John Ackerman (JA): Andrés, bienvenido al Museo de las Culturas Populares. Dime primero tu nombre. ¿Quién eres y qué haces?
Andrés Barreda (AB): Mi nombre es Andrés Barreda Marín. Soy profesor de la Facultad de Economía desde hace 44 años. Me dedico a la investigación referida a la crítica de la economía política, al capitalismo mundial; además, le he puesto siempre mucha atención a los recursos naturales estratégicos, a la geopolítica y al medio ambiente, desde el punto de vista del territorio. También he trabajado con organizaciones sociales toda la vida, con la Asamblea Nacional de Afectados Ambientales. Recientemente, con grupos de afectados en zonas infernales ambientalmente y estoy coordinando en el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) el Proyecto Nacional Estratégico (PRONACE), un proyecto titulado “Agentes tóxicos y procesos contaminantes”.
JA: Muy bien, muchas gracias. Pues este es un proyecto sobre el neoliberalismo como etapa histórica, como concepto y práctica. Empecemos en un nivel más abstracto, aunque comprensible para el público general. ¿Qué es el neoliberalismo?
AB: Pues como yo lo entiendo es una fase histórica en la que el grupo central de capitales trata de afrontar una caída histórica en la tasa de ganancia y en la masa de ganancia por la vía dura. La crisis de años setenta trató de ser afrontada rompiendo los límites a la acumulación del capital que establecía el modelo keynesiano, porque lo que necesitaban era estimular la obtención de ganancias de manera muy obscena. Subieron la tasa de explotación y todas las formas de sacar excedentes a los trabajadores, prolongando y/o intensificando la jornada de trabajo, reduciendo los salarios, destruyendo no solamente el salario semanal, el salario regular o quincenal, sino los salarios finales de ahorro de toda la vida o fondo de pensión, así como destruyendo los “salarios”, por decirlo así, que retornan a los productores, bajo la forma de servicios del Estado (salud, educación, cultura, infraestructuras, seguridad, etc.). Eso lo destruyeron, lo pulverizaron, lo arrasaron y obscenamente lo convirtieron en todo tipo de negocios particulares.
También se instrumentaron muchas otras formas de contrarrestar la caída de la tasa de ganancia, lo que tiene que ver con todas formas salvajes de obtener ganancias extraordinarias. Una, fue manipulando el dólar: lo volvieron un papel devaluado, estableciéndose como curso forzoso mundial por la vía pulcra de la fuerza económica y por la vía sucia de la fuerza militar, es decir, por la vía de la intimidación que establece la violencia de las armas. A todo el mundo lo obligaron a comprar y vender en dólares. Esa fue la plataforma desde la cual se desataron otras formas especulativas, desatando, vamos a decirlo así, los demonios del capital financiero que siempre están allí. Otra forma fue asaltar a capitales públicos en todas las naciones débiles e impusieron una política pública neoliberal que en realidad lo que hizo fue globalizar el modelo americano que yo llamo de “desvío de poder”.
“ A todo el mundo lo obligaron a comprar y vender en dólares. Esa fue la plataforma desde la cual se desataron otras formas especulativas, desatando, vamos a decirlo así, los demonios del capital financiero que siempre están allí. ”
Tú eres abogado (John Ackerman) y sabes que en México no se enseña ese tema. Se habla de “abuso de poder”, pero no de desvío de poder. Cuando este último ha sido lo habitual en Estados Unidos a lo largo de todo el siglo XX; lo cual significa que el interés público empieza a subordinarse a un estrecho grupo supremo del interés privado. Y para eso no hay que violar ninguna ley (como ocurre en el caso del abuso de poder), sino más bien entrar directamente en la fábrica de las leyes, en el Congreso y construir leyes ad hoc para que el interés público se vaya subordinando al interés privado. Una máxima emblemática de la historia de Estados Unidos era que el interés general de la General Motors de Estados Unidos y el interés general de Estados Unidos era el interés particular de la General Motors. Ese es el gran dicho de los años 30 del siglo XX que refleja cómo un compacto grupo empresarial del lobby del petróleo (que además de los productores de energía incluía al grupo automotriz y demás vehículos, al minero y de la industria de la construcción, al grupo químico, petroquímico, de los plásticos, farmacéutico, agroquímico, militar, etc.) construyó El Grupo de capitales que durante el siglo XX decidieron dictatorialmente quienes serían los presidentes y sus candidatos, cómo se harían absolutamente todas las cosas.
Después de esto, que era la práctica habitual del capitalismo norteamericano, se globaliza durante el neoliberalismo, se impone como regla general o global de la acumulación de capital, lo cual es el trasfondo que permite entender la secuencia de despojos de aquello que el geógrafo David Harvey ha llamado de forma un tanto inexacta como “acumulación por despojo”. Pues eso sólo es una parte del asunto, que a mi parecer no capta el problema central. Pues la acumulación no sólo se nutrió de despojos, sino de la incorporación de miles de millones de trabajadores en todo el planeta. Aunque ciertamente el despojo se volvió cosa de todos los días: como despojo de bienes públicos, bienes comunes (tierra, bosques, suelos, aguas, biodiversidad, genomas, etc.) e incluso bienes particulares indefensos (mediante el robo, el secuestro, el terror, etcétera).
El neoliberalismo también encontró que otra forma de contrarrestar la caída de la tasa de ganancia era no pagar ningún costo de reproducción en el momento de usar a la naturaleza. Pues al usar los recursos naturales, se desperdician y desechan objetos y sustancias, que ensucian muy problematicamente el medio ambiente. Eso ha ocurrido de manera brutal durante el período neoliberal, sin gastar un centavo en investigar otras técnicas, prevenir, filtrar, desintoxicar, restaurar, etc. Se pasó así, por encima de la reproducción de la naturaleza, de aquello que tiene que ver con el cuidado de ríos, los bosques, las aguas dulces y los mares.
Si te fijas, esta necesidad de restablecer las ganancias brutalmente que se va imponiendo desde 1980, pero conforme avanza también va obligando a desatender todo lo que tiene que ver con la reproducción de la población, con la reproducción social. Y también desatendiendo lo que tiene que ver con la reproducción del conjunto de las instituciones. Se obligó entonces a ir desmantelando al Estado en su competencia fundamental como garante general del proceso de la reproducción social-natural. Con lo cual se desprotegió y desmanteló la reproducción de capitales internos nacionales y por ahí la soberanía en las cadenas industriales, agropecuarias y comerciales.
Lo cual destruyó las fuentes de empleo, los mercados internos, la soberanía demográfica e impuso globalmente descomunales flujos migratorios desbocados (de la ciudad al campo y del Sur al Norte) que, gracias a la xenofobia, facilitaron como nunca la superexplotación de los trabajadores locales e inmigrados en los centros industriales. La circulación salvaje de los asalariados complementa siempre la libre circulación mundial de las inversiones.
Todo ello le abrió formas de obtener ganancias no a la sociedad, sino al grupo de socios y amigos que monopolizaron el control general de la riqueza. Bajo tales circunstancias, en el caso de México, se les permitió a los grandes capitales el abuso irrestricto sobre los consumidores de bienes y servicios, que también fue una norma brutal no escrita. En suma, el neoliberalismo implicó un cambio formal muy importante en el patrón de acumulación, un cambio que precisó deshacerse práctica y narrativamente del keynesianismo y la responsabilidad social del Estado, para poder imponer reglas del juego completamente salvajes que les permitieran obtener todo tipo de ganancias extraordinarias.
