A finales de los años 60 hubo una gran movilización en masa de familias puertorriqueñas, antillanas e hispanas, a los barrios de Nueva York. Para 1971, en el Bronx había muchas pandillas que estaban en constante conflicto, manteniéndose casi en un estado permanente de guerra. Una de las pandillas más importantes eran los Ghetto Brothers, cuyos líderes frecuentaban a las Panteras Negras, un grupo activista de afroamericanos que luchaban por la igualdad y los derechos de los afrodescendientes. Los primeros se identificaron con los ideales de lucha y paz de los segundos,  por lo que las actividades y objetivos de la pandilla cambiaron, pasando a ser señores de la guerra, a buscar la paz como uno de sus objetivos principales.

Durante esos tiempos hubo un enfrentamiento entre dos de las pandillas más grandes del Bronx: los Black Spades y los Seven Inmortals. Los Ghetto Brothers, en un intento fallido, trataron de detenerla, pagando con la vida de Black Benji, uno de sus miembros más queridos. Las demás pandillas tomaron este acto como una declaración de guerra, pero en vez de eso, los Ghetto Brothers convocaron el 7 de diciembre de 1971 a una reunión por la paz en honor a su camarada caído, la cual fue llamada “Hoe Avenue Peace Meeting”, donde se reunieron los líderes de las pandillas más importantes. Ese día policías vigilaban las calles en un ambiente tan tenso que había personas en cada esquina con rifles por si las cosas se salían de control. Asombrosamente, en vez de un encuentro armado se llegó a un acuerdo, y realizaron una especie de tratado de paz entre pandillas, logrando que disminuyera la violencia durante más de 10 años. Este suceso incluso inspiró famosas películas como The Warriors (1979) y documentales como Rubble Kings (2010).

La disminución de la violencia permitió que lxs jóvenes pudieran relacionarse en otros barrios distintos al suyo, desarrollándose en actividades y dinámicas fuera del pandillerismo, como el arte urbano. La música y el baile unieron a antiguos enemigos y trajeron un sentido de autoestima, identidad e impulso competitivo a las juventudes de las zonas barriales de Nueva York,  lo que permitió que germinara la cultura hip hop. Su origen fue en las Block Party organizadas por Cindy Campbell y su hermano Deejay Kool Herc, fiestas urbanas en las que mediante el arte se hacía comunidad, siendo espacios de contracultura hegemónica, pues eran una forma de reacción y resistencia a las políticas neoliberales, racistas y clasistas del gobierno de los Estados Unidos.

En estos eventos los DJ eran los protagonistas, todo giraba en torno a los ritmos que producían, además, la invención de los scratches fue un punto de quiebre muy importante para la cultura. Incluso el aniversario del hip hop se celebra el 11 de agosto de 1973, día en el que se llevó a cabo la fiesta en la que DJ Kool Herc introdujo este sonido en sus intervenciones sobre el vinilo. 

El hip hop tiene cuatro elementos principales: DJ, break dance, graffiti y MC o maestro de ceremonia. Cabe aclarar que estos no son los únicos, pues también se les considera elementos al beat box, al rap, incluso al conocimiento, la vestimenta y al lenguaje, entre otros, expresándose de formas distintas según el contexto. 

Extendiéndose por toda Latinoamérica gracias a los migrantes que volvían a sus países de origen a compartir esta cultura en las zonas barriales, hoy en día el hip hop es conocido a nivel mundial. Desgraciadamente su globalización conllevó a una pérdida de la sustancialidad y esencia simbólica de sus orígenes, pues ha sido comercializado y vulgarizado, usando el término para referirse al género musical denominado rap, o a un estilo de baile urbano, cayendo en la apropiación banal del término por grandes empresas transnacionales. Como cuando cuando la revista The Source consideró a Bad Bunny como el artista hip hop del año en el 2022, o el caso de los Grammy Latinos otorgando desde 2020 los premios Hip Hop a artistas pop. Esto ha provocado una fuerte movilización en redes sociales y discursos de protesta de parte de la comunidad que realmente representa y forma parte de la cultura.

A pesar de su globalización, el hip hop no desaparecerá ni dejará de ser una contrahegemonía  a la cultura dominante, pues contrario a los ideales del neoliberalismo, representa comunidad, pluralidad y paz entre la guerra, llevando a través del arte un discurso de protesta antirracista y anticlasista, todo un movimiento artístico compuesto por las voces vivas de las clases populares pertenecientes a las zonas barriales más marginadas de las urbes.