lo que lo define me llama aquí.
Al hacer un breve recuento histórico, es importante contextualizar que desde la Edad Antigua las civilizaciones impartían conocimientos dentro de un espacio “especializado”, sin embargo, estos sitios se limitaban a acoger a personas de alcurnia que se podían permitir esos lujos. Esta tradición se continuó durante muchos años dentro de contextos sociales y movimientos filosóficos como la Escolástica o la Ilustración; y no fue hasta el siglo pasado que estos espacios se abrieron a ciertas ideologías que ganaron la educación gratuita, laica y obligatoria.
Con esta apertura a la educación, aunque está lejos de ser total, permitió una confluencia de ideologías que paulatinamente nos ha llevado al contexto actual que vivimos como estudiantes. Los espacios de educación se han vuelto valores pluriculturales, espacios “mágicos” que han permitido ser un nido de ideas innovadoras que envuelven a la juventud.
Aunque es verdad que las historias de maestros abusivos y supuestamente “rudos” no son lejanas para nosotros; las mejoras para combatir estas violencias son evidencia de la velocidad con la que la educación ha cambiado en los últimos años. No es mentira cuando digo que aún se siente la fricción maestro/alumno en cuanto a ideologías u otros temas, como los métodos de aprendizaje. Pienso que, quizás esta fricción es la que permite un verdadero cambio, y solo se dará con la presencia de esas dos figuras fundamentales, maestro y alumno. La retroalimentación de ambos personajes es fundamental.
Es eso mismo lo que le da esencia al salón de clase: la relación que existe entre las personas sujetas a un contexto de aprendizaje, no solo de la materia impartida, sino de la vida misma, sin importar el espacio físico donde estas relaciones se desarrollan. Es por eso, que como alumnos debemos aprovechar a esos maestros que con mucho entusiasmo, desafían nuestro intelecto y nuestra percepción del mundo, pues ellos son la piedra con la que nos ayudamos a forjar nuestro destino. En el futuro próximo, cuando nosotros estemos en su lugar, quizás nos encontraremos en la misma situación: desentendidos de la juventud. Pero mientras eso pasa, disfrutemos nuestros espacios de desarrollo, pues están en constante evolución y nos darán las herramientas suficientes para preparar a las generaciones del mañana con problemas del mañana.
Por: Mariana Shanti González Almaguer
Los libros son amores para la eternidad
Por: Sebastián Coronel Osnaya
Mi paso por la carrera de Derecho en FES Acatlán
Por: Ximena Cortés Gutiérrez
¿Por qué Carrie es la protagonista, si ella parece ser todo un desastre?
Por: Diego Cisneros Godínez
Esta película es además una crítica al neoliberalismo