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Esta ventana es para mirar dentro de nosotrxs a través del arte y la creatividad.
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Leonardo Abigail Castro Sánchez
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Leonardo Abigail Castro Sánchez

Facultad de Ciencias

Lic. de Filosofía por la H. Facultad de FFyL de la UNAM. Estudiante de Mtría. en Filosofía del Derecho por la H. Facultad de Derecho de la UNAM. Estudiante de Lic. de Matemáticas por la H. Facultad de Ciencias de la UNAM.

Despierto

Número 6 / AGOSTO - OCTUBRE 2022

Relato sobre la insoportable rutina

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Leonardo Abigail Castro Sánchez

Facultad de Ciencias

0

Despierto. El ruido de los vecinos fue el que me despertó. Ruido molesto que aturde y enerva mis sentidos. Ayer fue el camión repartidor de gas; quizá mañana sean los ladridos del molesto perro de los vecinos de la parte trasera o quizá, todos a la vez.

Salto de la cama. Rumbo al baño comienzo a pensar todo lo que tengo y debo realizar en el día: desayunar, nadar, cocinar, dar clases, conducir, tomar clases, comer, leer, escribir, comunicarme, reír, amar, desear, sonreír, cavilar, reflexionar, regresar, observar, cenar, duchar y dormir.

1

Desperté. El ruido de los vecinos fue el que me despertó, junto con el agotador ruido del vendedor de tamales. Ruidos molestos que aturden y enervan mis sentidos. Ayer fue sólo el ruido de mis vecinos, quizá mañana sólo sea el perro, o todos a la vez, o algún ruido nuevo.

Salté de la cama. Rumbo al baño comencé a pensar todo lo que debo y tendré que hacer durante el día: desayunar, nadar, cocinar, dar clases, conducir, tomar clases, comer, leer, escribir, comunicarme, reír, amar, desear, sonreír, cavilar, reflexionar, regresar, observar, cenar, duchar y dormir.

2

Desperté. ¿Qué ruido me despertó ahora? ¿Acaso el perro molesto, o alguno de mis infames vecinos, o el altoparlante de algún vendedor o repartidor? ¿Quizá fueron todos a la vez o ninguno?

Me levanto calmo de la cama. Camino al baño y pienso en todo lo que puedo, tengo, debo, podré, quisiera y necesito hacer el día de hoy. Realizo el recuento de todo lo que puedo… una pausa, todo lo he realizo o no, y heme aquí, de nuevo listo para volver a dormir.

3

Abro los ojos. ¡He despertado! Ningún ruido hoy. La sensatez o la naturalidad del descanso me hace abrir los ojos de forma plácida. Juro en demasía que en verdad agradezco no despertar en medio de exabruptos sonoros. Debo levantarme, y ser o no en el mundo. Realizar o no todo lo que debo hacer, y sí, de nuevo estoy listo para dormir.

4

Desperté. Un ruido sordo abrume mi descanso, pero no es estruendoso, es difuso, pero aun así lo percibo y sé que está allí, y justo, me ha despertado.

Extrañado y confuso me levanto de la cama, siento muchísimo frío. Rumbo al baño, allí, me detuve. ¿Cuántas veces he realizado el mismo quehacer desde que nací? ¿Cuántas veces más deberé hacerlo? ¿Acaso todas las actividades del hacer y porvenir tuvieron sentido para mí? ¿Lo que hago determina lo que soy?

Me miro al espejo. ¡Sí, ese soy yo! Algunas canas, sí; mi rostro ha cambiado en tanto algunos ayeres y presentes han pasado. Me toco el rostro, y me siento. Aun cuando no me tocase, me veo, me percibo, sé que estoy allí frente a mí mismo. ¡Insisto! Me guiño un ojo y sé que soy yo quien mira el reflejo. Aun cuando cierre los ojos, me siento, me percibo, escucho mi respiración. Es más, me he girado, abro los ojos y miro hacia la pared, no veo más mi reflejo, pero estoy muy seguro de que estoy yo allí, y que es el espejo quien refleja mi espalda.

Me percato de lo tarde que es para comenzar a realizar todas mis actividades y me doy prisa, y sí, después de un pestañeo -de nuevo-, estoy listo para dormir.

5

Despierto. Me levanto. Realizo. Duermo. Despierto. Salto de la cama. Acciono. Duermo. Despierto. Camino al baño. Vivo el día. Duermo. Se repite todo, no sé cuántas veces, hasta que vuelvo a despertar, después de haber dormido.

6

Despierto. Me quedo por un momento analizando los ruidos de mis vecinos y lo que alcanzo a percibir del exterior. ¿Cómo sé que están -ellos- del otro lado de las paredes?

Me siento en la orilla de la cama y me estremezco con el frío; ya en el baño noto cambios en mí. ¿Si ya no soy el de ayer ni seré el de mañana, que soy hoy entonces?