Aunque nada de lo anterior figura en los tratados de teoría económica es importante recordar que como su base giró en torno de la sobreexplotación de los trabajadores, el abuso en todos los sentidos, el despojo de todas las riquezas, más el ensalzamiento del interés privado y la fragmentación social, la violencia general y las actitudes y los rubros criminales fueron el aceite que mejor facilitó la veloz rotación de todos los engranajes.
JA: Brillante exposición teórica. Repasemos algunos de los momentos históricos en el nivel global y luego pasemos a México. Globalmente, ¿cuáles son algunos de los lugares y fechas claves en la instalación del neoliberalismo como sistema mundial?
AB: Bueno, el neoliberalismo comienza a ser pensado y planeado en la década de 1940. Hay un grupo de empresarios, de economistas e intelectuales, estudiados por Susan George, quien los identifica como la Mont Pelerin Society; ellos establecieron los parámetros de lo que querían. Ahí estaban los economistas (Ludwig) Von Mises y (Friedrich) Hayek. Pero no tuvieron la posibilidad de intervenir realmente en la vida política hasta fines de la década de 1970, gracias con la crisis en 1971 del dólar, el alza del precio del petróleo en 1973, sobre todo a la recesión que tiene su centro en la crisis global de la industria automotriz de 1974 y 1975, aunque la crisis del petróleo todavía vuelve a tener peso en 1978. Dicha crisis continua y profunda de los años ’70 agita hondamente a este grupo y le abre las puertas para incidir en el control de las narrativas, de las instituciones, de las políticas públicas. Como Margaret Tatcher forma parte de este grupo, a fines de 1970 cuando queda al frente del frente del Reino Unido, arranca la irrupción de este y otros grupos cupulares, donde se incorporan políticos emblemáticos como Ronald Reagan que desde Estados Unidos instauran el cambio de época.
México entra oficialmente en el nuevo juego, cuando en 1982 llega Miguel de la Madrid y pone como secretario de Programación y Presupuesto ni más ni menos que a Carlos Salinas de Gortari, quien muy rápidamente comienza organizar su grupo compacto de colaboradores con los cuales preparar el asalto a la presidencia en 1988. Son puntos de partida, claves muy importantes.
En los años ochenta hay una fase preparatoria de desmantelamiento de los pilares de la soberanía. La deuda financiera internacional es su componente fundamental pues desde la irá vulnerando la soberanía y autonomía de este y otros países, desde ahí se los debilita para a fines de los ochentas poder dar varios golpes decisivos. Otro componente clave fue la desarticulación de los países de la OPEP y la nueva caída de los procesos del petróleo a mediados de los años ochenta. Por ello, el golpe se lo dirige tanto a la Unión Soviética de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) como a todos los países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). El primer gran golpe se da en 1986, cuando se logra la caída de los precios del petróleo. Con eso los países exportadores de petróleo pierden la fuerza que creían haber adquirido en los años setenta. Venezuela y México terminan cada uno con una deuda de cien mil millones de dólares que ya no tienen cómo pagar. Mientras la URSS pierde no sólo como el gran exportador de gas hacia Europa, sino que además pierde su segundo mercado, que es la venta de armas a los principales países petroleros.
A partir de ahí deriva la fractura del mal llamado bloque socialista y del bloque “Tercer Mundo”, mientras Estados Unidos define la nueva regla de juego mediante el Consenso de Washington y los tratados de libre comercio y los nuevos instrumentos de ataque mediante la Organización Mundial de Comercio (OMC). El libre comercio conforma el núcleo duro del neoliberalismo que propiamente comienza a hacerse valer en la década de 1990.
Un siguiente paso clave ocurre en el año 2000, cuando se logra, después de mucho lobby internacional, que China se incorpore dentro de la OMC. Si los ’90 son el período en que se firman y propagan tratados de libre comercio por todos lados, con México a la cabeza —que no sólo firma el TLCAN con Estados Unidos y Canadá, sino que también empieza a firmar tratados a diestra y siniestra, hasta convertirse en el país que más tratados de libre comercio ha firmado en el mundo— podríamos decir que el clímax más importante del neoliberalismo ocurre cuando China finalmente ingresa dentro de este juego, porque China es la región con mayor mano de obra, bien educada, perfectamente disciplinada para ponerla a producir plusvalor y, por ahí, la mejor palanca que Estados Unidos puede encontrar para poder abatir el salario de todos los trabajadores del mundo. Porque EUA simplemente dice: “Bueno, si tú no quieres bajar tus salarios y desregular toda tu economía al nivel de los chinos, yo me voy, me voy a China, dado que allá puedo invertir y ganar mucho; si tu no quieres desregular el trabajo y el medio ambiente como se hace en China, me voy para allá. Tú haz lo que quieras”.
“ No ha habido mayor cómplice histórico del neoliberalismo que China. ”
Aunque en realidad China nunca firmó tratados de libre comercio con Estados Unidos, Europa o Japón, en realidad no ha habido mayor cómplice histórico del neoliberalismo que China. Eso es lo que comienza en el año 2000, y vaya que les funcionó magníficamente a los empresarios estadounidenses, europeos y del resto del mundo. De modo que China, autonombrada como comunista, siguiendo este juego económico, fue la que más contribuyó al castigo que recibieron todos los trabajadores del mundo durante los últimos 20 años. Si bien, más allá de ello resulta importante observar que los chinos, aunque entregaron a sus trabajadores y a sus recursos naturales a los capitales metropolitanos, en realidad, al no firmar ningún tratado de libre comercio no encadenaron temporalmente su soberanía a los dictámenes de los capitales globalistas o transnacionales y los Estados imperiales. Y pudieron comenzar a jugar un juego nacional, pero de significado trascendente cuando lo consideran pertinente.
Es como si ellos hubieran dicho: “Nosotros tenemos un territorio gigantesco, con naturaleza excepcionalmente rica, entre otras cosas disponemos del 90 por ciento de las tierras raras probadas, en el contexto de la actual revolución tecnológica; tenemos la mano de obra más grande y barata de todo el mundo. Ofrecemos esto al mundo, o mejor dicho, a los más grandes capitales del mundo que estén deseosos de obtener ganancias extraordinarias, porque acá pueden disponer de lo que gusten con muy bajas regulaciones. Son bienvenidos en China. Nada más que les vamos a poner una pequeña condición: cuando inviertan en nuestro país, tienen que permitir al momento de montar alguna industria automotriz, de refrigeradores, de microprocesadores, de teléfonos, de aviones, de ropa, de plásticos o de lo que quieran, un empresario chino tiene que ser socio obligado del empresario externo que llegue”. Con el otro detalle de que los empresarios en China, obligatoriamente militan dentro del Partido Comunista Chino. Así, el Estado chino se montó en sus cientos de ciudades la escuela de tecnología realmente operante en todo el planeta, como curso propedéutico para integrar una burguesía propia, bastante bien disciplinada en las pautas de la cultura China. De modo que este país, a diferencia de la URSS entró en el neoliberalismo sin auto-disolverse, creando el mejor espacio de acumulación salvaje del mundo.
En un contexto de continua caída de la tasa de ganancia los principales capitales internacionales acudieron como moscas a la miel y se llevaron consigo a China todas las mejores tecnologías de punta de las que disponían y se les sirvió en bandeja de plata a esta escuela roja de acumulación de capital y alta tecnología en que se convirtió el Partido Comunista Chino.
