Escuela Nacional Preparatoria Plantel 3
Escuela Nacional Preparatoria Plantel 3
Tomé la cuerda y huí de ahí. Al contrario de muchas historias, la mía comienza cuando termina.
Papá grita implorando perdón. Mamá toma el celular llamando con urgencia. Mi hermano esconde la cara detrás de su peluche. Ella se calla y yo estoy en mi cuarto.A pesar de tanto alboroto nadie atraviesa la puerta.
Solo puedo recordar aquel 18 de Agosto del 2020 cuando la conocí, tan bella, tan sonriente, tan auténtica, era casi tan perfecta como el amor de mi vida. Lo único que no me gustaba es que se esfumaba como el humo del cigarro y aparecía de vez en cuando para devolverme el alma al cuerpo.
Mi historia de amor es tan perfecta que nadie la entiende, en especial papá, discuto con él cada tarde, parece que su forma de anunciar la hora de ir a dormir es siempre decirme lo mismo: “Me das vergüenza, retoma los estudios y deja esas ideas. Mi hijo no será un mediocre igual que todos”, para al final azotar las manos en la mesa y con la mirada ordenarme que vaya a mi cuarto. Mamá se encamina a la cocina, toma un par de pastillas y se dirige a su cuarto para olvidarse de todo cual fantasma en su propia casa. Para mi suerte el pequeño Luis, o Tito como yo acostumbro a decirle, corre, toma su osito y se avienta a mi cama, me dirige una sonrisa temerosa y se acurruca en mi pecho hasta quedarse dormido.
Todas las mañana voy a dejar a Tito a su escuela, esta mañana mamá me pidió que pasará con Paty, su amiga la de la farmacia por sus encarguito, mamá insiste en llamarle así, aunque después de pasar 20 años viviendo con ella es más que obvio que se toma anfetaminas durante todo el día; cuando tenía 15 años le pregunté para qué las tomaba y me respondió que era para olvidarse del martirio que era vivir con mi padre, entre dientes murmuró: “es como el mismo diablo”, ambos soltamos una carcajada y ella me abrazo,lo recuerdo como si hubiera sido ayer. Tal vez porque fue la última vez que me dio un abrazo.
Después de pasar con Paty, me encontré con un extraño que seguramente me quería hacer daño, me persiguió con un arma durante 3 avenidas, por más que pedía ayuda nadie me escuchó, le llamé con urgencia a papá para que me ayudara, pero como es costumbre no respondió, corrí tan fuerte como pude y me refugié en la esquina de un callejón, me tapé con unas bolsas de basura que durante el camino tomé. Espere unas 2 o 3 horas y verifiqué que él ya no estuviera, al salir me encontré con ella y preocupada me dijo que me cuidara porque corría mucho peligro.Enseguida me entró muchísimo miedo y corrí hacía mi casa dispuesto a resguardarme hasta que todo esté bien. No le diré a nadie para no ponerme en más peligro.
El día de hoy mi sueño se interrumpió con el golpe que produce la puerta al encontrarse con la pared, enseguida me puse de pie, para ser honesto no me sorprendió la visita de mamá, como es costumbre desde los últimos dos meses interfiere en la paz de mi cuarto para obligarme a comer y de paso recordarme que vivo en un cochinero. Realmente siento que no es mi día, casi nunca es mi día, mi vida no está encontrando rumbo. Últimamente ella no ha dejado de hablar, he pensado en terminarla y hacer lo que deseo pero por más que lo intento no puedo.
Todo ha cambiado; Tito dice que estoy más delgado.Mamá ingiere más pastillas de lo normal. Citlalli me invita a salir a diario con la intención de que conviva con más personas Papá no llega a dormir a la casa. Ella y yo nos hemos hecho más cercanos.
Después de muchos intentos hoy por fin decidí acompañar a Citlalli; caminamos sobre Madero, comimos pizza, nos quejamos sobre la vida y decidimos ir a la fiesta de despedida de su prima Catalina. Todos parecen estar tristes porque se irá a Canadá a estudiar Trade and International Business, pero Catalina irradia felicidad literalmente se irá volando por sus sueños. Después de sentirme tan feliz decidí emprender camino a casa, con la intención de no llegar jamás, aunque para mi mala suerte en menos de 15 minutos me encontraba de nuevo en mi cama,con Tito en el pecho. Deseando volar por mis sueños como Catalina.
El insomnio es mi compañero de cama y hoy ella se nos unió, les contaba como Catalina estaba volando hacia sus sueños, como Citlalli me devolvía la felicidad y como Tito crecía tan rápido. Como es costumbre, ella me interrumpió recordando como es mi realidad ¡Estoy hundiéndome y nadie me puede ver!
Ya no puedo más, quiero salir huyendo.
Sigilosamente me ha tomado y se ha apoderado de mí. Me ha escondido en las penumbras de su supuesto amor y me ha dejado morir. Me ha llevado al mar y me ha abandonado en una isla. Tiernamente me ha engañado. Me he mostrado vulnerable y me ha ganado. O tal vez yo me deje ganar y es que a fin de cuentas ella me pertenece más de lo que parece.
Ella soy yo, ella es mi mente y yo soy preso de mi propia mente.
Hoy me doy cuenta que durante los últimos años estoy luchando una guerra en donde ambas trincheras me pertenecen, estoy huyendo de la sombra del tiempo como en una persecución y me refugio en la esquina del miedo.
Ya no puedo seguir, ella habla mucho más y yo ya no la puedo callar ¡Me rindo, la dejo ganar! Perdí mi propia guerra, hice de mi viaje por aquí mi propio tormento y hoy yo decido darle fin. Tomé la cuerda y huí de ahí.
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