En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
CRÉDITO: Ingrid Meza Nava / Facultad de Artes y Diseño
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Verónica Samantha Espinosa Fragoso

Escuela Nacional Preparatoria Plantel 9

Soy una estudiante de preparatoria, me gustan mucho las artes plásticas, últimamente me han llamado mucho la atención las ciencias, y en especial el área de investigación. He tratado de juntar estos dos pasatiempos para promover las ciencias desde el arte.

Alma de viejita

Número 16 / ENERO - MARZO 2025

Rescatando el arte y la nostalgia de la Época de Oro del cine mexicano

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Verónica Samantha Espinosa Fragoso

Escuela Nacional Preparatoria Plantel 9

El cine ha dejado una huella imborrable en mi vida. Aunque pueda soñar extraño y loco, el cine mexicano, especialmente el de la Época de Oro, formó parte fundamental de mi infancia. Recuerdo despertar cada mañana y ver que mis padres desayunaban con el canal “De película”, donde transmitían muchas películas antiguas en blanco y negro. 

Entre los 5 y 8 años, solía decirles a mis padres que esas películas me parecían aburridas y que no me gustaba que la mayoría no tuvieran color. Sin embargo, con el paso de los años, poco a poco fui apreciándolas más, y algunas de ellas incluso se han convertido en mis favoritas.

Ahora que soy mayor, comprendo muchas de esas películas de una manera más profunda. He llegado a entender que son mucho más que simples historias sin color; es asombroso cómo, sin necesidad de colores, pueden narrar tantas realidades. 

La Época de Oro del cine mexicano ha dejado huella en la vida de muchos mexicanos y en la cultura del país. Este periodo, que comenzó con la película Allá en el Rancho Grande en 1936, marcó el inicio de la era dorada para la cinematografía mexicana, que rápidamente se convertiría en una de las más influyentes del mundo. 

Las películas no solo entretienen, sino que también reflejan la realidad de aquellos años, mostrando la pobreza, el amor, el machismo, las dinámicas familiares, las tradiciones mexicanas, los valores culturales, la lucha de clase, la comedia y el humor crítico hacia la sociedad y política, así como la música y moda de la época. Eran un espejo de la sociedad, capturando sus alegrías y sus penas, sus esperanzas y desafíos. 

Una de mis películas favoritas de la Época de Oro es Una familia de tantas. Esta película que mi familia ha visto innumerables veces, se ha convertido en una parte entrañable de mi vida. Tanto así, que algunos diálogos los sé de memoria. La historia de una familia conservadora y tradicional, donde el padre ejerce control casi absoluto sobre la vida de sus hijos y esposa, resuenan profundamente conmigo. La película ofrece una crítica hacia la sociedad mexicana de la época, mostrando que, aunque pensemos que estas dinámicas familiares son cosa del pasado, aún persisten en pleno siglo XXI. 

En el ámbito de la comedia, uno de los personajes que más marcó mi infancia fue Germán Valdés, conocido artísticamente como Tin Tan, fue un actor, cantante y comediante recordado por su carisma y estilo único. Se hizo famoso por su personaje del “Pachuco”, que se popularizó en México. Protagonizó más de 100 películas, muchas de las que se convirtieron en clásicos del cine mexicano. Me fascina la caracterización de Tin Tan en películas como Rey del barrio, El revoltoso y en mi favorita, El ceniciento. Tin Tan es sin duda una leyenda del entretenimiento. 

Por su parte, Macario es una de las películas más importantes en la historia del cine mexicano. No solo fue la primera película mexicana en ser nominada a los Óscar como Mejor Película Extranjera, sino que también muestra una de las tradiciones más hermosas de México: el Día de Muertos. Esta obra maestra nos sumerge en un mundo de magia y misticismo, enalteciendo nuestra cultura. 

Otra película que no puedo dejar de mencionar es Rojo amanecer. Esta cinta aborda la masacre de Tlatelolco en 1968, uno de los episodios más oscuros de nuestra historia. Nos recuerda la importancia de nunca olvidar los eventos de nuestro pasado para que no se repitan, y honrar la memoria de quienes lucharon por México. 

Podría seguir mencionando más títulos que han dejado huella imborrable en el cine mexicano, como Angelitos negros, que trata sobre el racismo; o las películas de Luis Buñuel, como Nazarín, Él, El ángel exterminador y Los olvidados; o Los tres García, Escuela de vagabundos y La malquerida, cada una con su propio encanto y mensaje.

Quiero compartir una razón más por la que me encanta la Época de Oro del cine mexicano: la moda. Las actrices de esa época, como María Félix y Dolores del Río, con su elegancia y sus vestidos y joyas divinas, se convirtieron en referentes para el público. A mi madre le encantan estas tendencias y ver las películas, y me parece tan bonito que mi madre se ha inspirado en ellas, adoptando parte de su estilo para las prendas que ella misma hace. 

El cine, en general, es un arte muy bello, y sin duda forma parte de la identidad de nuestro país. Frases icónicas como “¡No me simpatizas!”, “¡Qué suave!” y “¡No soy monedita de oro, pa’ caerle bien a todos!” han trascendido generaciones. Seguramente has escuchado a tus padres y abuelos decirlas.

 

Ya lo dije, el cine es parte fundamental de mi vida. Puede parecer raro que a mi edad, con todas las nuevas películas que hay en la actualidad, me encanten las películas de “viejitos”, debo decir que me quedo con ellas, me quedo con la nostalgia que, aunque en blanco y negro, está llena de vida y de significado, me quedo con mi “alma de viejita”.

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