Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Vallejo
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Cuando alguien se enamora, tiende a idealizar excesivamente a la otra persona, hasta el punto de verla como un ser divino. ¿No es cierto? Piensa en cuántas veces tu amiga te ha dicho: “Amiga, es un desastre”, mientras para ti esa persona era la más perfecta del mundo. A eso me refiero: a la idealización no solo de su apariencia física, sino también de su mundo emocional. Cuando amas, das todo desmesuradamente, sin esperar nada a cambio.
Pero, ¿a dónde quiero llegar con esto? Simple: al idealizar a alguien, moldeas tu vida según sus necesidades, colocándolo por encima de todo. Básicamente, renuncias a partes de ti mismo por esa persona, tal como el canibalismo implica un sacrificio para satisfacer a otro.
En otras palabras, existen relaciones en las que se ama “profundamente”, y quienes las viven suelen perder parte de su identidad. Su único objetivo es fundirse con su pareja, dedicándose por completo a complacerla y cuidarla. Después de esta comparación, dime: ¿qué te hace pensar que el amor no puede ser, en cierto modo, una forma de canibalismo?
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