Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán
Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán
En meses recientes terminé de estudiar el quinto semestre de Derecho en la FES Acatlán, el tiempo se fue volando muy rápido –como en un abrir y cerrar de ojos–, jamás creí que después de concluir el bachillerato en el CCH Naucalpan y de ingresar a la licenciatura en el 2022, hoy me encuentre a la mitad de la carrera, en vísperas de cursar los semestres restantes para culminar exitosamente mi formación académica y obtener el anhelado título profesional.
A lo largo de estos dos años y medio no solo adquirí conocimientos, técnicas y herramientas para –en un futuro– ser un gran abogado y jurista, también experiencias que marcaron mi gusto por la Ciencia Jurídica e hicieron que disfrutara al máximo el aprendizaje y el entorno donde inclusive me desenvuelvo socialmente con jóvenes de la carrera y otras licenciaturas.
Cuando ingresé al primer semestre, el ambiente se me hizo bastante extraño, no conocía casi a nadie más que a unos cuantos chavos que venían del CCH, y aunque el ritmo de las clases era casi idéntico al que tuve en el bachillerato, la forma de trabajo cambió totalmente, al tener más responsabilidades y compromisos con las tareas, exposiciones, actividades y un sinfín de lecturas que a diario me dejaban mis profesores, pero conforme pasaron los meses poco a poco logré adaptarme a la vida universitaria de la facultad.
Recuerdo aquel lunes 8 de agosto del 2022 –el primer día de clases de la licenciatura–, donde por un error en la asignación del grupo no llegué a la primera clase del día, y en medio de una gran confusión sobre cuál sería mi salón y horario de clases me sentí muy raro y extrañado por llegar a un lugar que no era tan conocido para mí. Cuando me enteré –en esa misma ocasión– que fui asignado al grupo 1106, me adentré a un universo distinto en el que interactuaría con chavxs que venían de todas partes y docentes que dejaron una huella importante dentro de mi formación.
Durante ese periodo tuve un horario súper chido en el que –aunque no tuviera horas libres– tenía clases únicamente de lunes a jueves de forma continua y el viernes descansaba todo el día, empecé a relacionarme con compañerxs de clase y chavxs de otros semestres, y conocí la dinámica intrainstitucional –esencia de la vida estudiantil en la FES Acatlán– en la que muchxs nos vinculábamos a través de conferencias, coloquios, congresos y semanas de licenciaturas con chavxs de otras carreras que se imparten en el plantel.
A partir de segundo semestre –con la posibilidad y ventaja de armar un horario y escoger grupos y profesorxs–, y una vez adaptado completamente a la vida estudiantil y académica, logré llevar un ritmo más equilibrado en la construcción del aprendizaje y respecto a la carga académica de mis asignaturas, permitiéndome no solo dedicar mi tiempo al estudio, también a mi vida social, a disfrutar de mis ratos con mis amigxs y múltiples actividades fuera de la facultad. Lo que sin duda me ayudó muchísimo a evitar que me presionara con las clases y permitir que aprovechara mejor el conocimiento y tuviera –de una forma más relajada y tranquila– un promedio de 9.8.
Es aquí cuando no solo tuve la oportunidad de inscribirme con los docentes que tenían muy buenas referencias, también de involucrarme más a detalle con el conocimiento de mi carrera a través de visitas guiadas a instituciones que organizaban grupos estudiantiles, encuentros con jóvenes de otras licenciaturas que compartieran la misma área de conocimiento y charlas con destacadas personalidades del mundo jurídico y de la política. En una visita al Senado para chavxs de la FES conocí a jóvenes de la carrera de Ciencias Políticas, en especial a una gran amiga: Ximena Rivera Moreno –hoy concejala en la alcaldía Álvaro Obregón por Movimiento Ciudadano–, o también, durante las campañas para consejeros técnicos de la facultad del 2024, conocí a otro gran amigo: Yunoel Tejeda –también de la misma licenciatura y originario de Veracruz–.
Esto significó una mayor apertura para mí, porque, en primer lugar, me hizo entender que mi carrera no sólo debe enfocarse al ámbito tradicional del litigio y la consultoría, también a otros que vayan más allá de los tribunales, tales como la política, el parlamento, la administración pública, la docencia, la investigación, la literatura; y en segundo lugar, amplié mis vínculos, redes de contacto y mi círculo de conocidos, y claro, me llevé maravillosas experiencias en hacer amistades nuevas con las que pude realizar cosas verdaderamente chingonas.
Y por si fuera poco, en este tiempo tuve la dicha de tomar clase con profesorxs que ahondaron en el conocimiento e hicieron que cada vez creciera mi curiosidad e interés por profundizar otras áreas del Derecho, tales como: el Dr. David Melgoza Mora, quien me incentivó a tener el interés por analizar y comprender al desarrollo de la política de nuestro país, o como la maestra Michel Monserrat Hernández, que me incentivó al desarrollo de la Filosofía del Derecho, o como la maestra Sandra Myrna Calvillo, que me invitó a conocer el Derecho Familiar en la ley y en los casos prácticos del día a día, entre otros que me incentivaron a ser más crítico de la realidad.
Cómo no olvidar aquellos cursos de Comprensión Lectora de Inglés para liberar el requisito de titulación que tomé en tercero y cuarto semestres, donde compartí momentos inolvidables con chavxs de otros semestres de mi carrera y con una gran teacher –y maravilla de persona–: Iris Gómez Flores, y donde conocí a un súper amigo, Fernando Bautista, a quien le agradezco todo su apoyo y todos los consejos que me ha dado.
Y cómo no expresar que este quinto semestre fue muy especial para mí, al tener únicamente a maestras mujeres en las cinco asignaturas que cursé; y que siempre recordaré como un semestre feminista, al hacerme reflexionar sobre el hecho de que la mujer cada vez más se hace presente en muchos espacios para romper estereotipos y lograr una verdadera igualdad de género.
En fin, fueron dos años y medio en los cuales conocí una nueva visión sobre la vida universitaria y la aplicación del Derecho en diferentes situaciones e instituciones, y donde llego a la mitad del camino para seguirme preparando para desenvolverme en el ámbito profesional y poder aplicar mis conocimientos y bases para, más allá de resolver controversias o planteamientos, lograr cambiar vidas y construir un gran liderazgo que sirva de ejemplo para las nuevas generaciones e incida en grandes cambios.
También, donde hay que saber progresar, evolucionar y reinventar el conocimiento que se nos proporciona para construir nuevas aportaciones que permitan visibilizar nuevas problemáticas, áreas de oportunidad y nuevos enfoques que hoy no son tomados en cuenta y corrijan muchos aspectos y temas pendientes.
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