Facultad de Economía
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Claro, bien lo dice la encuesta esa, las mujeres hacemos más del doble que los hombres para cuidar a enfermos, o dicho formalmente, las mujeres dedican 11.7 horas en promedio al Trabajo no Remunerado de Cuidados a Integrantes del Hogar, mientras que los hombres solo dedican 5.2 horas en promedio.
Estoy desde hace varios días en este hospital, entrando y saliendo para cuidar a mi padre de acuerdo a una logística coordinada por WhatsApp. Miro a mi alredor pensando en lo visto tantas veces en clase y pienso que si hiciera ahorita una estadística de cuántas mujeres y cuántos hombres habemos aquí, más del 90% somos mujeres, y hay muchas que se ve que ni siquiera han podido cambiar turno con alguien, están siempre. Y sí, la división sexual del trabajo ha puesto en los hombres la responsabilidad del trabajo productivo y a las mujeres se nos catalogó como madres y esposas (aún cuando no todas lo seamos) y se toma como un “hecho natural” que seamos las responsables de las actividades de cuidado del hogar y de las personas.
Mal momento ¿o bueno? para leer Integración del trabajo de cuidados no remunerado en la modelización macroeconómica: un enfoque estructuralista. Lo leo y releo y se me enredan la cabeza y los sentimientos. Me concentro: “El cuidado es un trabajo que incluye cercanía personal e interacción emocional con quien está siendo cuidado”. Me quedo suspendida en esta definición y me enoja que sea “un trabajo” y que sea cierto, pues por un lado me está demandando el esfuerzo que hago y por otro me desencaja la tristeza enorme de ver a mi padre en enfermedad.
“En el modelo que se expone, nos referimos a tres diferentes tipos de motivación para hacer el cuidado: interés propio, altruismo o deseo de cumplir con las normas sociales”. ¿Será? ¿Sólo estas tres? ¿Y a la combinación de todo eso cómo se le llamaría? Escucho a la chica de al lado que también cuida a su padre, es hija única, así que le toca a ella cuidarlo pues su madre trabaja. A lo mejor a ella corresponde el tercer caso, ¿no? Y me pregunto, ¿yo por qué lo hago? ¿Y si no puedo responderme? ¿Y si no me gusta la respuesta? Cualquiera de las opciones tiene un transfondo que puede remitirse a la infancia, al recuerdo, al año pasado. Yo creo que puede haber más variables pero eso de los modelos económicos siempre es limitante, y yo hoy tengo demasiadas variables que no se ajustan a un modelo.Pero el texto da un giro, ahora habla del “espíritu, el alma” (spirits): “Después de pasar mucho tiempo clarificando que las personas usamos el término “cuidado” para referirnos a una actividad y no a un sentimiento, ¿cómo podemos usarlo para caracterizar al espíritu/alma?” A lo mejor en esta vertiente hay algo que me sirva más, pues no tengo cabeza para entender las fórmulas, hoy solo siento incertidumbre y quiero que esto pase y que mi padre esté mejor y no necesite más de mis inhabilidosos cuidados.
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