Edit Content
Esta ventana es para mirar dentro de nosotrxs a través del arte y la creatividad.
Esta ventana es para mirar dentro de nosotrxs a través del arte y la creativdad.
Leonardo Abigail Castro Sánchez / Facultad de Ciencias
Picture of Leonardo Abigail Castro Sánchez

Leonardo Abigail Castro Sánchez

Facultad de Ciencias

Lic. de Filosofía por la H. Facultad de FFyL de la UNAM. Estudiante de Mtría. en Filosofía del Derecho por la H. Facultad de Derecho de la UNAM. Estudiante de Lic. de Matemáticas por la H. Facultad de Ciencias de la UNAM.

De los días como textos y pinturas

Número 9 / ABRIL - JUNIO 2023

Pintar, escribir, creatividad y vida

Picture of Leonardo Abigail Castro Sánchez

Leonardo Abigail Castro Sánchez

Facultad de Ciencias

0

¡Los días, los momentos, como las oportunidades, no vuelven jamás!

1

Cuando pretendo comenzar un texto, es decir, a pensar lo que quiero escribir, honestamente vienen preguntas a mí. ¿Para quién escribo? ¿Cuál es el sentido de lo que escribiré? ¿Es quizá para un concurso? ¿Busca responder, criticar, aclarar o proponer un algo? Asevero que es brutal el ejercicio previo a escribir.

Cuando ya sé para quién escribo, cuál es el sentido del texto, si es o no para un concurso de fe, y sé -absolutamente- que será o bien una crítica o una proposición, allí, justo allí, no sé cómo escribir. Aun cuando sólo son poco más de 20 símbolos, no sé cómo combinarlos y presentarlos sublimes, magnánimos, mágicos o coherentes para construir el texto.

Dicho lo anterior, cuando “estoy” escribiendo, ya sé el límite de cuartillas que debo escribir. El problema no es el perímetro de la extensión, sino el área de lo que cabría dentro de todo lo que será el texto.

Se presenta una radical pregunta para mí: ¿Cuándo se debe dejar de escribir?

2

En el momento que se presenta un lienzo para mí, una hoja, un bloc, o un espacio en blanco, éste o esa área exige que le plasme un dibujo o pintura, o lo que quiera que aquello exhorte. Pero, de nuevo me cuestiono, ¿para quién pintar? ¿Cuál es el sentido de lo que pintaré? ¿Es quizá para demostrar o expresar? ¿Busca plasmar, fomentar, vislumbrar o proponer un algo? Denoto ipso facto que es brutal el ejercicio previo -de intentar- pintar.

En el momento, que ya sé para quién pintaré, cuál es el sentido del lienzo, si es o no para un concurso de esperanza, y sé -claramente- que será o bien una imagen disruptiva o una glotonería, allí, justo allí, no sé cómo pintar. Aun cuando sólo son poco menos de 125 centímetros cuadrados, no sé cómo combinar tantos colores y texturas, no sé el para qué brochetear y lograr generar una obra de arte.

Dicho lo previo, cuando “estoy” pintando, ya sé el límite del perímetro y del área, y de lo que debo pintar. El inconveniente no es el perímetro de la extensión ni el área de lo que cabría dentro de todo lo que será la pintura.

Se presenta una radical pregunta para mí: ¿Cuándo se debe dejar de pintar?

3

El día emprende. Cuando pretendo comenzar un día, es decir, a pensar lo que debo vivir durante el transcurso de 24 hrs, honestamente discurren en mi muchísimas preguntas. ¿Para quién vivo?, ¿cuál es el sentido de lo que viviré?, ¿es quizá para un propósito?, “¿busco trabajar, recrear, explayarme, ayudar o proponer un algo?” Ratifico que es brutal el ejercicio antepuesto a comenzar un día.

Amanece, y ya sé para quién vivo, cuál es el sentido del día, si es o no para un propósito, y sé -absolutamente- que será o bien para trabajar, aprender, recrear o todas, allí, justo allí, no sé cómo vivir. Aun cuando sólo son pocas horas, no sé cómo disfrutarlas o emprenderlas y vivirlas sublimes, magnánimas, mágicas o coherentes para construir un día verdaderamente válido y sustancia para vivir.

Dicho lo anterior, cuando “estoy” díando, ya sé el límite de horas que tengo que vivir. El problema no es la extensión de las horas, sino el qué haré dentro de todo lo que haré en esos miles de segundos.

Se presenta una radical pregunta para mí: ¿Cuándo se debe dejar de díar?

4

Cuando garabateo brocheteoy dio (sic) justo allí, no sé cómo hacerlo, ¿para qué hacerlo? ¿cuál será el propósito de lo que haré?,¿debe haber quizá en verdad o necesariamente un para qué detrás de todos los acontecimientos?, ¿acaso para alguien es eso que hago, espero, fabrico, recreo, presento, abrumo o plasmo?

El texto se escribe de mi para un alguien, o bien un otro ajeno, cercano o bien un otro con el que vivo a diario. La pintura se pinta de mi para un alguien, o bien un otro ajeno, cercano o bien un otro con el que vivo a diario. El día se vive de mi para un alguien, o bien un otro ajeno, cercano o bien un otro con el que vivo a diario.

¿Cuándo se debe dejar de escribir?, ¿Cuándo se debe dejar de pintar?, ¿Cuándo se debe dejar de díar? ¡Honestamente no sé lo que no sé! Pero aun cuando no sé cuándo se deba, sé, que eso jamás podrá dar vuelta atrás, ni un día, ni un texto, ni una pintura, cada trazo, cada renglón, cada minuto no cederá en la canción del Haber. Todo es siendo, y dejando de ser para siempre, pero cambiando permanece.

Sé entonces que nunca, pero jamás se debe dejar de: vivir, soñar, respirar, anhelar, sonreír, buscar, aventurarse y arriesgarse. Sé que no se debe dejar de escribir, díar o brochetear, sé, que un texto, una pintura y un día, nunca se terminan ni se deben dejar, tan sólo y simplemente se dejan de escribir, de pintar y de díar. A saber, un texto, pintura y experiencia nunca tendrán un fin, ni se deben dejar, honestamente sólo se dejan de seguir escribiendo, pintando y díando, porque los textos, los días, como las pinturas no se terminan, sólo se dejan, y se deben dejar porque se debe seguir con otro texto, otro día y otra pintura.
Porque se deben dejar para seguir debiendo dejar, ya que, los textos, las pinturas, son como los días, y: ¡Los días, los momentos, como las oportunidades, no vuelven jamás!

Más sobre Ventana Interior

Surtido rico de flores

Surtido rico de flores

Por Julián García Santín
Poesía naturalista para el amor y otros dolores

Leer
Lo que dicen que somos

Lo que dicen que somos

Por Paula Fernanda Ledesma Martínez
A veces somos el orgullo, a veces la decepción

Leer

Yo solo sé que no sé nada

Por Citlali Núñez Téllez
La verdadera sabiduría consiste en cuestionar en lugar de creer a ciegas

Leer

México a blanco y negro

Por Natalia López Hernández
Matices sobre la desigualdad, el dolor y la rabia

Leer
Amor universitario (y latinoamericanista)

Amor universitario (y latinoamericanista)

Por Christian Osvaldo Rivas Velázquez
El romance y la teoría social se cruzan en C.U.

Leer
Obligación

Obligación

Por Aarón Giuseppe Jiménez Lanza
¿Cuál es nuestro deber en tiempos sombríos?

Leer

Deja tus comentarios sobre el artículo

De los días como textos y pinturas

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

six + eight =