Desde hace años hemos estado viviendo en una apócrifa sociedad civilizada con derechos y normas establecidas para mantener un orden. Sin embargo, en los últimos años se ha escuchado mucho el término “generación de cristal”, el cual se refiere a los jóvenes que reclaman ante lo que ellos consideran nuevas problemáticas.

¿Pero realmente se trata de nuevas problemáticas? De ser así, ¿por qué no habían surgido antes? ¿Por qué justo en estos momentos?

Resulta que la sociedad en la que vivimos no es tan prospera como creíamos, ya que estos problemas no son algo nuevo y ya tienen varios años de procedencia. Por ejemplo, el feminismo, es un movimiento que busca la igualdad entre hombres y mujeres en la sociedad, tiene antecedentes que abarcan desde antes del siglo XIX. Uno de los más importantes es la publicación de Vindicación de los derechos de la mujer de Mary Wollstonecraft en 1792, donde ella exige igualdad de derechos civiles, políticos, laborales y educativos para ambos géneros, demandas demasiado radicales e insólitas para su época.

Esto, junto con los acontecimientos posteriores, nos muestra que el feminismo no es algo de hoy y que las mujeres están luchando por la igualdad para hombres y mujeres en la sociedad desde hace años.

De la misma forma, la mayoría de los demás movimientos que están activos en la actualidad buscan solucionar problemas que existen desde hace mucho tiempo. Pero incluso, si estas demandas ya llevan tiempo existiendo, aún queda la pregunta: ¿por qué alzamos la voz hasta ahora? ¿Por qué no antes?

Aún sin necesidad de cambios tan radicales, nuestra sociedad siempre ha ido en constante evolución y por obviedad nosotros no crecimos en el mismo contexto que nuestros padres, así como ellos no crecieron en el mismo contexto que nuestros abuelos. Es así, que quizá la diferencia radica en estos cambios.

La educación es probablemente uno de los cambios más importantes, ya que ahora se le da más prioridad a cosas que antes no, como lo es la educación emocional, la educación cívica y ética y la educación sexual. Considero que es gracias a este tipo de cambios que nuestra generación es menos inhibida a la hora de reclamar sus derechos y alzar la voz ante lo que no nos parece correcto.

Aun así, hay quienes no comprenden el porqué de estos movimientos y mayormente se da debido al desinterés o la indiferencia, lo que a su vez causa que se forme una idea equivocada en la mente de cada persona de lo que busca cada movimiento. Retomando al feminismo como ejemplo, mucha gente suele confundir este movimiento con el hembrismo. Es decir, suelen pensar que es una especie de machismo a la inversa, cuando en realidad, el sinónimo más próximo a feminismo es equidad.

Es por lo anterior que en lo personal recomiendo no dar una opinión sobre alguno de estos movimientos sin antes haber investigado al respecto y mucho menos difundir esos pensamientos erróneos en lugares como redes sociales.

Contrario a lo anterior, hay quienes sí conocen cuales son los ideales de un movimiento pero simplemente no están de acuerdo con estos y creen que la lucha que se está haciendo en estos es desacertada, o vana en su defecto. Un ejemplo de esto podría ser el movimiento LGBTTTIQ+, el cual lucha por la tolerancia hacia los diferentes géneros y tipos de amor que pueden existir y que, de hecho, existen. Sin embargo, la mayoría de la gente mayor de 40 o incluso 30 años suele pensar que el movimiento persigue un ideal incorrecto.

Por supuesto que todos somos libres de opinar y pensar lo que queramos sobre cualquier tema, sobre todo cuando tenemos conocimiento de dicho tema. De hecho, con tantas personas y opiniones que existen es prácticamente imposible que todos estemos de acuerdo o pensemos igual. Ahora bien, opinar y agredir son cosas muy diferentes.

Otro cambio que ha marcado una visible diferencia en estos últimos años y que ha jugado un papel muy importante  es el uso de nuevos medios de comunicación como las redes sociales, las cuales ayudan a difundir noticias más rápidamente por todo el mundo, aunque lastimosamente, estas noticias pueden distorsionarse fácilmente por la misma razón o incluso ser directamente falsas.

Más peligroso aún, las redes sociales pueden ser usadas para humillar o denigrar a ciertas personas que forman parte de estos movimientos, ya sea en forma de broma con alguna imagen o meme, o de forma más directa y ofensiva.

Como dije antes, está bien tener una opinión y querer compartirla, pero siempre con respeto y con la seriedad que se merece. Hay que recordar que estos movimientos son grupos de personas de todo el mundo que tienen ideales y bases sólidas. Estos jóvenes  luchan hoy para conseguir lo que consideran que mejorará al mundo mañana —una revolución social— y tal vez algún día lo logren. Mientras tanto, mantengámonos informados, tolerantes y respetuosos en la incertidumbre.