En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
JACOB GARCÍA /CUARTOSCURO.COM
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Mariana León Carreño

Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

¿Es la generación de cristal o la del pensamiento crítico?

Número 3 / OCTUBRE - DICIEMBRE 2021

“Hay que desarrollar un pensamiento crítico y relacionarse para formar redes de apoyo y acompañamiento en este proceso de cambio generacional.”

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Mariana León Carreño

Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

La modernidad y el uso del internet ha facilitado la obtención de conocimientos y saberes globales para las generaciones más jóvenes. La constante circulación de noticias, información y contenido multimedia bombardean los teléfonos y dispositivos de la juventud. Con esto surgen fricciones entre lo aprendido en las escuelas, en la cotidianidad y lo aprendido en internet. Así se rompen moldes establecidos para reconstruirlos con nueva información.

Surge el cuestionamiento de los sistemas que nos rodean y se encuentran amistades en los  procesos de deconstrucción. La resistencia se construye con insultos y apodos. Señalamientos como el de la generación de cristal vs la generación de cemento surgen como respuesta al choque generacional. Continuamente se nombra el “no aguantar nada” como una debilidad. Pero, ¿porque se debe soportar y dejar pasar situaciones de violencia, acoso o contenido violento que vulnera a grupos específicos? Dentro de este pensamiento colectivo, se considera importante levantar la voz y protestar ante actos de tal carácter, romper con las estructuras que les rodean y visibilizar la violencia que estas contienen.

Por parte de la teoría feminista, desde hace unos años, se viene cuestionando la norma racional que aparece en la ciencia como un modo de operar a través de la realidad. Propiedades como la objetividad, el alejamiento del objeto de investigación y racionalidad se hacen presentes en los discursos científicos a partir de los años 40. Los recientes planteamientos y la epistemología feminista abraza el conocimiento situado como la base de su crítica hacia la objetividad normada que aparece en las disciplinas sociales. El acercamiento a las y los individuos que forman parte de la investigación, la expresión de los sentimientos en el campo de investigación y la anulación de la falsa pretensión de la objetividad científica, se hacen presentes.

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Así se abre un espacio para los sentimientos en las investigaciones científicas; se desbarata la concepción patriarcal acerca de las emociones y su relación con las mujeres como un signo de debilidad, se abre camino a la exploración de la vida humana a través de la expresión de las emociones y las vivencias de cada persona como experiencias válidas de representación. Siendo parte de esta resignificación de la vida cotidiana como una nueva manera de expresión de las violencias y situaciones que convergen en la vida social. Es por esto, que las mujeres y los hombres que representan esta generación de cristal reconocen el impacto que su voz y sus prácticas cotidianas tienen ante la denuncia de las violencias.

No obstante, dentro de este proceso de empoderamiento de las voces, las redes sociales presentan un lado peligroso. La apropiación de discursos de odio o información que vulnera a grupos convierte esta ola de pensamiento crítico en una ola de odio y desinformación. El papel de las y los influencers y los grupos de personas activistas en las redes sociales resulta fundamental para la creación de comunidades críticas. Es vital deconstruirse a través de la investigación, la lectura y los grupos que permitan la discusión de diferentes temas, sin olvidar que el pensamiento crítico, en su individualidad, debe formarse desde el juicio propio pues apropiarse de discursos que aparecen en las redes sociales puede resultar arriesgado ya que no se conocen las bases que formaron dicho pensamiento.

Los procesos de deconstrucción se presentan en nuestra individualidad como sujetos que viven experiencias, reflexionan acerca de ellas y se informan sobre los problemas sociales que se presentan dentro de estas. El pensamiento crítico surge desde la abstracción del conjunto de la información que obtenemos de fuera y las experiencias propias. Estos procesos no son definitivos sino que siempre están presentes y cambian continuamente    el entendimiento sobre el mundo de la persona, lo que hace enriquecedor el proceso de la formación del pensamiento crítico pues es interminable y siempre plantea situaciones que cuestionar.

Es posible apreciar el cambio generacional que viene de constante acompañamiento de las redes sociales, que emerge de la necesidad de crear espacios en donde las juventudes puedan informarse, hay que desarrollar un pensamiento crítico y relacionarse para formar redes de apoyo y acompañamiento en este proceso.

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