Escuela Nacional Preparatoria Plantel 9
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“No estudio por saber más, sino por ignorar menos”, sor Juana Inés de la Cruz
Inicio mi texto con esta cita tan emblemática, ya que me parece sorprendente la manera en la que esta mujer poeta, Sor Juana Inés de la Cruz, encontró una forma de rebelarse contra el mundo, una forma tan mágica de conocer lo que existe más allá de los estándares de una sociedad donde en cualquier espacio existe un “tienes qué”, un “deber ser”.
Al cortarse el cabello, por ejemplo, ella utilizó un método auto-coercitivo para después ponerse como plazo que le volviera a crecer hasta haber aprendido algo. Entonces ella demostraba (hablamos de 1664) los modelos de “castigar” lo indebido, lo que ella realmente veía como incorrecto, mostrando una forma de corrección hacia su persona, de forma autónoma pero violenta. Con esto, sin embargo, Sor Juana no se limitaba a ignorar lo que ella creía un error: lo enfrentaba, intentando llegar a una exigencia de perfeccionismo.
Regido en los marcos de una sociedad donde “lo correcto” está dictaminado por un grupo específico de personas, es aquí donde nos ponemos a pensar realmente en la coherencia de dicha afirmación. “Lo correcto” para quién, ¿para quienes? ¿Para ese grupo reducido de personas que marcan los parámetros de lo válido y lo invalido?, ¿no creen que sería un poco absurdo creer que la palabra de este tipo de personas fuera la única que tomara fuerza y validez para poder tomar firmeza ante su argumento?
Me parece importante retomar esta parte de la historia de esta mujer, ya que nos permite visualizar de una forma clara cómo es que desde siempre hemos tratado de seguir un mismo modelo de aprendizaje, y no solo refiriéndome a lo académico, sino a un aprendizaje más allá de la escuela. Un aprendizaje donde el derecho de opinión, de aprendizaje y de educación es visto como privilegio para algunos.
Los modelos de educación deberían ser dirigidos para tod@s , sin embargo, a lo largo de nuestra historia hemos visto el reflejo de cada uno de esos patrones interminables, repitiéndose generación tras generación. Estamos de acuerdo que la mayoría de estos modelos nos llevan al mismo punto, al mismo inicio de nuestra discusión. Entonces me cuestiono: ¿por qué seguir permitiendo que se repita?
Hoy es el día en el que deberíamos poner los pies sobre la tierra y dejar de ignorar, sí, dejar de ignorar esos sistemas en los que estamos envueltos día tras día, años y generaciones completas. ¿Qué pasaría si dejáramos de ignorar un modelo donde nos educan para ser los aprendices y no educados para ser los responsables de abrirnos las puertas a nuevos mundos, a nuevas oportunidades?
Veríamos una nueva perspectiva de las situaciones, dejando a un lado todos esos filtros, limitaciones, etiquetas, que nos estancan a este punto, y no nos permiten el poder avanzar de una forma u otra. Empezar por la perspectiva de nosotros mismos sería un punto fundamental para empezar ese cambio, dejar de conformarnos con lo que tenemos a simple vista sería un punto fundamental para esta transformación.
Propongo ser protagonistas de nuevas historias. Historias donde son posibles nuevas puertas, nuevas formas de aprender, nuevos sistemas de ver el mundo , un mundo en el que el poder no quede solo en manos de determinados, un mundo donde las posibilidades tengan un inicio y un fin, donde las oportunidades no se queden en la estética de la palabra, y se plasmen en un mundo real, un mundo en el que podamos dejar de ignorar el patrón.
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