ISSN : 2992-7099

“La libertad es una lucha constante”: Angela Davis y el Día Internacional de las Mujeres

Ruth A. Dávila Figueroa

Ruth A. Dávila Figueroa

Investigadora del Tlatelolco-Lab del Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad de la Universidad Nacional Autónoma de México, PUEDJS-UNAM.

15 marzo, 2022

Si algo define la trayectoria intelectual, política y activista-militante de Angela Davis es la radicalidad en su sentido marxista y crítico. Angela se sitúa del lado correcto de la historia, siguiendo a Walter Benjamin, el de las y los oprimidos, de quienes más sufren el cruce de opresiones en tanto su condición de raza, clase y género. Davis, en su papel de intelectual y activista comprometida, encarna y, al mismo tiempo, representa la dialéctica entre teoría y praxis. Pero una revolucionaria no nace, se hace, se construye a partir de su propia realidad material.

Nacida en Birmingham, Alabama, Estados Unidos, en 1944, en el seno de una familia afroamericana de clase media, Davis conoció a temprana edad el racismo. Se formó en la escuela secundaria Elisabeth Irwin High School, en Nueva York, “…una pequeña escuela roja por sus tendencias izquierdistas y radicales” (1). Más tarde, ingresó en la universidad de Brandeis en Massachusetts y viajó a la Sorbona en París donde se aproximó a las luchas anticoloniales de las y los argelinos. Fue alumna de Herbert Marcuse y en Alemania, de Theodor Adorno y Jürgen Habermas; así, se formó en el marxismo y la teoría crítica de la Escuela de Frankfurt. A su regreso a Estados Unidos, Angela Davis comenzó su militancia en el Partido Comunista y en el de las Panteras Negras, del que sale más tarde aunque sin perder lazos con la lucha que esta última organización encabezó durante los años 70 ‘s. 

“Todo su activismo, producción intelectual, investigación histórica y sociológica proclaman que la abolición de la esclavitud y de sus herencias sigue siendo incompleta y permanece inacabada” (2). En ese sentido, su activismo se proclama en contra del racismo, el colonialismo, imperialismo, la transfobia, homofobia, apartheid y la ocupación de Palestina y el sistema que les da soporte: el capitalismo. Sus posiciones político-ideológicas radicales en defensa de los “condenados de la tierra”, parafraseando a Franz Fanon, la pusieron en la mira de Edgar J. Hoover que en los años 70 ‘s la sitúo la lista de los 10 terroristas más peligrosos y buscados por el FBI. De igual forma, ya siendo profesora en la Universidad de California, sufrió el asedio del Estado por su militancia en el Partido Comunista, partido del que incluso llegó a ser candidata. En ese tiempo Ronald Reagan gobernaba el estado de California y Richard Nixon era presidente de los Estados Unidos. Presa política, implicada falsamente en un caso de asesinato, Angela Davis llevó a cabo su propia defensa y en todo el mundo se organizaron acciones demandando su libertad. 

¿Por qué es importante recordar el legado y la trayectoria de Angela Davis, mujer afroamericana, comunista y feminista, en el Día Internacional de las Mujeres? En primer término, porque es pionera de lo que se conoce como Black Feminist (feminismo negro que pone en el centro el legado de la esclavitud para comprender las múltiples opresiones de las mujeres afroamericanas y que sus luchas y demandas no sólo se centran o resuelven con garantizar los derechos políticos). Asimismo, considero que la obra de Davis nos recuerda que la lucha de las mujeres por la emancipación atraviesa otras luchas. Cuando habla de interseccionalidad lo hace no como una suma de identidades, sino para señalar que hay múltiples opresiones que atraviesan a las mujeres y que por tanto, las luchas deben ser interseccionales. El feminismo tiene que ser anticapitalista, ante todo, sin dejar de lado otras formas de opresión que se encarnan, entrecruzan, sostienen y legitiman en ese sistema de dominación y explotación que lo abarca todo: el capitalismo. 

La conmemoración del Día Internacional de las Mujeres surge de la lucha de las mujeres por mejores condiciones laborales, por lo que tiene un componente de clase muy importante, que por momentos parece que se diluye subsumido por el sistema ideológico capitalista y de consumo, así como por la preeminencia de un feminismo hegemónico blanco, liberal y burgués. De tal forma, vale la pena recordar un artículo que Angela Davis escribió en 1977 mientras estaba en la cárcel. En Women and Capitalism: Dialectics of Oppression and Liberation señala de forma contundente que el movimiento de liberación de la mujer debe asumir su merecido lugar entre los actuales sepultureros del capitalismo. 

