En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
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Liam Hernández Sonda

Facultad de Derecho

Soy un estudiante promedio con múltiples gustos y motivaciones para romper mis límites.

Death Note y la ilusión del poder absoluto

Número 16 / ENERO - MARZO 2025

¿Qué harías si pudieras decidir quién vive y quién muere?

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Liam Hernández Sonda

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Death Note es una obra que no solo entretiene, sino que expone la complejidad de la justicia, el poder y la moralidad humana. Light Yagami, un joven brillante y ejemplar, vive en un mundo donde los sistemas judiciales parecen siempre fallar y la justicia rara vez sirve como se espera. Hijo de Soichiro Yagami, un respetado jefe de policía, Light tiene una visión clara de lo que está mal en la sociedad: la delincuencia, la corrupción y la injusticia. A pesar de ser un estudiante sobresaliente, su desilusión con el sistema lo convierte en un hombre que busca una solución radical para purificar el mundo. Este deseo lo lleva a encontrar la Death Note, un cuaderno con el poder de matar a cualquier persona cuyo nombre sea escrito en él, siempre y cuando se conozca su rostro.

Al principio, Light utiliza este poder para eliminar a los criminales que considera una “escoria” de la sociedad, convencido de que la humanidad necesita una limpieza profunda. La lógica de Light es inquietante pero seductora: si los criminales desaparecen, ¿no viviríamos en un mundo más seguro, más limpio? La figura de Kira, como Light llega a ser conocido, se presenta como un justiciero que castiga a aquellos que han eludido el sistema judicial. Pero lo que parecía ser un camino hacia la paz comienza a revelar sus sombras. Al tomar el control sobre la vida y la muerte, Light no solo elimina criminales, también borra la línea que distingue a un salvador de un tirano.

Este proceso es gradual. Al principio, Light se ve a sí mismo como alguien que actúa por el bien de la humanidad, un justiciero que solo elimina a quienes considera culpables y de crímenes graves. Sin embargo, poco a poco, a medida que su poder crece, también lo hace su ego. La moralidad de Light se va distorsionando y su visión de justicia se va haciendo más absoluta, más intransigente. Lo que empieza como un objetivo noble de “limpiar” al mundo se convierte en un proyecto de control total, donde la vida de cualquier persona, incluso de aquellos que se oponen a él, depende de su juicio personal. La conversión de Light en Kira es una caída moral: la figura del “salvador” se vuelve cada vez más autoritaria, hasta que se convierte en un dictador convencido de que está haciendo lo correcto, sin espacio para la duda.

Un aspecto revelador de la corrupción de Light es su relación con las personas a su alrededor. Al principio, parece que la conexión con sus seres queridos es genuina, pero a medida que avanza su cruzada, empieza a usar a las personas como piezas de un tablero de ajedrez, en su afán de alcanzar su objetivo final. Misa Amane, quien se convierte en su devota seguidora, es manipulada por Light para servir a sus fines, a pesar de que ella genuinamente lo ama y cree en su misión. Light no duda en usarla para sus propios intereses, incluso cuando ella es una víctima de las circunstancias y de su propio enamoramiento. Misa, con su profundo deseo de venganza por la muerte de sus padres a manos de un criminal, se convierte en una herramienta más para Light. En su mente, su objetivo superior justifica que manipule a Misa para que lo apoye y le ayude a conseguir información, incluso a costa de sus propios sentimientos y bienestar.

Kira ha llegado a un punto en que ya no le importa lo que le pase a los demás, siempre y cuando logre la victoria en su lucha por imponer su visión del mundo.

El dios de la muerte, Ryuk, quien deja caer la Death Note en el mundo humano, no solo cumple una función de observador, sino que también sirve como metáfora de la indiferencia que caracteriza al poder absoluto. Los dioses de la muerte, en Death Note, no se preocupan por las vidas humanas; para ellos, los humanos son simples piezas en un juego aburrido. Ryuk es testigo de cómo Light, en su afán de imponer una justicia de hierro, se despoja de su humanidad. En el fondo, Ryuk representa esa fatalidad del poder: la aparente libertad para decidir el destino de otros, pero a costa de perder la conexión con lo que hace a un ser humano verdaderamente humano. La indiferencia de Ryuk hacia las vidas humanas refleja el vacío moral que se abre cuando el poder se convierte en el árbitro único de la existencia y la muerte.

L, el detective que se enfrenta a Kira, es la contraparte humana de Light, el que sigue el camino de la lógica y la justicia colectiva, en lugar de dejar que una sola mente decida el destino de todos. La batalla entre Light y L es mucho más que una competencia intelectual; es una lucha ideológica entre dos visiones de la justicia. Mientras que Light ve el asesinato de criminales como una forma de purificación, L cuestiona qué lo hace más digno que aquellos que decide eliminar. Para L, la justicia no puede ser monopolizada por una sola persona, no importa cuán brillante sea. La justicia es imperfecta, pero humana.

Este enfrentamiento ideológico entre Light y L va más allá de un simple duelo de intelectos, pues está cargado de preguntas sobre la moralidad. ¿Es moral matar para construir un mundo mejor? ¿El fin realmente justifica los medios, o esa lógica solo nos lleva más cerca de la tiranía?

Quiero detenerme aquí para profundizar en lo que Death Note significó para mí, tal como me han pedido. Aunque siempre me fascinó su trama y sus personajes, lo más importante es cómo me impactó personalmente. Death Note no es solo una serie para mí; es una ventana a los dilemas morales más profundos de la humanidad. Me llevó a cuestionarme a mí mismo y mis creencias: ¿qué haría yo si tuviera el poder de la Death Note? ¿Me atrevería a usarlo? Y si lo hiciera, ¿en qué me convertiría? Light Yagami, con su caída moral, me hizo reflexionar sobre el peligro del poder absoluto y cómo las mejores intenciones pueden convertirse en el camino hacia la corrupción.

Me impactó también cómo aborda temas universales como la justicia, el control y el libre albedrío. La serie no ofrece respuestas claras, y creo que eso es lo que más me marcó. Me dejó pensando en las consecuencias de nuestras acciones y en lo fácil que es cruzar límites éticos cuando creemos que tenemos razón. En el fondo, Death Note me enseñó que, aunque deseemos un mundo más justo, nunca debemos sacrificar nuestra humanidad en el proceso.

Para mí, Death Note no es solo una historia: es un recordatorio de que el poder, sin límites ni cuestionamientos, puede destruirnos.

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Death Note y la ilusión del poder absoluto

Una respuesta

  1. Durante años, Death Note ha prevalecido como uno de mis animes favoritos, y este escrito detalla de manera muy acertada a cada uno de los personajes principales y la premisa principal de la trama. Me gustó bastante el enfoque que el autor brindó.

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