JA: Fascinante. Quiero escucharte más sobre China, pero será para otro momento, pero muy importante lo que dices. Vamos a México. México, ya lo señalaste, fue un lugar privilegiado, un lugar de experimentación, particularmente radical del modelo neoliberal. ¿Cómo caracterizas, de manera general, el neoliberalismo al estilo mexicano?
AB: En México lo que Estados Unidos busca evidentemente es, en términos muy generales, una “China” evidentemente menor pero completamente propia. Pues evidentemente China nunca terminó de ser controlada por Estados Unidos. Hubo amistades, planes conjuntos, complicidades, grandes ganancias y naturalmente mucha corrupción. Los incorregibles vaqueros estadounidenses hicieron un esfuerzo extraordinario por corromper a todos los miembros del Partido Comunista Chino. Esto no sólo ha ocurrido en México o España, es una de las cicatrices neoliberales más indelebles en todo el planeta. Pero para desgracia de la Casa Blanca nunca tuvieron acceso hasta el corazón mismo del Partido Comunista Chino. Aunque supongo que, por momentos, creyeron ilusoriamente haber descompuesto todo.
En México, por el contrario, sí que tenían el control de todo. Y Salinas (de Gortari) les prometió mucho más. Aunque Salinas, en su delirio de poder, cometió el error de quererse reelegir y generó una inestabilidad muy grande, se peleó a fondo con el poderoso grupo de (Luis) Echeverría. Esto desató la crisis del ’94, que fue tremenda por el levantamiento zapatista. Pero también por el asesinato de (Luis Donaldo) Colosio. El propio Salinas tuvo que correr del país en el momento más delicado a su alma gemela, José Córdova Montoya; luego este oscuro globalista, apostó por Zedillo y Zedillo, cuando obtuvo el poder, reforzó el Estado neoliberal mucho más radicalmente que Salinas, pero deshaciéndose de dicho grupo al encarcelar a Raúl Salinas, el hermano incómodo. Como eso ahondó la inestabilidad institucional, Zedillo (no se si de la mano de Joseph Marie Córdova Montoya) —además de realizar mayores privatizaciones que Salinas y ejecutar cinco genocidios (Aguas Blancas y el Charco en Guerrero, Acteal y El Bosque en Chiapas y Loxichas en Oaxaca) que no prescriben— fue el verdadero arquitecto del desvío del poder, pues bajo su sombra, gracias a una intensa ingeniería institucional y judicial, diseña toda la nueva arquitectura del poder judicial, de los múltiples Órganos Constitucionales Autónomos que todavía hoy se padecen como un pretendido “cuarto poder”, que no es más que una coartada para que las empresas transnacionales asalten los recursos del Estado a nombre la sociedad civil. De ahí la precisa función ideológica que desde ese sexenio juegan las miríadas de ONGs (globalmente financiadas) y su ubicua narrativa de derechos humanos debidamente atomizados y de las gobernanzas.
“ Zedillo, es el gran arquitecto de la nueva estructura política, jurídica, económica y represiva del Estado neoliberal mexicano. ”
El asunto es que Zedillo lleva a cabo una gestión muy rigurosa. Como alguna vez me comentó mi amigo Luis Hernández Navarro, él aprende de los equívocos de Salinas, y diseña cuidadosamente verdaderos poderes transexenales, pues si que sabe del enorme peligro que corre un presidente en los siguientes sexenios. Adicionalmente Zedillo confecciona a su gusto la reforma política del Estado. En suma, Zedillo, es el gran arquitecto de la nueva estructura política, jurídica, económica y represiva del Estado neoliberal mexicano. Aunque, si lo comparamos con Salinas o con Fox, Calderón y Peña Nieto extrañamente, Zedillo pasa muy limpio, de una forma casi invisible, tal como lo señaló en su momento Canal 6 de Julio. Él deja en medio de este contexto, servida la mesa para la transición política. Durante el sexenio de Zedillo es también el período de más agitación, convocatoria de masas y presión de parte del EZLN que lleva a cabo sus movilizaciones crecientes en 1997, ’98 y ’99, exigiendo una verdadera democratización del país. No la que Zedillo desvía, secuestrando a la democracia como un negocio de los partidos políticos, para desde ahí controlar, restringir y administrar todos los negocios propios del desvío del poder. Hábilmente dentro del juego de la sucesión rompe el juego de la retaliación entre los propios grupos del PRI, invitando a la fiesta del saqueo de la nación, a los bisoños y truculentos grupos del PAN, así como a los nuevos grupos del PRD (Vicente) Fox va a añadir a los procesos de privatización ya no sólo nuevas empresas públicas, pues él se concentra en la entrega de los más importantes recursos naturales estratégicos, pero en bloque. Es propiamente con él que comienzan la entrega masiva de concesiones para la extracción de los metales preciosos de México. Principalmente oro y plata, si bien continuará creciendo durante los sexenios de (Felipe) Calderón y (Enrique) Peña Nieto. Con Fox es que, por primera vez, se declara públicamente la intención de entregar a empresas estadounidenses la explotación de los importantes yacimientos de crudo en el Golfo de México. Finalmente fue con este presidente que se comienzan a volver más visibles los procesos de privatización del agua dulce, sea de las aguas subterráneas, el agua rodada, de los organismos operadores de múltiples ciudades y municipios importantes del país, entre otros sitios.
En realidad, la privatización de Pemex venía desde 1982, momento en que Salinas (de Gortari) queda al frente de Programación y Presupuesto y se promueve que la empresa empiece a contratar a empresas externas los estratégicos trabajos de prospección. Cosa que continúa en 1986 cuando Raúl Salinas Lozano, siguiendo directamente indicaciones de Washington, impulsa desde el Congreso la desclasificación de la estratégica petroquímica secundaria de México para facilitar su venta. Proceso que, durante décadas, como fue puntualmente denunciado por múltiples investigadores, implicó un desmantelamiento tenaz de esta excepcional y poderosa empresa. La dimensión y la diversificación de la empresa, así como el aprecio que le tenían miles de trabajadores y profesionistas que laboraban dentro de ella dificultaron enormemente el desmantelamiento de Pemex. Por ello Salinas por más esfuerzos que hizo se quedó corto. De manera que Zedillo continuó el desmantelamiento con mucho cuidado, sobre todo avanzando en la privatización de la parte gasera de la empresa. Calderón pretendió darle la estocada final durante 2008, y aunque si lastimó mucho a Pemex, ni él ni Peña Nieto en 2012 lograron finiquitar su cometido.
Se puede medir perfectamente la transición sexenal de cada presidente por la cantidad de recursos naturales estratégicos, de infraestructuras, de riquezas entregadas a diversos grupos de empresas estadounidenses, canadienses, españolas, mexicanas, francesas, etc. Pero Calderón —aprovechando el clima de violencia y guerra que sembró por todo el país— tuvo la ruin sagacidad de emprender la privatización de todo tipo de actividades relacionadas con los servicios de seguridad, como fueron, entre otras cosas, los servicios de vigilancia de instituciones e infraestructuras estratégicas, la construcción y el mantenimiento de cárceles, cuarteles, centros de vigilancia, etc. Tema que, a diferencia de Pemex, la minería o el agua no ha sido investigado como se merece.
