Licenciada en derecho por la UDF Campus Santa María. Maestra en apreciación y creación literaria por IEU Campus Puebla. Egresada del Colegio de Escritores de LATAM. Especializada en el tema jurídico-social de: Feminicidios, Trata de personas y Violencia de género. Autora de las obras: “Feminicidio: reconociendo las violencias que lo conforman” y “Humanidades fragmentadas”. Coautora de las obras: “Trastornos Textuales” y “Voces de Tinta Violeta”. Miembro activo de la Real Academia Internacional de Arte y Literatura y del colectivo Alas por el mundo. Columnista en la revista digital Delatripa. Sus escritos están enfocados a prevenir y denunciar la violencia de género y los feminicidios a través de la poesía, del ensayo, ponencias y talleres.
Fue en el año de 1993 que comenzó a visibilizarse con notoriedad mediática en nuestro país la muerte violenta causada a las mujeres, esto a partir de diversos hallazgos de cuerpos sin vida que presentaban signos de extrema violencia, como: mutilaciones, tortura sexual y tortura física (Salazar, 2004), todo ello en diversos paraje de Ciudad Juárez, Chihuahua, lugar de maquilas y atracción de mano de obra, principalmente no calificada. Más tarde, en el año 2001, con el caso González y otras VS. México, nuestro país se volvió el foco de atención para la opinión pública internacional, sobre todo, para las mujeres interesadas en tratar de comprender el fenómeno que se estaba suscitando en nuestro país.
Entonces, es cuando la antropóloga y feminista Marcela Lagarde y de los Ríos, acuña el termino feminicidio y lo propone para que permita su tipificación en nuestra legislación penal, al exponer que dichos asesinatos violentos en contra de las mujeres, no eran exclusivos de Ciudad Juárez, sino que se replicaban en diversos lugares de la geografía nacional. El feminicidio entonces, comprende el conjunto de delitos de lesa humanidad que reúnen crímenes, secuestros y desapariciones de mujeres y niñas ante un colapso institucional (UV, 2014), es decir, comprende la impunidad y la incapacidad por parte del gobierno (mexicano), así como la indiferencia social.
Los hechos sucedieron en Ciudad Juárez, una ciudad fronteriza que ha sido fuertemente golpeada por el crimen organizado y que, además, ha presentado un aumento crítico de feminicidios desde 1993. (CNDH México, s/f)
Con base a este hecho “antijurídico” relevante y doloroso para nuestro país, se han abierto canales de estudio, ya que, como lo mencioné anteriormente, permea a todo el país. Para comprenderlo, se ha fragmentado el hecho general en los diferentes tipos de feminicidios que pueden suscitarse, no porque alguno sea más importante que otro, sino para conocer los factores pertinentes que permiten o facilitan estos asesinatos, creándose así el siguiente catálogo: feminicidios íntimos, no íntimos, infantil, familiar, por orientación sexual, por crimen organizado, por prostitución y los feminicidios indirectos (Maydez, 2022).
Es relevante aclarar que México se posiciona dentro de los primeros países a nivel mundial donde ocurren estos asesinatos violentos por razones de género, resaltando el feminicidio íntimo, es decir, el cometido por la pareja, expareja o amante de la víctima (Guzmán, 2021). Entre muchos otros factores, este suceso obedece en gran medida a la discriminación que sufrimos las mujeres “por ser mujeres”, así como por el contexto cultural, social y religioso en el que el país se ha desarrollado históricamente. Y es que, la discriminación en contra de las mujeres comienza por nuestra biología (Camarelli, 2022), y esto deriva en la subordinación de la niña ante el niño, y más tarde, de la mujer ante el hombre, convirtiéndose así en la base de las todas violencias.
Así, por nuestra biología, desde pequeñas nos adoctrinan con roles de género que tenemos que cumplir cabalmente si queremos ser “elegidas” por un hombre y ser funcionales en el sistema patriarcal (Lagarde, 2023). Estos roles de género crean como consecuencia, entre otras cosas, las relaciones basadas en el amor romántico, y el análisis de este tipo de amor resulta relevante para comprender los feminicidios íntimos.
El amor romántico hace referencia a una relación idealizada que no es sana ni realista: […] las relaciones amorosas entre hombres y mujeres tienen la particularidad de ser las únicas relaciones de dominación social en las que se da por sentado que el dominante y el dominado se aman… (Chollet, 2023)
Las premisas del amor romántico nos han afectado tanto a mujeres como a hombres, imponiéndonos modelos asfixiantes a seguir, tales como: la princesa y el príncipe, estar juntos para siempre, ser la mitad del otro, soportar cualquier situación, primicia y exclusividad sexual de la mujer para el hombre, entender los celos como amor, tener como objetivo de vida amar y ser amadas, felices para siempre, etc. (Herrera, 2018), y adoptar los roles sociales de género establecidos: la mujer al espacio privado y el hombre al público. Todo ello, inclusive, ha fomentado prácticas de abyección como el que las mujeres se comporten e inclusive se lleguen a “asumir” como propiedad de los hombres (Herrera, 2018). Y son estas premisas, aunadas a la “cultura religiosa” de la Iglesia católica y sus valores, que señalan a la mujer como “culpable” de ciertos males que aquejan a la humanidad, desde el comportamiento de Eva por comer del fruto prohibido y darle a Adán, desde donde se afianza la idea de que las mujeres tenemos que someternos a los varones.
