Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Vallejo
Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Vallejo
Día 1
Los días pasan como si volasen. Siento que me quedo atrás y no puedo avanzar. No sé qué me pasa. Vivo sumergido en mis pensamientos. En la más ligera distracción quiero alejarme del mundo que me rodea. Ya no quiero oír a nadie, mi único deseo es que me dejen solo.
Estoy muriendo en vida y nadie lo nota. Las voces me siguen y les digo que callen, pero gritan más fuerte. Algunas me recomiendan acabar con la partida, apagar el juego y simplemente descansar para la eternidad. Ellas me consumen día y noche.
Día 2
Hoy me desperté con menos ganas de vivir que ayer. Mi hermano se burla de mí al verme encender la estufa. Hace referencia a una caricatura, es molesto lidiar con él y con ellas, que nuevamente aparecen dándome ideas estúpidas pero tentadoras: “golpéalo”, “hazlo”, es lo que repiten sin parar. Hago caso omiso a ambos y sigo cocinando.
Día 3
Hoy mi madre volvió a enojarse conmigo, al parecer mi tiempo debe ser dedicado solamente a las labores domésticas mientras mi hermano mayor se entretiene con su juego.
Día 4
Hoy me levanté temprano, salí de mi casa, abrí la puerta despacio para que ella no se diera cuenta. Las voces seguían proponiendo: “apaga tu juego”, “apaga tu vida”, “ya deja la partida”. Me dispuse a caminar, a dar un último vistazo y a despedirme de lo que alguna vez me hizo feliz. A los pocos pasos, una espesa niebla me rodeaba. Estaba todo muy tranquilo, así que decidí que ese sería el último lugar que vería, ese paisaje sería lo último que vería. Cerré mis ojos, mentalizándome antes de cumplir la petición de las voces.
Al abrirlos nuevamente, de entre la niebla emergió una sombra que se me acercaba. Unos segundos después una hermosa chica estaba de pie frente a mí. Me saludó con una sonrisa, preguntó qué era lo que yo hacía. Sin esperar la respuesta, me invitó a caminar junto a ella, acepté. Mientras avanzábamos me contó sobre lo mucho que le gustaba estar en medio de la niebla, lo tranquilizante y hermoso que eso era. Transcurrió bastante tiempo, no sé cuánto, pero la niebla empezó a disiparse. Ella se despidió, pero antes de irse dijo que nos volviéramos a ver en el mismo lugar, asentí y me retiré.
Día 5
Me levanté a la misma hora que ayer, pues quería saber quién era esa chica. Era muy bonita, algo en ella me atrae, me tenía intrigado. Volví a salir de mi casa sin que mi madre despertara, llegué al mismo lugar y ella ya estaba ahí. Ahora tenía un vestido y suéter blancos que resaltaban su belleza. Le ofrecí mi mano para caminar, cuando tomé la suya sentí lo helada que estaba y le ofrecí mis guantes para que sus dedos no se congelaran. Después de eso comenzamos nuestra caminata y charlamos. En un descuido confesé lo que sentía por ella, pero sólo sonrió y me guio por la niebla. Otra vez recorrimos un largo trecho de camino y llegamos a un lugar con flores y pasto en el que nos recostamos. Tomados de la mano, le confié mi intento de acabar la partida. Ella sólo dijo: “Olvida el pasado, céntrate en el presente y descansa conmigo hasta que la niebla se vaya”. Cerré los ojos y descansé.
Día 1
Ha sonado mi alarma, tengo los ojos llorosos, mis mejillas mojadas.
ESTOY ALEGRE Y QUIERO VIVIR.
Por: Adrián Mayorga Rojas
¿Qué pasaría si le confiamos la humanidad a la tecnología?
Por: Raquel Alducín Lira
Odio la vida adulta que dice que la vida no es una película
Por: Julio Reyes
Una obra maestra para reflexionar sobre nuestras acciones y su impacto en la sociedad