“ Calderón extremó la entrega de los minerales estratégicos. Es cuando más concesiones a empresas canadienses se realizan. ”
Calderón extremó la entrega de los minerales estratégicos. Es cuando más concesiones a empresas canadienses se realizan. Permitiendo que el oro y la plata en este crucial periodo de devaluación del dólar quede en manos no sólo de canadiense, pues la mitad del capital de estas empresas en realidad es propiedad de norteamericanos. Si bien el oro y la plata son la punta visible de un extractivismo a cielo abierto que, además de extraordinariamente nocivo, es muy probablemente furtivo. Tan sólo un ejemplo: los datos de minerales exportados reportados por instituciones mexicanas (el consejo de recursos minerales, la Secretaría de Haciendo, el INEGI) inquietantemente no coinciden con los datos de minerales importados en EU, según la U.S. Geological Survey. Pienso que resultaría fundamental examinar muy cuidadosamente el tema del flujo furtivo de minerales nacionales hacia el exterior que se volvió posible con las técnicas de la extracción mediante minas a cielo abierto y que dejaron sobre la mesa la imparable corrupción de los sexenios de Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto.
JA: Apórtanos algunas cifras duras, en el sentido de que se habla, por ejemplo, que se han extraído más minerales de México en los últimos 20 años que durante todo el período de la colonia. ¿Eso es una exageración?
AB: Desgraciadamente eso es cierto. Pero en realidad esos datos sólo se refieren a la cantidad de oro que se ha sacado en dicho periodo. Pero en realidad mi preocupación indagando las características geológicas de México y las nuevas tecnologías extractivas insisto en que se debería poner especial cuidado al posible movimiento clandestino de los minerales de México. ¿Qué de extraño tendría este caso si en México, desde la época de José López Portillo el presidente usaba buques-tanque como una flota particular que cargaba petróleo en las plataformas offshore de Campeche y vendía clandestinamente el crudo robado a la nación en los mercados de Ámsterdam? Los neoliberales no inventaron el huachicol. Tan solo lo masificaron de una manera verdaderamente obscena.
JA: El neoliberalismo y la corrupción, entonces son dos caras de la misma moneda…
AB: Pero por supuesto, en un nivel global. Cuando China en 2012 decide virar el timón en sus relaciones de complicidad neoliberal con Estados Unidos, porque la devastación de su propia población y de su medio ambiente está provocando un descontento social que se le puede salir de las manos, cuando la crisis de 2008 les enciende las luces de alarma el Partido Comunista en su XVIII Congreso decide reorganizar de fondo el modelo crecimiento que rige al país. Entre 2008 y 2012 se prepara la transición y esta se expresa públicamente al mundo cuando queda al frente de China Xi Jinping. En ese momento una de las medidas fundamentales de reorientación de la economía consiste en poner un alto definitivo a la corrupción. Lo que implicó perseguir implacablemente a los empresarios miembros del PCCH dentro y fuera de China, encontrarlos, hacer juicios ejemplares, y remitirlos a las prisiones chinas. Ello, además de elevar sustantivamente el salario de los trabajadores chinos, comenzar a regular seriamente el medio ambiente, reforestar, restaurar el cuidado de las cuencas hidrológicas y restablecer la soberanía sobre sus propios recursos estratégicos como las tierras raras. ¿Se parecen estas medidas a las adoptadas por la 4T? Pero en esto mismo consisten las conexiones económicas y políticas entre China y la Rusia de (Vladimir) Putin, porque este personaje también está reconsiderando los mismos modelos neoliberales de saqueo. Ahora a eso le llaman despectivamente populismo, neo-nacionalismo, o Alfredo Jalife-Rahme prefiere llamarlo soberanismo; sea lo que fuere, es una suerte de neo-keynesianismo, a falta de un nuevo nombre menos ambiguo. El punto clave es que bajo las nuevas circunstancias los Estados post neoliberales están asumiendo que deben cuidar las riquezas de sus países que le permiten reproducirse, impidiendo que dichas riquezas se acaben, se las saqueen mediante un despilfarro brutal.
Realmente resulta sorprendente la manera absolutamente fragmentada en que comenzó a funcionar el pensamiento durante el neoliberalismo. ¿Cuándo se desató la corrupción?, ¿cuándo comenzó a crecer el narcotráfico? ¿Pues qué no eran los propios norteamericanos los que lo movían globalmente? Así como podemos periodizar cada sexenio por sus “aportes” en materia de privatización, despojos y entrega de recursos estratégicos, igual podemos periodizar la relación y los vínculos de cada gobierno con el narcotráfico. Cuando gobierna Salinas (de Gortari) los medios reconocían tres grandes cárteles: Tijuana, Juárez y el Golfo. Cuando gobierna Zedillo, ya son cinco, pues se ha sumado al cártel de Colima dedicado al tráfico de metanfetaminas o cartel de los Amezcua, que la prensa vincula constantemente con la familia de Zedillo. Cuando llega Fox y se habla de nueve cárteles; Con Calderón se cuentan once cárteles.
No estoy queriendo decir que el fenómeno del narcotráfico sea un mundo en donde absolutamente todo está fríamente controlado por un grupo oculto y conspirador que desde los sótanos del poder controla absolutamente todo. Pero realmente existen numerosas evidencias de las múltiples maneras en que La CIA, el FBI, el ejército de Estados Unidos, la Inteligencia militar, las más élites norteamericanas continuamente han echado mano de este recurso para infinidad de operaciones, maniobras y manipulaciones históricas. Y en realidad no debería de extrañar a nadie que hoy exista una cierta ingeniería de control por detrás de las actividades de terror social, de desestabilización, o de destrucción de los tejidos sociales y comunitarios efectuados por el Narcotráfico.
“ A mí no deja de sorprenderme la similitud y sincronía entre el Cártel del Golfo y Los Zetas con las acciones que llevaba a cabo Daesh en Siria. ”
Por ejemplo. A mí no deja de sorprenderme la similitud y sincronía entre el Cártel del Golfo y Los Zetas con las acciones que llevaba a cabo Daesh en Siria. Parecía que seguían el mismo manual de terror y desmoralización. No entiendo porqué no resulta sorprendente que la descomunal violencia ejercida por Los Zetas y los del Golfo haya estado ocurriendo durante décadas a unos cuantos kilómetros de Texas. ¿Cómo fue que la seguridad estratégica de Estados Unidos permitió que durante la administración de Obama (y de Clinton) estos grupos usaron equipos a los que no tenía acceso el Ejército mexicano, con equipos de comunicación tan poderosos, entrando y saliendo libremente por la frontera, realizando todo tipo de masacres, secuestros, torturas y cárceles y operando de forma genocida desde cárceles directamente emplazadas en la frontera con EU?, ¿Por qué eso no formó parte de la seguridad militar de los Estados Unidos? ¿Cómo fue que no le escandalizó a la inteligencia norteamericana que las prisiones mexicanas estuvieran funcionando como campos de concentración de Auschwitz?
No tengo pruebas para el caso de México, pero a mi eso me sugiere que hay una conexión profunda de la ingeniería de destrucción social de los cárteles, no sólo con cada gobierno neoliberal, sino directamente con los órganos de inteligencia americana.
JA: El asunto ambiental. Llévanos por un tour de los “infiernos ambientales” del neoliberalismo…
AB: Siguiendo con lo mismo, hay que entender que el neoliberalismo se desentiende de la naturaleza y de la población. Hablo del período en que el océano mundial se llena de plástico, en que el cambio climático se sale de control, en que la crisis del agua explota (de la que se habla menos que el clima): Pero en la que la saturación química del mundo se sale de control (y de eso si que nadie habla). Actualmente la industria planetaria produce y vierte al ambiente entre 200 y 300 mil sustancias químicas diferentes. La Unión Europea (UE) dice que vigila cien mil. Estados Unidos dice que atiende a 500, ¡de 200 mil! Canadá, 400 mil. Pero México, que es uno de los mayores importadores planetarios de estas sustancias … ¿cuántas? Nuestra permisividad no sólo es un escándalo. Podría ser un crimen de lesa humanidad, si no de genocidio.