Como mujer sabia, Segato sabe de la fuerza de las narraciones. Vuelve al mito bíblico de Eva, la historia del castigo a la desobediencia femenina anclada en un mito fundacional que se transformó en un orden político que se reactualiza día tras día. Un inicio vinculado a la insubordinación y al castigo. “¿Cuándo Eva es castigada comienza o termina el mundo? Es una ficción que debe ser narrada para sostener la idea de que las mujeres necesitamos ser disciplinadas por los hombres. (Oliver, 2019)
El amor romántico entonces, permite el desarrollo de las violencias en la relación de pareja, a saber: violencia física, sexual, psicológica, económica, patrimonial, vicaria, emocional, digital y feminicida (Camarelli, 2022). En este sentido, debemos comprender la “violencia” como: el uso intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho, o como amenaza, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones (OMS, s/f); con ello puedo asegurar que no existe un hombre violento “sin querer” o “por error”, todos los que actúan así, lo hacen con plena conciencia.
Un hombre violento puede detectarse si realiza acciones como celar, humillar, chantajear, mentir, engañar, ridiculizar, prohibir, controlar, descalificar; estas serán las primeras agresiones que darán paso a las violencias mencionadas anteriormente. Ahora, me resulta importante señalar que, con base en los casos mediáticos de feminicidios en México, como el de Ingrid en la Ciudad de México, realizado por su pareja sentimental y que sacudió al país, o los feminicidios de Abril, de Dulce, de Cecilia, de Celene, por mencionar sólo algunos de los casos más relevantes por la proyección mediática alcanzada, sabemos que las violencias en las relaciones de pareja van en ascenso y éstas pueden culminar fácilmente en un feminicidio.
Por ello considero que el amor romántico deshumaniza a las mujeres y permite la opresión, sin embargo, las mujeres seguimos inmersas en él debido a que lo encontramos por todas partes: películas, canciones, novelas, poemas, religiones, etc. Frente a ello, la propuesta feminista para terminar con el amor romántico y en consecuencia con los feminicidios íntimos, es cambiar nuestra manera de vivir el amor y las relaciones de pareja, y trabajar en conjunto para crear un amor compañero.
El amor compañero deberá basarse en el respeto, la igualdad, la empatía y la ternura. Estará exento de contratos y promesas eternas. Consistirá en la unión de dos personas para disfrutar del amor y será libre de machismo y misoginia (Herrera, 2018). Sin embargo, para llegar a este puerto es menester que, hombres y mujeres llevemos a cabo el proceso de deconstrucción patriarcal con el fin de desarraigarnos de esa ideología impuesta durante las primeras etapas del desarrollo de nuestra vida.
Si bien es cierto que el proceso de deconstrucción se considera un acto de resistencia, cabe mencionar que se requiere de un proceso psicoterapéutico que nos haga comprender ¿por qué creemos lo que creemos y por qué actuamos de tal manera? Así adquiriremos conciencia de nuestros actos, podremos eliminar las ideas preconcebidas discriminatorias y opresoras, y reconstruiremos en un nuevo cimiento las ideas libres, compañeras y respetuosas de amar y relacionarnos en pareja. Este proceso se recomienda principalmente a adultos para que puedan ejecutarlo y transmitirlo a las infancias, y así, de manera generacional, podremos cambiar la postura de relacionarnos en pareja.
Al cambiar la concepción y ejecución del amor romántico por la del amor compañero, los hombres cooptados por los valores machistas más recalcitrantes, los que les inclinan hacia la tendencia del “feminicidio íntimo”, dejarán de creer que las mujeres “les pertenecen” y comprenderán cuando una ya no desee estar con ellos; así lograrán separarse desde el amor y no desde el odio y así, gracias a lo cual habrá menos hombres que se conviertan en feminicidas. Finalmente, podemos esperar que un cambio en la percepción de las relaciones de pareja y su construcción social, se reflejaría amplia y socialmente en la disminución de los feminicidios íntimos y de otras formas de violencia.
Camarelli, A. (2022) Los platos que no hemos roto. Ensayo feminista. México. Ediciones Morgana.
Chollet, M. (2023) Reinventar el amor. Cómo el patriarcado sabotea las relaciones heterosexuales. México. Paidós.
Herrera, C. (2018) Mujeres que ya no sufren por amor. Madrid. Catarata.
Lagarde, M. (2023) Los cautiverios de las mujeres. Las opresiones patriarcales y clasistas. México. Siglo veintiuno editores.
Maydez, M. (2022) Feminicidio: reconociendo las violencias que lo comprenden. México. Editorial Ariadna.
Guzmán, J. (07 de mayo de 2021). ¿Qué lugar ocupa México en feminicidios a nivel mundial? La Verdad Noticias. ¿Qué lugar ocupa México en feminicidios a nivel mundial? (laverdadnoticias.com)
Oliver, M. (2019). El nuestro es el feminismo Descolonial: Rita Laura Segato. Revista de la Ciudad de México. (3), 146-148. c832051f-667c-49e3-bc8d-19e8a0c9e7d6 (revistadelauniversidad.mx)
Salazar, K. (2004) Asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez. Recuperado asesinatos_juarez.pdf (cejamericas.org)
Cámara de diputados. Centro de estudios para el adelanto de las mujeres y la equidad de género. Recuperado 02_Resumen-Sentencia.pdf (diputados.gob.mx)
CNDH México (s/f). La Corte Interamericana de Derechos Humanos sentencia en el “Caso González y otras (“Campo Algodonero”) vs. México. La Corte Interamericana de Derechos Humanos sentencia en el “Caso González y otras (“Campo Algodonero”) vs. México | Comisión Nacional de los Derechos Humanos – México (cndh.org.mx)
OMS (s/f). “Informe mundial sobre violencia y salud”. Organización Mundial de la Salud. Recuperado a77102_spa.pdf (who.int)
Universitat de Valencia. (2014) La antropóloga y feminista mexicana Marcela Lagarde, artífice del término ‘feminicidio’ Recuperado La antropóloga y feminista mexicana Marcela Lagarde, artífice del término ‘feminicidio’, visita la Universitat (uv.es)
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