Y es que, para Davis, el feminismo de la segunda ola, que centraba la liberación de las mujeres en la opresión sexual, restaba importancia a la complejidad histórica del tránsito de un modo de producción pre-capitalista, en el que la producción y el trabajo se centra en la manufactura de valores de uso, a un modo de producción de intercambio de mercancías, el capitalismo. En este nuevo modo de producción, en el que los medios de producción pertenecen a unos cuantos productores, las y los trabajadores tienen que vender su fuerza de trabajo y, en ese sentido, explica Angela, hombres y mujeres alcanzan una igualdad en tanto que, para la mercancía, elemento central en el capitalismo, las mujeres son indistinguibles de los hombres. Es decir que, para la valorización del valor o creación de plusvalor, el sexo no tiene la menor importancia. En consecuencia, la opresión de las mujeres va a ser resultado de las fuerzas sociales en cuya ausencia, el modo de producción capitalista no puede ser sostenido. Esta innovación de la producción capitalista recae en la proyección de la opresión femenina hacia un continuo histórico (3)

Pero esta innovación trae consigo su propia fuerza liberadora y cuando esto ocurre, la liberación de las mujeres, así como la emancipación de los productores se vuelve una posibilidad histórica real. Asimismo, esta autora reflexiona sobre el papel de las mujeres en una nueva dinámica y construcción de la familia de acuerdo con el nuevo orden social burgués, en el que el trabajo de las mujeres en el hogar toma un carácter completamente nuevo. Aún cuando se les permita trabajar fuera de casa, los trabajos que realizan son marginales y por ello, las mujeres son socialmente aprisionadas dentro de roles naturales que no necesariamente son naturales. En ese sentido, se construye una ideología de la feminidad que con frecuencia quiere ser erradicada con su negación abstracta. Y señala además, que la formulación drástica de ataque a la supremacía masculina, termina siendo una posición de la duplicación consciente o inconsciente de relaciones reificadas (4) que exigen la opresión de las mujeres; y estas posiciones, restablecen las mismas relaciones que han engendrado la situación en las que las mujeres son definidas como seres emocionales, y esta emocionalidad las excluye de la racionalidad (5).

En conclusión, señala Davis, las mujeres viven una vida de confinamiento en un nuevo modelo de familia jerarquizado. La sociedad asigna a las mujeres la misión de crear seres humanos que se sienten como en casa en un mundo reificado. De esta forma la estructura de opresión sexual, como forma primaria de opresión de las mujeres, implica ignorar su carácter cambiante que ha transitado en la historia. Las estructuras de opresión femenina están inextricablemente atadas al capitalismo y, por tanto, la emancipación tendría que ser simultáneamente la búsqueda de la liberación negra y de los pueblos oprimidos. Enfatiza que la lucha por la igualdad incluso tiene que trascender a la búsqueda de igualdad desde las estructuras institucionales y que la lucha por la emancipación de las mujeres no debe centrarse sólo en los aspectos económicos, sino también espirituales y retoma los aportes marxistas a propósito de una categoría clave que recoge de los Manuscritos Económico Filosóficos de 1844 Manuscritos de París: la enajenación (6). Pues la socialización de los medios de producción no traerá por sí sola la emancipación, es necesaria la des-enajenación entre el sujeto-objeto (naturaleza), de sí mismo, y de los demás; sobre todo porque las mujeres son pensadas y esencializadas como naturaleza. 

Recuperar el pensamiento y activismo de Angela Davis nos permite dotar de contenido las luchas de las mujeres por la emancipación. Nos permite profundizar en su esencia con el fin de despojarlo de las formas ideológicas que lo recubren en el marco de lo que Nancy Fraser ha denominado el “neoliberalismo progresista”. Para Angela, el feminismo tendría que ser una metodología en el activismo y en la academia (7), por tanto, habría que despojarlo de reduccionismos y esencialismos. Habrá críticos y críticas, que señalen que su planteamiento ha perdido actualidad y vigencia, pues lo realizó durante la segunda ola del feminismo, pero yo diría que al contrario, es más vigente que nunca en tanto que el capitalismo como sistema de dominación y explotación no ha sido superado. Porque como plantea Ariel Petruccelli “…por difícil que sea de alcanzar en la práctica, no es teóricamente imposible un capitalismo sin desigualdad de género o étnica. Pero un capitalismo sin clases es no sólo empírica, sino lógicamente imposible.” (8)

Vale recordar el origen revolucionario y de clase del 8 de marzo, en el que las mujeres luchaban por mejores condiciones laborales, pero sin perder de vista, desde un enfoque interseccional en el sentido que Angela Davis plantea, las luchas contra la opresión colonial, nacional, étnica, etc., sin olvidar a las mujeres sobre las que permanece el peso de los trabajos del hogar y de cuidados, ni a las mujeres migrantes e indígenas. 

NOTAS 

  1. Mendieta, E. (2016). “De la prisión de la esclavitud a la esclavitud de la prisión. El abolicionismo de Angela Y. Davis. Introducción” en Democracia de la abolición. Prisiones, racismo y violencia. Editorial Trotta. p. 10.
  2. Ídem. 
  3. Davis, A. Y. (1977) “Women and Capitalism: Dialectics of Oppression and Liberation” en James, J. y Sharpley-Whiting, T. D. (2000) The Black Feminist Reader. Blackwell Publisher. pp. 146-182.
  4. Davis retoma la expresion ‘reificaded’ (reificar), que he leído sobre todo en G. Luckács en Historia y consciencia de clase y que literalmente significa ‘cosificar’. 
  5. Op. Cit. Davis.
  6. Ídem.
  7. Ver: Davis, A. La libertad es una batalla constante. Ferguson, Palestina y los cimientos de un movimiento. Capitán Swing, Libro, S. L. 
  8. Petruccelli, A. 19/08/2020. “Algunas reflexiones sobre el marxismo de nuestro tiempo” en Rebelión.org En línea. Disponible en: https://rebelion.org/algunas-reflexiones-sobre-el-marxismo-de-nuestro-tiempo/ 

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