El juego de México en el neoliberalismo partió de destruir toda nuestra industria previa. Hay que recordar que México tenía una de las industrias más grandes del Tercer mundo y la industria más importante de América Latina. Lo cual, a nombre de la libre competencia se lo desmanteló. También teníamos una agricultura autosuficiente y se la deshizo. Es cierto que durante el neoliberalismo se desarrolló una nueva industria mucho más moderna, pero esta ya no se basó en capitales mexicanos que obedecían al Estado y menos a la sociedad mexicana, ni tampoco estaba centrada en cadenas industriales y comerciales internas. Pues más bien responde a cadenas estrictamente globales de la industria automotriz y aeronáutica, la maquila textil, microelectrónica, etc. O bien redes globales de servicios que, aunque usan el territorio y además sus riquezas no pagan impuestos a nadie en ningún lugar. Lo cual tiene como principal problema estructural que México es ofertado a la inversión extranjera mundial como un lugar donde se pueden encontrar como en ningún otro sitio del mundo las grandes ventajas comparativas de la desregulación ambiental, laboral y de servicios. Eso es lo que queremos decir cuando denunciamos que México fue convertido en un paraíso industrial y comercial. Durante el neoliberalismo se ha hablado continuamente de los paraísos fiscales como las Islas Caimán, las islas Vírgenes, Las Vegas, etc. Pero se ha preferido no hablar de los paraísos industriales, agroindustriales o comerciales. Justamente los lugares donde se crea más plusvalor y donde se realiza, a diferencia de la Reserva Federal que lo único que hace es imprimir dólares. México al igual que China, India, Indonesia, etc. han fungido durante los últimos 20 años como tales paraísos de explotación del trabajo, de la naturaleza y de sus redes de infraestructuras y servicios.
En el caso específico de la desregulación ambiental, era como si se les dijera en voz baja: “Vente a México porque además de que no hay sindicatos efectivos, ni derecho efectivo a huelga, ni tribunales que permitan el acceso de los trabajadores a la justicia, tenemos la posibilidad de que uses industrialmente el agua que gustes sin que la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) ni siquiera se cerciore de las cantidades que declares estar extrayendo, sin que la Secretaría del Medio Ambiente (SEMARNAT) se ocupe de los ríos dónde vas a verter todo tipo de desechos químicos, o los aires donde vas a emitir humos tóxicos, ni de los suelos y subsuelos donde se van a acumular todo tipo de desechos y lixiviados industriales, hospitalarios y municipales. Vengan porque tampoco la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) se va a ocupar de vigilar los impactos en la salud que todo ello va a tener entre millones de mexicanos. Vengan, por favor, a este paraíso de las ganancias extraordinarias. Vengan a México porque adicionalmente todas las leyes que aparentan regular algo, en realidad ya han sido desarticuladas de tal forma que no significan absolutamente nada”.
Esto fue una oferta muy suculenta, porque ocurrió en un momento en que el capital industrial y el Estado norteamericanos sabían perfectamente que tenían en su subsuelo uno de los territorios más contaminados o el más contaminado del planeta, y que ni ellos ni nadie tienen los fondos suficientes para recomponer esa tragedia. Cuando la movilización ambiental de la social civil de Estados Unidos es muy grande, profunda y experimentada. Lo que ha vuelto cada vez más difícil seguir contaminando. China adicionalmente ya cerró las puertas. Su paraíso apenas les duró 20 o tal vez 12 años. “¿A dónde dirigirse ahora?” Pues a la India o a México. Por eso la COFEPRIS del periodo neoliberal estableció las reglas de un burdel en donde se podía importar cualquier cantidad de sustancias químicas y se podían arrojar hacia todos lados.
Nuestros paisajes dicen todo. Los ríos son pestilentes, están destruidos por lo menos en un 70 por ciento. La deforestación ha sido brutal. Da tristeza estar en cualquier lugar. La contaminación atmosférica crece por todas las ciudades de México. La basura está regada en un 85 por ciento fuera de los basureros y estos en realidad no resuelven los problemas. Y estoy hablando de lo que se ve o de lo que se huele. Pero lo que se ve es apenas el 5 por ciento de lo que está contaminado, el 95 por ciento está en el subsuelo y eso no se ve. Esto viene creciendo desde hace 30 años y no tiene ni siquiera una verdadera investigación ni estudios responsables. Pero sí que ya tiene consecuencias muy graves, porque va contaminando el agua subterránea y la gente está bebiendo cada vez más aguas cada vez más tóxicas, sea por venenos antropogénicos o de origen natural.
“ Nuestros paisajes dicen todo. Los ríos son pestilentes, están destruidos por lo menos en un 70 por ciento. La deforestación ha sido brutal. ”
La manera en que están creciendo las enfermedades degenerativas en México es salvaje: El cáncer, la insuficiencia renal, las malformaciones al nacer, los problemas en el sistema inmunológico, en el sistema nervioso es atroz. Todo lo que ahora con la COVID-19 se llaman comorbilidades, son cosas que ha empujado lenta y pacientemente la destrucción de la calidad de los alimentos por la desregulación del consumo, pero también la destrucción del medio ambiente, pues nos ha puesto en contacto cotidiano e invisible con sustancias altamente contaminadas. Para llegar a esto previamente hubo que desviar el poder. La norma 001 de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), es la que fue confeccionada a la medida para poder aventar a los ríos cualquier cosa. ¿cómo es posible que el Río Lerma, en Río Santiago, en el Río Tula, en el Río Atoyac circulen diariamente cientos o miles de sustancias tóxicas sin que ninguna autoridad sea capaz de detener eso? La respuesta es sencilla: en México las peores empresas contaminantes del mundo pueden cumplir nuestras leyes “ambientales” y todavía en la actualidad seguir operando bajo el mismo desmadre que se generó durante el neoliberalismo.
JA: Casos concretos de este infierno, específicos, nos puedes compartir algunos datos, experiencias, vivencias que hayas tenido…
AB: Bueno. La desregulación de la norma 001 es la más impresionante porque muchos técnicos altamente calificados que sí son honestos han insistido que esta norma no sirve y que se debe cambiar. Hoy sigue en la congeladora en el Congreso. El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) tiene una responsabilidad histórica de cambiar esa norma, Pero… ¿qué te digo?
Las fábricas globales requieren de movilidad para la producción just in time. Los camiones de doble remolque que ves en las carreteras mexicanas, que es un lugar concreto de contaminación, tienen una longitud mayor que en Canadá, Estados Unidos y Europa. La carga en peso que transportan es la mayor del mundo y la velocidad a las que se les permite circular también es la mayor del mundo. Consecuencias: accidentes, miles de muertos en carretera y derrames industriales, pues es como si nuestras carreteras se hubieran vuelto las nuevas bandas de montaje de las hermosas fábricas globales.