Pienso en todo lo que debo realizar, las realizo. Pero mientras realizaba todas mis actividades, una inquietud llegaba a mí. ¿Qué estoy viviendo? ¿Realizo lo que en verdad quiero o sólo lo que puedo, o tan sólo lo que se me permite? Según yo, todo lo que siento, realizo, hago y creo es todo lo que amo; según yo, acciono todo lo que me gusta y evito todo lo que me perjudica.

No soy esclavo o prisionero. Vivo con comodidades. Amo, canto, deseo, rio, lloro, grito, camino, nado, deseo, conduzco, escribo, siento, percibo, reflexiono, dudo, enseño y vivo. Pero por ahora, estoy agotado, ¡iré a dormir!

7

Despierto. ¿Cuántas veces he despertado y cuántas veces he dormido durante toda mi existencia? ¿Qué sentido tiene despertar para volver a dormir y viceversa? ¿Para qué de todo lo que hago o dejo de hacer?

En el baño. Me miro al espejo, ¿cómo es que estoy dudando de que yo soy ese del reflejo a pesar de estarme pellizcando una mejilla? Recuerdo a personas, momentos, acciones, cuestiones, sucesos, detalles y acontecimientos tanto casuales como cruciales en mi vida; me sé de tantos años y sé el tiempo que he estado en diversas instancias.

Durante mis observaciones del mundo, a este, lo he visto florecer pero también decaer. Guerras, abrazos, conflictos, besos, fuego, sonrisas, catástrofes, amistades, dolor, amor, entre ene cosas más. He visto, vivido y sé que todo aquello sucede fuera de mí. Todo aquello sucede allá, y yo, estoy aquí. Si bien en algunas soy protagonista, en algunas otras soy el antagonista, o simplemente un espectador.

Pasa el día, y ahora, dormiré.

8

¡Sé que no he despertado! No puedo moverme “del todo”. Veo mi cuarto, y sé que estoy allí, pero inmóvil. Escucho ruidos y voces; estoy allí, despierto, sí, pero estoy acostado pero no dormido del todo. ¡Intento moverme y no lo logro! ¿Qué pasa? Me siento, puedo saberme allí, pero mi cuerpo no me responde. Me exhorto a dormir. Me desespero porque puedo sentirme pero no despierto. Me repito mil veces que debo dormir para poder descansar. Respiro. Intento meditar concentrándome en mi aspiración. ¡Grito! Pero nada ni nadie me escucha. No siento más, creo que debo dormir.

9

¡Estoy despierto! Sé lo que soñé. Sé que estaba dormido y despierto -a la vez-, pero estaba atrapado en mis sueños. ¡Qué curioso pero qué desesperante fue!

En el baño -de nuevo-, me miro al espejo. Ahora sí puedo gritar, pero me contengo, no lo haré. Y sí, un momento, justo allí, ¿cómo tengo la certeza de que -en verdad- he despertado? ¿Cómo sé que no continúo atrapado como en mi sueño previo, sólo que esta vez sí “puedo” moverme?

En aquel sueño -de ayer u hoy-, soñé que estaba inmóvil pero vivo, ya no sé si tan bien o mal como ahora. La diferencia puede radicar en que ahora no me siento “atrapado” o inmóvil, ¿acaso el hecho de que pueda -correr, gritar, saltar, caminar-, significará que no estoy soñando? Insisto, ¿cómo sé que no estoy soñando aún, o que siempre he estado soñando? ¿Cómo? ¡Un sueño -lucido- se presenta ante mí!

En los sueños puedo volar o me quemo o, sé que visito a una estrella de cine, o que estoy en alguna parte del orbe que no conozco. Según yo -desperté, y no puedo nada más que aquello que sí he logrado en acciones.

Un ruido me saca de mis pensamientos; noto que es tardísimo para mis actividades. Corro, realizo todas mis actividades y, vuelvo a dormir.

10

Despierto. Repito. Duermo. Repito y vuelvo a repetir. Duermo y despierto. Repito y duermo. Repito y despierto. ¿Qué sentido tiene la repetición ad nauseam de actividades? ¡Ya me sienta bien o mal, no puedo detener ni el tiempo ni el espacio! Frente al espejo he cambiado, he acumulado experiencias, sucesos, recorridos, números, momentos, dolores, saberes, desastres, deseos, llantos, y años.

¿Cómo sé que no me encuentro en un sueño o si sí he despertado? A veces puedo lo mismo en el sueño como en la vigilia, a veces no. ¿Cómo se distinguen la vigilia del sueño? ¿Cuándo termino de soñar y cuando comienzo a despertar?

Me ha cansado el cuestionamiento y me estoy agotando de reflexionar. ¡Duermo! ¡Duermo! ¡Duermo!

¡¡Despierto!!

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Despierto

Una respuesta

  1. Qué atemorizantes es la existencia cuando no quieres tenerla o cuando ni siquiera sabes si la tienes.
    Te invito a leer mi texto Carta de despedida, y otros poemas, siento que tiene algo que ver con el de Trozos.
    Excelente texto.

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