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En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
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Samantha Cedillo Roa - Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Naucalpan
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Rodrigo C. Aguilar López

Escuela Nacional Preparatoria Plantel 3

Soy Rodrigo Aguilar, un chico que le encanta oír música y estudiar matemáticas por diversión. Mi objetivo es poder ayudar a las demás personas, así como en algún momento me hubiera gustado que me ayudaran. Espero con mis escritos lograr parte de ese objetivo.

En el país donde todo se soluciona diciendo “échale ganas”

Número 6 / AGOSTO - OCTUBRE 2022

No estamos acostumbrados a darnos un respiro y reflexionar sobre cómo nos sentimos, ¡es momento de cambiar!

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Rodrigo C. Aguilar López

Escuela Nacional Preparatoria Plantel 3

En los últimos años, y recientemente, gracias a la emergencia sanitaria que se sigue viviendo en el mundo provocada por el Covid-19, ha sido más común ver campañas enfocadas en el cuidado de la salud mental. Esto es debido a que durante el periodo en el cual la mayoría de nosotros nos encontrábamos en confinamiento, aumentó el número de problemas mentales que se presentan en la población; y es algo lógico, pues al estar aislados de nuestros amigos, compañeros e incluso de nuestra familia, es obvio que aumentará nuestra sensación de soledad, aunado al hecho de que convivir con un reducido número de personas todos los días también provoca que haya más conflictos, lo que aumenta nuestros niveles de estrés, ansiedad y depresión.

Basta con preguntar lo siguiente para darse cuenta que lo mencionado es cierto (al menos en la mayoría de los casos): ¿cuántas peleas o discusiones han tenido con sus papás/mamás/hermanos durante este periodo de confinamiento?, ¿cómo se sintieron después de esos episodios?

La pandemia sólo vino a ser la gota que derramó el vaso, pues este enorme problema acerca de la salud psicológica [1] que tenemos actualmente en nuestro país no es algo nuevo, sino que se ha convertido en un problema que hemos venido arrastrando desde hace años. En México, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en 2019 había tan solo 12 psicólogos para atender a 10 mil personas, es decir, cada psicólogo debería de atender aproximadamente a 833 personas; no obstante, estos datos son un promedio nacional por lo cual debemos considerar que no hay la misma cantidad de especialistas en todos los estados o municipios de la república (la gran mayoría de profesionales en esta área de la medicina se concentran en las zonas urbanas dejando prácticamente sin acceso a las zonas rurales y marginadas). Esta información es algo que sin duda nos debería alarmar a todos ya que es una clara muestra de que el acceso a la atención psicológica es desigual y en lugar de ser un derecho, como se menciona en el artículo 4° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se ha convertido en un privilegio del cual solo las personas que se encuentran en zonas urbanas pueden tener… ¿verdad?

Es justamente aquí donde tenemos el otro problema, de acuerdo con especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México, menos del 20% de las personas que requiere de una atención psicológica la recibe a tiempo. Esta cifra corresponde a las personas que son conscientes del problema y de la solución que necesitan para el mismo, lo cual nos dice que la limitada atención psicológica que se brinda es para atender un problema ya existente en lugar de que sea empleada para la prevención. ¿Por qué la sociedad mexicana no acude a recibir atención psicológica preventiva y por qué los pocos que lo hacen se acercan con un especialista cuando es demasiado tarde? La respuesta a estas interrogantes es tan fácil como compleja: nuestra cultura, nuestros tabúes y prejuicios no nos permiten pedir ayuda.