Ahora, para entrar al problema de la devastación, depende de la escala. Hay regiones que superan la escala de las cuencas. Por ejemplo, toda la Sierra Madre Occidental, es la descomunal reserva minera que atacan las canadienses. Todo el Golfo de México y la Planicie costera es el espacio de extracción del petróleo. Los grandes corredores urbano-industriales, que se crearon desde el Plan Nacional de Desarrollo de Zedillo, por ejemplo: el gran corredor “Nuevo Laredo – Manzanillo”, y que luego se bifurcó y se volvió el corredor ferrocarrilero “Nuevo Laredo-Lázaro Cárdenas”, por esas rutas corre uno de los flujos de ferrocarriles más importantes del mundo. Manzanillo y Lázaro Cárdenas son las dos puertas de Texas al Pacífico. Son los dos hoyos de la nariz americana por los que meten sus mercancías de la cuenca del Pacífico. Y ese corredor es brutal para la devastación ambiental.
No hay tiempo para detallar, pero si te aproximas a una escala menor, encontrarás cuencas o subcuencas absolutamente destruidas. Uno de los peores lugares es el Río Lerma, que nace en Toluca y desemboca en Nayarit, pasando por el Bajío y ya como río Santiago por las inmediaciones de Guadalajara. En condiciones muy parecidas está el Río Tula, que sale de la Ciudad de México hacia el Valle del Mezquital, para continuar como el río Pánuco y desembocar en el Golfo de México. Otro río espeluznante es el Río Balsas, que nace de la misma región en los mismos infiernos industriales y agroindustriales cercanos a Toluca, así como en Tlaxcala, pasa por Morelos y Guerrero y desemboca en Lázaro Cárdenas (Michoacán). O el río Coatzacoalcos, que en su desembocadura se encuentra con el parque industrial petroquímico más importante de América Latina. Nadie de las presentes generaciones se ha podido bañar en alguno de estos ríos.
En materia de devastación todavía hay una escala menor, que sería por estado. Hoy los gobernadores de los estados son pequeños dictadores que compiten enjundiosamente para ver quién tiene la habilidad de jalar cada vez más inversión, o quién desregula más, y ofrece “mejores condiciones” productivas. Por supuesto, destacan los estados del norte con sus industrias maquiladoras. Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, ofrecen condiciones excepcionales de descuido del medio ambiente. Aunque tienen mucho espacio donde depositar desechos en realidad tienen muy muy poca agua y biodiversidad. Aún así tienen infiernos como Monterrey en Nuevo León o la ciudad de Torreón en Coahuila, que es un verdadero espanto. No obstante, el grueso de la destrucción está en el eje “Neovolcánico”, y ahí la competencia por ver cuál es el peor estado la disputan muy reñidamente entre Jalisco, Guanajuato, Querétaro, Hidalgo, Tlaxcala o Puebla, aunque realidad nadie le gana al Estado de México, que se lleva las palmas no sólo en materia de corrupción, violencia y feminicidios, sino también en devastación fenomenal. En un cuarto nivel, ya no a nivel estatal, sino a nivel municipal o inter-municipal, es que encontramos las peores situaciones, lo que en CONACYT llamamos como Regiones de Emergencia Sanitaria y Ambiental (RESA), pero que Víctor Manuel Toledo, en su calidad de secretario del Medio Ambiente, calificó como infiernos ambientales, ¿por qué? Porque ahí no tienes solamente la destrucción del agua de un río, sino adicionalmente tienes la destrucción del aire y la contaminación irreversible del suelo. Pues en las regiones convergen múltiples fuentes contaminantes, no cinco o seis factores, sino diez, quince o veinte, que se superponen catastróficamente. De manera que en esas regiones los niveles de devastación no son del 60, 70 u 80 por ciento, son del 200 o 300 por ciento. Es decir, es destrucción sobre destrucción. Y ahí es justo ahí donde evidentemente encuentras las zonas de morbi-mortandad y de sufrimiento de la población más grandes. Fue en esas regiones donde nació hace doce años la Asamblea Nacional de Afectados Ambientales, donde se llevaron a cabo las audiencias del Capítulo México del Tribunal Permanente de los Pueblos y donde ahora se están organizando las gentes en algo que han llamado la Caravana Toxi-Tour México, que ha estado recorriendo y mostrando a diversos tipos de observadores la devastación brutal; Es ahí donde el CONACYT actual, mediante el Proyecto Nacional Estratégico (PRONACE) “Agentes Tóxicos y Procesos Contaminante”, está proponiendo investigaciones de vanguardia sobre lo que ahí está ocurriendo.
Estos son, digamos, los lugares donde puedes encontrar grandes RESA, lugares ejemplares, paradigmáticos. Ahí habría que tener en cuenta el Salto, Jalisco, que es un lugar de muchísimos sufrimientos. Podría considerarse el norte agroindustrial exportador o el sur industrial y agroindustrial de Guanajuato. Podríamos tener en cuenta las zonas de las grandes plantaciones aguacateras y de invernaderos de Michoacán. Deberíamos observar las zonas industriales de Querétaro. O la frontera del estado de Hidalgo con el Estado de México, donde encuentras el Valle del Mezquital, que se nutre con todas las aguas negras de la Ciudad de México, las heces de 22 millones de habitantes en combinación las peores industrias contaminantes (el petróleo, la electricidad y el cemento). En la región del Padre Lerma, que nace en las faldas del Nevado de Toluca y al pie del monte de la sierra de las cruces, encuentras el emporio industrial del Grupo Atlacomulco. Pero en las faldas del sur del mismo Nevado, está Villa Guerrero, que es una zona infernal de invernaderos dedicados a la producción de flores. De manera que El río Lerma, en la ciudad de Toluca; casi en donde nace este río, ya está absolutamente muerto y donde los niveles de morbilidad y mortalidad de la población son verdaderamente espantosos. Otra RESA infernal está emplazada en Tlaxcala y parte de Puebla, en los 19 parques industriales que rodean y sirven a la Volkswagen. Ahí impera el industrial mezclillero y pederasta Kamel Nasif, ese “zar de la mezclilla” que forma parte del principal eje traficante de mujeres y de niñas (que como recordarás llamaba las botellas de champaña que le enviaba a Mario Marín por las agresiones infringidas a Lydia Cacho); la producción de la mezclilla trata a las mujeres y a los ríos más o menos igual. En Puebla existe otro infierno adicional: las mega granjas de cerdos de Smithfield (o granjas Carroll) donde nació la gripe H1N1, y grandes extensiones agroindustriales complementarias. Si te trasladas a Orizaba, Córdova, etc. encontrarás otro corredor industrial y agroindustrial de Veracruz de muy alta contaminación. Dentro de esta franja, la última está en el norte del Istmo de Tehuantepec, donde se emplazan los complejos petroquímicos de Coatzacoalcos, Nanchital, Cosoleacaque, Minatitlán, o las zonas extractivas y de coque de Jáltipan; en esta última zona los daños a la población son muy graves, porque ahí la contaminación lleva muchísimas décadas ocurriendo sin que se haya hecho absolutamente nada.
JA: Tengo dos preguntas. Uno es trazar un poco más sobre el tema ideológico y cultural del neoliberalismo. ¿Cómo es que ha logrado “legitimarse” este sistema dentro de la conciencia colectiva?, ¿cuáles son las claves conceptuales públicas que han pulsado y que se han logrado mantener vigente a este sistema?
