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Foto de Guillaume Meurice / Pexels
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Quetzalli Itzel Reyes Hernández

Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

Mi nombre es Quetzalli y soy estudiante de sociología. Desde pequeña he querido ser periodista, y lograr transmitir conocimientos y sentimientos a través de mis textos. Disfruto mucho de escribir, pero también de ver las películas de Star Wars. Soy fan de Baby Yoda, de Taylor Swift y del pastel de queso.

El blanqueamiento en los corridos:

Número 10 / JULIO - SEPTIEMBRE 2023

¿Romantización del narcotráfico, apropiación cultural o expresión artística?

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Quetzalli Itzel Reyes Hernández

Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

“Cielo azul, cielo nublado, cielo de mi pensamiento, quisiera estar a tu lado para vivir más contento, soy el hombre más dichoso cuando tú estás a mi lado, hasta el sueño se me quita, aunque esté bien desvelado”.

Este verso de la canción “Cielo azul, cielo nublado” interpretada por Los Cadetes de Linares, me transporta directamente a mi infancia; cuando daban las 2 de la tarde, y mi papá llegaba del trabajo. Agotado después de una larga jornada bajo el abrasante sol del campo, siempre entraba cantándome una canción como esa. Ya sea como soundtrack en los viajes en la camioneta de mi papá, o de fondo mientras realizo las tareas del hogar, la música norteña y los corridos han estado siempre presentes en mi vida.  

Últimamente se ha visto un incremento en la popularidad de este tipo de música, y no es para menos, si desde la introducción del concepto de “corridos tumbados”, los intérpretes de este género como “Peso pluma” y “Junior H” son los artistas más escuchados en México actualmente, e incluso se llevó a cabo una colaboración entre “grupo frontera” intérpretes de música norteña mexicana, con el puertorriqueño Bad Bunny, quien es cantante de reggaetón, un género totalmente distinto. 

Y es aquí cuando las opiniones se dividen. Hay quienes dicen que la popularización y reivindicación de este género es positivo, pues las nuevas generaciones se acercan cada vez más a los corridos, e incluso se vuelve popular en el extranjero. Pero decir esto es juzgar muy superficialmente lo que verdaderamente está pasando. 

Hay muchas cosas que se pueden discutir respecto al tema, pero la principal es acerca de la apropiación cultural de los artistas emergentes del género. Esto porque hasta antes de su fama, el género de norteños y corridos era considerado de gente pobre y “naca”. Pues desde los inicios de los corridos en la revolución mexicana de 1910 con el fin de denunciar los problemas sociales, la explotación y la pobreza, estas canciones se convirtieron en una bandera de lucha para las personas que habían sido marginalizadas. Es por eso que hasta la fecha, la mayoría de la población podía verse e identificada ya no sólo con las letras de denuncias sociales o de una historia de amor, sino, hasta físicamente con los integrantes de los grupos. 

El problema de la popularización y de los nuevos artistas es que sus letras ya no son acordes y la mayoría de la población mexicana ya no puede identificarse con ellas, pues se suele hablar de cosas como marcas de ropa de superlujo (ejem. Fino con las Balenciaga […] y yo ando Silveria LV de la canción titulada PCR de Peso Pluma y Natanael Cano) y hacerlas parte de sus vestimentas comunes. Dejando de lado el estereotipo de cantante de música regional con camisa de cuadros, botas y sombrero. Y francamente esto no suena tan malo hasta que las personan a quienes originalmente iba dirigido este género se quedan sin opciones de verse reflejados en la escena musical, vuelven a quererles imponer una figura hegemónica, sin importar su identidad y cultura propia que ha estado presente tantos años. 

Pero no todos los problemas actuales relacionados a los corridos provienen de los artistas emergentes. Desde hace ya varios años se ha popularizado un tema en común en las letras de este género, y este es el narcotráfico. Desde inicios de los 90 con los Tigres del Norte hasta hace unos meses con Peso Pluma, los narcocorridos se han convertido en un gran “éxito” musical. ¿Pero cuál es el problema con esto? 

El narcotráfico es uno de los conflictos más serios y complicados dentro del país, debido a que son los responsables de muertes, desapariciones, secuestros, extorsiones, prostitución y trata de personas, entre muchos problemas más. Y se calcula que esta guerra contra el narco ha cobrado aproximadamente 350,000 vidas hasta 2021, y más de 72,000 desapariciones aún inconclusas.1 

Es por estos crudos datos que cada que se habla del consumo de drogas y uso de armas en estas canciones, se hace una apología a la normalización del narcotráfico, pero también se normalizan y legitima la violencia que se observa en todas las mujeres desaparecidas y sus madres que las buscan en fosas clandestinas, todos los niños que fueron víctimas de trata, todos los comercios que tiene que cerrar debido a los excesivos cobros de piso, y toda la gente que ha muerto debido a esto. 

Y aunque podría ponerse en discusión el aspiracionismo, y la tanta desesperación por salir de la pobreza que no se ven otras formas de hacerlo más que a través de estas cosas ilegales, la verdad es que poner a los cárteles como figuras de salvador sólo se agrandan los conflictos derivados de la narcocultura. Es incluso peor cuando el público objetivo de esta música son jóvenes y niños, pues crecen con ideas erróneas de este problema, y normalizan la violencia que se ejerce.  

Con esto no pretendo que mágicamente todos dejen de escuchar canciones con este tipo de letras, o que dejen de apoyar a los cantantes de “corridos tumbados”. Tampoco pretendo caer una nostalgia del pasado con el argumento de que los artistas de antes eran mejores. Simplemente extiendo una invitación a cuestionarse el origen y motivos de todo lo que se escucha, de ser conscientes de lo que pasa en nuestro alrededor, y no tomar una actitud antipática con los problemas que acarrea el narcotráfico y la apropiación cultural. 

¿Entonces está mal consumir este tipo de música? No realmente. Pero podría procurarse apoyo también a los intérpretes del género que no entren en el molde hegemónico ni basen sus letras en temas de narcotráfico. Pero principalmente, honrar a todos aquellos quienes como mi papá que transmiten amor, historia e identidad a través de canciones, y como aquellos otros quienes fueron víctimas de la violencia del narco. ¡Preservemos nuestra identidad y vivamos sin narcocultura!

 

  1. De 2006 a 2021 según cifras oficiales sacadas del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO) (Consultado en mayo del 2023)

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El blanqueamiento en los corridos:

6 respuestas

  1. Interesante artículo, el debate sigue y creo que también sería bueno escuchar otros géneros musicales como el rap conciencia de Canserbero (;

  2. Interesante artículo, sin embargo creo que dejas de lado lo medular del asunto. Hay un inmenso lavadero de dinero del narco detrás de todo esto, las bandas criminales encontraron el método perfecto para blanquear sus activos, producir pseudo artistas en masa que duran muy poco y generan mucho dinero. Y aunque no trasciendan como los artistas de antaño; ¿ A quien le importa eso ? Si todo se trata de dinero.

  3. Creo que los corridos tumbados son una expresion de manipulación ideologica que a traves de la cultura busca romantizar el delito del narcotrafico, por qué a traves de la moda, el estilo vida material, musica y la religión busca aceptacion social, llena los resquisios que deja el estado en temas de seguridad, busca el adoctrinamiento de jovenes sin recursos ni oportunidades como una meta de vida y ese es mi principal problema, ya qué no muestra los problemas y males del narcotrafico. Es mas cercano a una división y polarización social. Por eso es un instrumento de manipulación, por qué en la mayoria de los casos la descripción de sus letras son una fantasía y ficción que solo busca una explotación de quienes participan en ella.

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