Piénsenlo de esta forma, ¿cuántas veces han escuchado, ya sea en su casa o en la calle, que alguien diga “ir al psicólogo es para personas que están locas”, “no necesitas ir al psicólogo, solo debes echarle más ganas”, “si vas al psicólogo es porque eres una persona débil” o frases parecidas? Puedo asegurar que todos hemos escuchado frases similares al menos una vez en nuestra vida. Este tipo de frases reflejan a la perfección el tipo de prejuicios con el que hemos sido educados. Con esto no quiero dar a entender que absolutamente toda la población piense de esta manera, sin embargo, es innegable que la gran mayoría de la gente tiene esta creencia de que el acudir con un psicólogo es signo de locura, debilidad o de gente “afeminada”. Me gustaría detenerme en esta última expresión “gente ‘afeminada’” porque ejemplifica cómo es que el machismo ha jugado (y sigue jugando) un papel sumamente importante respecto al poco cuidado y atención que le ponemos a nuestra salud psicológica, en especial los hombres. Como bien sabemos vivimos en una sociedad machista en la cual los mismos hombres atacan y se burlan de los hombres que expresan sus sentimientos pues es considerado un comportamiento “de mujer” o “de gays”, como si el expresar cómo nos sentimos fuese algo malo, como si sentirnos tristes o llorar fuera algo vergonzoso. Es aquí donde quiero preguntar a los hombres que se encuentran leyendo: ¿se sienten con confianza y seguridad de hablar con sus amigos (hombres) acerca de sus sentimientos? Personalmente, yo no soy alguien que hable de temas emocionales y sentimentales con otros hombres de mi edad, porque en el pasado he vivido situaciones de burla y minimización por expresar mi sentir, y lamentablemente no creo ser el único que haya vivido situaciones similares.

La razón para mencionar esto es enfatizar cómo por la educación y sociedad machista en la que nos desarrollamos, los hombres hemos sido obligados a esconder y minimizar nuestros sentimientos simplemente para encajar; por ello la tasa de suicidios en México se encuentra compuesta en su gran mayoría por hombres (INEGI 2020).

Como población en general, no se nos ha enseñado adecuadamente cómo cuidar y procurar nuestra salud psicológica y es por ello que la tasa de suicidios va en aumento año con año. Es cierto que las nuevas generaciones hemos tenido la ventaja de que este tipo de temas se han vuelto menos tabú y es cada vez más común hablar con nuestros amigos acerca de esto, sin embargo, aún nos falta demasiado camino por recorrer pues no en todos los hogares se cuenta con un espacio seguro para hablar de las emociones, no en todos los hogares se cuenta con los recursos necesarios para pagar una cita con un psicólogo. Se ha tenido un avance en estos años, pero lamentablemente no ha sido suficiente para hacer frente a esta problemática de salud nacional que nos afecta absolutamente a todos.

A manera de conclusión quiero resaltar que, a pesar de que la atención psicológica de calidad se encuentra “garantizada” en nuestra Constitución, en la actualidad esta atención forma parte de un privilegio económico y cultural al cual muy pocas personas tienen acceso. Podemos comenzar a cambiar ideas erróneas y prejuicios sobre la salud psicológica, hagamos un lugar seguro para nuestros amigos y familia para que puedan expresar sus sentimientos y para que nosotros también podamos hacerlo. Asimismo, exijamos a nuestras autoridades el cumplimiento y la protección de nuestros derechos en materia de salud, ellos tienen la responsabilidad y obligación de asegurar el bienestar de la población. El futuro que queremos depende enteramente de nosotros, luchemos hacer que sea mejor que nuestro presente.

[1] El término salud psicológica engloba todo lo conductual, emocional y cognitivo,

por lo cual es un término menos ambiguo que el de salud mental, esto de acuerdo

con el psicólogo Ricardo Hinojosa.

Referencias

-Cortés Ojeda, F. (2021). SALUD MENTAL EN MÉXICO: ¿DERECHO O PRIVILEGIO? -Revista HZO. Recuperado el 30 de mayo del 2022, de httpss://lasallecancun.edu.mx/horizontal/?p=898

-Instituto Nacional de Estadística y Geografía. (2021). ESTADÍSTICAS A PROPÓSITO DEL DÍA MUNDIAL PARA LA PREVENCIÓN DEL SUICIDIO (10 DE SEPTIEMBRE). Recuperado el 30 de mayo del 2022, de httpss://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/aproposito/2021/Suicidios2021_Nal.pd

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