AB: Sobre todo la promoción de la atomización privatizada de la población. No ha habido un período en la historia del mercado ni del capitalismo en el que haya habido más promoción ni más defensa de la propiedad privada, destruyendo la conciencia de lo colectivo y de lo público. Y por ahí desfigurando la naturaleza del derecho y de la política en cuanto tal. Este fue su caballo de batalla y movieron sus fichas hacia una guerra ideológica encaminada a convencer que la propiedad privada es lo mismo que la libertad individual y como la libertad individual es una conquista histórica que históricamente el y el capitalismo la volvieron posible, por eso el neoliberalismo pudo emprender inicialmente su ofensiva de una forma tan convincente.
El problema estriba en que además de que todos necesitamos de la libertad individual, en realidad nadie por sí mismo, individualmente, puede vivir, ser libre y ni siquiera puede ejercer el acto elemental del pensar, si no hace uso de los bienes comunes como son los territorios, las ciudades, las técnicas, los saberes de miles o millones de años, ¿quién podría pensar una sólo idea si el lenguaje? Pues bien, ¿a quién se debe el lenguaje? ¿Quién fue el genio individual que lo creó? Lo que la ideología capitalista y muy subrayadamente la neoliberal no quiere admitir es que lo colectivo, en cuanto tal, es una riqueza preciosa irreductible. Que además no se opone a la libertad individual, pues es ella la que propiamente nutre. Nadie podría desplegar actos de creatividad sin echar mano de los lenguajes y conocimientos colectivos. El lenguaje que la comunidad nos otorga a través de nuestros padres, maestros y múltiples personas que intervienen en nuestra continua formación es un bien común creado a través de miles de millones de seres humanos a lo largo de 200 mil o millones de años.
El capitalismo no puede negar que tenemos una contextura comunitaria irreductible, pero el neoliberalismo ha hecho como si no existiera y pudiera moverse con base en el interés privado. El grupo Mont Pelerin entendió perfectamente que para imponer el neoliberalismo era indispensable controlar las políticas públicas de los Estados y las universidades, los medios de comunicación y todo lo que tuviera que ver con la producción de narrativas. Y para ello establecieron una guerra implacable en la que procedieron a regular todo lo que se decía o se pensaba. Desde los medios de comunicación y el sentido común, hasta los contenidos de los planes de estudio, la epistemología de las ciencias o metodologías del razonamiento, los premios a científicos y artistas; la fragmentación de la vida cotidiana, la desorganización de las instancias colectivas, la disolución de los sindicatos, la destrucción de los tejidos comunitarios, la estratificación de los salarios, etc. Y mientras eso ocurría se promueve sistemáticamente la competencia, el miedo al otro, la desconfianza, la mezquindad.
“ Así como a la sociedad mexicana se le impuso la cultura del narcotráfico para mejor destruir la vida cotidiana de las comunidades, en las universidades se impusieron dinámicas de fragmentación ”
Así como a la sociedad mexicana se le impuso la cultura del narcotráfico para mejor destruir la vida cotidiana de las comunidades, en las universidades se impusieron dinámicas de fragmentación mediante estímulos para que compartiéramos y nos desencontráramos unos con otros. Hoy el tejido intelectual colectivo de las universidades que fue tan decisivo en 1968 está casi completamente deshecho. La moral cooperativa apenas si llama a risa. Se simularon estudios multidisciplinarios e interdisciplinarios, pero a duras penas se armaron pegotes de saberes inconexos que no son capaces de ofrecer explicaciones coherentes de lo que ocurre. Como un ejemplo de esta forma de control de la clase intelectual, podrías revisar las decenas de estudios de esta naturaleza sobre el medio ambiente de México en donde cada uno, mediante los caminos epistemológicos extraordinariamente sofisticados e interesante, era incapaz de asumir y expresar con determinación que México estaba siendo convertido en el gran burdel de la explotación laboral, del terror genocida o de la devastación ambiental, por mencionar algunos temas.
Lo que se hizo en materia de sentido común y de psicología social fue igual. Y en eso contribuyeron los medios de comunicación, la televisión, la radio, el cine, el internet, etc. Fue una verdadera embestida cultural. Afortunadamente ese mundo hoy se está derrumbando por toda insustentabilidad que entraña. Pero no basta. Porque el derrumbe en sí mismo tiende a situaciones muy catastróficas, porque lo colectivo no se rehace tan fácilmente. Se requiere de un trabajo contracultural extraordinario para volver sobre los pasos de todas las falacias que hemos aceptado y que nos han estado llevando al presente suicidio civilizatorio. Yo pienso que actualmente es muy importante entender este punto.
JA: México, mi hipótesis es que tiene todavía con qué resistir y superar. Esta época neoliberal, tú mismo dijiste, estamos en otra etapa histórica, apenas iniciando una salida. Te preguntaría una cosa coyuntural, primero, ¿qué ocurrió desde tu punto de vista histórico-estructural el primero de julio 2018? Y, más allá de esa coyuntura, ¿cuáles son nuestras fortalezas como país, como nación, como territorio, como pueblo, para resistir y superar el neoliberalismo?
AB: Pienso que lo que ocurrió el primero de julio, por supuesto, fue una insurrección electoral que se había venido abortando y conteniendo desde 1988, que se volvió a expresar en 1994, y se siguió expresando con mucha fuerza hasta el 2001 cuando ocurren las movilizaciones zapatistas al Congreso. Nuevamente se expresó, ya con desencuentros muy fuertes, en las movilizaciones contra el desafuero de 2005 y las elecciones de 2006. Después de una ola de terror brutal asoma nuevamente en 2012 pero no se logra nada. Pero más allá de estos grandes eventos generales han ocurrido luchas populares impresionantes en diversas regiones del país. El pueblo de México nunca estuvo agachado, y se ha mantenido heroicamente peleando en contra de todo tipo de abusos, despojos, explotaciones, corruptelas, etcétera.
Ahora bien, el primero de julio de 2018 lo que escépticamente más temía era la 4-F, más que una 4T, o sea, el cuarto fraude electoral. Y sinceramente no pienso que el fraude se haya cometido simplemente por la participación popular, que indiscutiblemente fue algo descomunal. Si tengo la duda de si la movilización y la reacción del ‘88 fue proporcionalmente más grande. Pero en ambos casos estamos hablando de cosas gigantescas. Yo viví el ’88 y recuerdo actitudes y reacciones populares en las calles que ahora no vi. ¿Cómo en aquel entonces, existiendo una movilización tan grande pudieron imponer un fraude tan sórdido? Por eso era pesimista y, como te digo, esperaba una 4-F. En todo caso creo que un factor que en esta ocasión tuvo una incidencia muy alta fue el desacomodó electoral de los grupos de poder en Estados Unidos cuando llegó Trump. Hay que recordar que su agresiva retórica racista y destructora del Tratado de Libre Comercio, no sólo cimbró en Estados Unidos a los más poderosos grupos de capital que usufructuaron de la globalización. Su discurso de extrema derecha de “Hacer grande a Estados Unidos otra vez” y atender a la población blanca precarizada puso en crisis no sólo a demócratas y republicanos, sino a la propia izquierda auténtica de EU, que durante décadas no supo aprovechar esta necesidad y oportunidad histórica de lucha.
