Esta ventana es para mirar dentro de nosotrxs a través del arte y la creatividad.
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Foto de Francesco Ungaro de Pexels
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Rosa Belén Victoria Pérez

Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Oriente

Puedo ser muchas cosas, pero en esencia soy una chica, estudiante de preparatoria a la que le gusta escribir, y tan sólo busca una Ventana para liberar las palabras encerradas que ya no quieren ser encadenadas.

Azul

Número 14 / JULIO - SEPTIEMBRE 2024

Hechizo de media noche, sin un final feliz…

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Rosa Belén Victoria Pérez

Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Oriente

“Si se queda, es amor, si se acaba es una historia de amor. Si nunca empieza es poesía”. Mencionaba aquel escritor desconocido que me había aparecido en internet, por medio de un reel de Instagram, y sus palabras me hicieron sentir identificada. Posteriormente el poema Gustavo Adolfo Bécquer me lo reafirmó: “¿Qué es poesía?,  dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul ¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo  preguntas? Poesía eres tú.”  

Luego de haberme quedado un buen rato pensado, es cierto, así lo creo: poesía de lo  que pudo haber sido, de lo efímero de los buenos momentos, del minuto antes de la  media noche. De creer sentir la magia pero que esta se desvanezca en un segundo.  De tener cuento de hadas, pero sin final feliz. La historia de una cenicienta, pero de una que no llega al príncipe, que tan sólo se queda con el recuerdo de ese gran  baile.  

Azul, ¿Recuerdas su vestido? Azul  

Azul es el cielo 

Azul es mi paz 

Azul aquel momento, suave pacífico, tierno y sereno  

Azul, azul era tu traje  

Azul, azul era mi vestido  

Azul pudo ser nuestro amor con brillos encantados y un suave vals al deslizar, los  vacilantes pasos que ambos dábamos al avanzar. Hechizo de media noche, sin un final feliz. Evoco en mi memoria el momento especial que por siempre quedará en mi pensar. 

La correcta cenicienta  

De un destino injusto 

Con pies lastimados 

Ya no hay calzado justo 

Las zapatillas sin calzar 

Ahí se tuvieron que quedar 

Porque tú lograste al bailar 

Más, mucho más, entregar 

No lo puedes ni imaginar 

Resulta, para tu pesar 

No eras tú especial 

Ni a la que iban esperar 

Cabalga por verdes montes, ¡príncipe casi celestial! Pero después no regreses abatido por tu partir, arrepentido por rechazar a la doncella que tanto hiciste esperar y sus sentimientos llegó a guardar. Te comunicó, el dolor la consumió, y en calabaza su carruaje por fin se convirtió. 

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