Esta ventana es para mirar dentro de nosotrxs a través del arte y la creatividad.
Esta ventana es para mirar dentro de nosotrxs a través del arte y la creativdad.
Karla Valeria Casaña Urbina / Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Vallejo
Picture of Roberto Musa de Alba

Roberto Musa de Alba

Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

Un artista y esteta que disfruta engullir los afectos únicos. Vivo las experiencias estéticas que componen mi vida y la de los que veo.

Destartalado

Número 16 / ENERO - MARZO 2025

Un cuento inspirado en Edgar Allan Poe

Picture of Roberto Musa de Alba

Roberto Musa de Alba

Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

Una turba de pájaros raspan, corroen, agrietan, friccionan con sus plumas el mastique de goma que recubre mi ventana. Bien compactos al aguanieve, encontraron ávidos pávidos senda posada en el borde que separa mi descanso del frío en este tiempo nocturno. Corren la voz del calorcito, y en cosa de horas se acomodan en varios montoncitos de cabezas sumidas hacia dentro, un valle de torsos pechugones que al vibrar destruyen las películas de hielo que el mal tiempo les condensa encima, la cornisa se llena de chisporroteos blancos que la luna convierte en un espectáculo de partículas destellantes.

Mis vecinos ululantes se vuelven un somnífero en reversa, y propino al vidrio dos golpecitos que alborotan a viajeros sin hospedaje. Pasado un rato abro sin presagio, a fin de ventilar mi cuarto con la dulce brizna del invierno, la ventana de cuatro cuadrados de vidrio. Así destapo una rendija apenas grande para albergar a un ratón, y se agranda al paso del huésped del infierno que desnuda la pared a punta de picotazos y caga el piso en una danza de inconformidad. Desmadre de pétalos y pétalos; de plumajes negros, rojicobrizos, peliblancos, otoñales, cafétostados. Una amalgama beige que se desplaza como chorro de agua negra que hubiera destapado litros y litros de una presión milenial que no tiene fin. 

Espero baste con cerrarles el vidrio y así contenerlos, pero un gorrión salido de formación se ensambla en mi mano, toca con su garra oscura la yema de mi dedo índice, y sin dejar de volar vuelca su cabeza como queriendo decirme algo. Tan pronto como abre el pico, suelta un graznido que recuerda al roncar distorsionado de una chicharra de feria, sonido que se interrumpe mordazmente cuando el vuelo rápido de un zanate terciopelo lo extirpa de mi mano; desdoblado en el suelo, con ambas alas contracturadas, desdoblado, sin alma, con el corazón a diez pasos de distancia y las tripas apartadas de las costillas, el pájaro se cubre de un rojo tan puro que tiñe la alfombra de debajo en sólido negro. De la impresión se me devuelve algo en el estómago, y aparto la vista dos o tres segundos; cuando recupero el cuerpo me encuentro ensordecido por el silencio de un cuarto acomodado, limpio, nocturno, muerto.

Bajo y abro mi refri, me preparo un vaso y lo repleto de leche, espero que esta cena me invite a entretener el augurio somero y sin chiste que acaba de ser mi sueño. Adelante y sobre la mesa se siente el susurro de unos pasitos, como si un diminuto hombre hecho de palos se abriera paso sobre el mantel. Se pinta un pájaro destartalado, su pico totalmente seco color pálido enharinado; las patas chupadas; el plumaje desordenado, con cada pluma virando hacia otro lugar; aparenta haberse escapado a medio digerir de la panza de un gato. Se me tuerce la lengua, se me seca la garganta y se me abren los ojos a partir que este animalito mutilado atrapa con su garra mi dedo, aplicando la misma fuerza con la que me sometería un hombre; me mira a los ojos, y aguza los suyos con la misma dominación de semblante que lo hubiera hecho un niño. Por un rato largo no hace otra cosa, no obstante palidezco, mi corazón se pausa, y la sangre que alcanza a escapar del ataque cardíaco se enfría deteniendo su curso al momento en que esos ojos negros ensombrecidos por costras de sangre ya hace mucho tiempo coagulada me miran, y a su vez una voz ronca pronuncia para adentro de mis gélidos oídos “ya déjanos en paz”.

Más sobre Ventana Interior

Cómo salvar el mundo

Por Andrés Arispe Oliver
Instrucciones para un g3noc1da

Leer
Nos dijimos tanto “te amo” que ya no

 Nos dijimos tanto “te amo” que ya no

Por: Miroslava Delgadillo Ortiz
Ahora sabes que no regresaré y ya no te duele

Leer
¿En dónde quedé yo?

¿En dónde quedé yo?

Por: Oscar Miriel Ávila Ibañez
Sobre el amor perdido que nunca se fue

Leer
Con los ojos abiertos

Con los ojos abiertos

Por: Víctor Manuel Méndez Reyes
Historia sobre la consumación de un amor

Leer
La parábola de mi corazón

La parábola de mi corazón

Por: Alexis Sebastián Hernández Guzmán
Relato sobre el amor como la necesidad de cruzar dos líneas paralelas

Leer
La vida sirve para dos cosas, amar y morir

La vida sirve para dos cosas, amar y morir

Por: Karol García Estrada
Aunque el amor no mata, el final se siente de esa manera, aún así, vale la pena sentirlo

Leer

Deja tus comentarios sobre el artículo

Destartalado

2 Responses

  1. Una forma de escribir muy especial. Felicidades al autor ya que en estos tiempos estamos de rebajas en el campo de la escritura pocos se animan a escribir y externar sus pensamientos. la poesía de plano. Hoy en dia está en las catacumbas, faltan sonetos faltan prosas por eso digo Bravo con las palmas a este autor animado le deseo todo el éxito del mundo. Salud y que así sea….

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

one + 18 =