Era realmente inusitado y casi inverosímil, pero el discurso en contra del Tratado de Libre Comercio venía del Norte. Y eso desconcertó como nunca a la más alta cúpula neoliberal de México, comenzando por Salinas y Zedillo. Están ahí los artículos publicados por Zedillo en 2017 en el Washington Post donde afirma que han cambiado los tiempos y se hace necesario ajustarse ya no se centrando la política económica sólo en los mercados globales sino también en el interno. En esa tesitura, él es quien articula lo que ocurre en EU con lo que está por ocurrir en México, al introducir personajes clave de su equipo político más cercano, como Olga Sánchez Cordero, Esteban Moctezuma o Alfonso Romo dentro del gabinete de la 4-T. El fenómeno Trump, a mi juicio, también explica por qué el PRI y el PAN nunca terminaron de ponerse de acuerdo. Por qué (José Antonio) Meade, que tenía por detrás a Luis Videgaray (y a Jared Kushner), considera que no tiene ningún sentido ponerse de acuerdo con (Ricardo) Anaya, que tenía por detrás no sólo a Diego Fernández de Ceballos sino al propio Salinas. A partir de ahí, las fracturas se multiplicaron. Pues Peña Nieto y Videgaray traicionan al grupo Hidalgo que representa a (Miguel Ángel) Osorio Chong, grupo al cual supuestamente le tocaba gobernar el país.
“ Se desata un caos general, una fractura muy compleja que da una oportunidad única a Andrés Manuel López Obrador para jugar sus cartas políticas con mucha inteligencia. ”
Se desata un caos general, una fractura muy compleja que da una oportunidad única a Andrés Manuel López Obrador para jugar sus cartas políticas con mucha inteligencia. Por ello pienso que hubo una insurrección electoral masiva y al mismo tiempo un juego político que todavía hasta el día de hoy sigue ocurriendo en las alturas, y que parece no depender completamente de nosotros. Es más que evidente que el futuro de México está cada vez más atado al futuro de Estados Unidos. No sabemos todavía qué va a pasar con la crisis política electoral en los Estados Unidos, porque gane quien gane, su fractura interna está avanzando. Es una fractura social histórica, gigantesca, y las lógicas de acumulación de capital que eso está expresando son muy profundas. No se está hablando mucho de eso. Pienso que todo eso está en marcha y todos los días se está manifestando, en el encarcelamiento de (Genaro) García Luna, en el encarcelamiento de (Salvador) Cienfuegos y en su liberación. Está todo pendiendo de un hilo.
JA: Una última pregunta porque tenemos que terminar. Para esa reflexión quisiera, quizás terminar en un tono optimista, aunque quizás soy ingenuo. Yo sí tengo mucha fe en algunas cosas estructurales de México, nuestra historia, nuestro pueblo consciente de la lucha, nuestra Constitución que todavía sobrevive, revolucionaria; en nuestros increíbles recursos naturales, en la biodiversidad que todavía está ahí por los indígenas; en la tradición de cooperativismo. ¿Cuáles son algunos de esos diamantes, joyas que todavía tenemos en México que podrían ser cimientos para construir un nuevo futuro?
AB: De una mar de necesidades que es necesario tener en cuenta, te menciono sólo dos cosas que en este momento me vienen a la mente. La primera y más importante reserva cultural de la que disponemos son los pueblos indígenas de México que son una fuente poderosa, una matriz permanente y una de las mejores posibilidades de reconstrucción de nuestra conciencia colectiva y de una forma de relación diferente con la naturaleza. Esto sigue siendo el mayor tesoro del país, que no solo reside en los pueblos indígenas que viven en las montañas de México. También está presente en la Ciudad de México donde viven 2 millones de indígenas que se mantienen hablando su lengua. Aunque también hablamos de un movimiento urbano popular que muy a su manera expresa ese mismo México profundo en la manera colectiva en que gestiona sus necesidades no sólo de vivienda, de barrio, salud, educación, alimentación, recreación y el conjunto de su proceso de su reproducción social. También tenemos la actitud moral que tienen una enorme parte de los mexicanos como una actitud espontánea y profunda de solidaridad con los otros. Eso, aunque parece evidente, en realidad ha sido profundamente atacado y se tiene que reconstruir, porque ha sido objeto de una guerra psicosocial en su contra que se instrumentalizó desde la cultura de la corrupción y el narco. Este patrimonio requiere cuidado, y apostar por él, pues se requiere desactivar todo tipo de conflictos en los barrios, en los usos del suelo, en la convivencia cotidiana de las comunidades, en las escuelas, en el uso de los recursos, en las asambleas comunitarias y los ejidos, etc. Para desde ahí reconstruir los tejidos sociales, sobre todo en nuevas formas de organización y participación política. Cosa que no hacen, no comprenden o incluso persisten en atacar múltiples actores que hoy, legitima u oportunistamente forman parte de la 4T.
“ Otra riqueza muy importante en México de la que la izquierda nunca habla es su enorme población profesional capacitada; es muy importante no sólo darle empleo, sino darle juego, salida sinérgica ”
Otra riqueza muy importante en México de la que la izquierda nunca habla es su enorme población profesional capacitada; es muy importante no sólo darle empleo, sino darle juego, salida sinérgica, pero también comenzar a reconstruirla de otra manera. Es muy importante que como comunidad intelectual regrese a ella el diálogo no sólo sobre los problemas inmediatos y urgentes que aquejan a las grandes mayorías, si no también la reflexión seria sobre nuestros problemas estratégicos. Sobre nuestra soberanía y sobre nuestras grandes necesidades de las que depende el futuro de todos. Y para ello es necesario que regrese el verbo, la habilidad de argumentar con evidencias científicamente probadas y con lógica, la capacidad de hablar, entender y comprender cuáles son los problemas cruciales que estamos enfrentando hoy en México y el mundo.
Los tiempos son muy dramáticos y muy confusos porque verdaderamente está terminándose toda una época en el planeta entero, y está comenzando otra que no se sabe bien cuándo terminará de nacer, pero tampoco hacia dónde es que va. Todas las fuerzas se mueven simultáneamente al mismo tiempo, cada una jalando para lugares diferentes y eso genera mucha confusión, y no va a haber posibilidad de salir del asunto si no nos ponemos de acuerdo y le damos el peso a la palabra y a la verdad colectiva y abierta que podemos ir estableciendo entre todos. Es muy indispensable que se reconstruyan o se inventen nuevas iniciativas y organizaciones sociales. A Morena se le ve entrampada en un proceso muy difícil, por lo que debemos estar pensando, no sólo en el próximo año o en los próximos dos años ni en el puesto político que se piensa controlar. Es realmente puede no servir de nada si no se reconstruyen los tejidos sociales en el corto, el mediano y el largo plazo.
Pase lo que pase y venga quien venga, es evidente que el presente sexenio es una oportunidad única e irrepetible para reconstruir algunos espacios. Y el tiempo está corriendo muy rápido. Lo que venga después no lo sé. Yo nuevamente soy escéptico y no tengo ilusión con este o aquel personaje de la 4T. Pero si le tengo confianza y respeto al pueblo de México que se sabe organizar colectivamente. Por eso creo que es ahí donde vale la pena invertir nuestra energía, en procesos de organización profunda, cuidado mutuo y acuerdo estratégicos.
Me percato que el momento actual podría ser único para revertir posiciones puramente defensivas y progresivamente cada vez más débiles que estábamos teniendo frente el holocausto en que nos tenían atrapados. No más, pero tampoco menos. Posiblemente mi ingenuidad es un mal que no tiene cura, pero te tendría que confesar que realmente me sorprende muchísimo lo que he estado aprendido en materia de reconstrucción de nuestra comunidad científica al interior del CONACYT. Y también estoy muy impresionado por lo que he estado aprendiendo del trabajo de resistencia y de lucha popular en los infiernos ambientales, lucha en la que sigo teniendo muchísima fe.
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