Jaime Tzompantzi. (CDMX, México, 1994) Ha escrito: Fantasmophilia, Isla de Encantos, Milagro 401, Poemas 2037-1978, Tres poemas, Mora y Semblanza. Forma parte de la editorial independiente y colectivo artístico Súper Ediciones Prisma, una pandilla de narlugas (híbrido de narval + beluga) que hacen intervenciones telepáticas a través de sus avatares humanos para declarar la necesidad de más poesía y menos basura en todos los océanos del mundo.
¿Has notado cómo las estatuas mágicas en las películas de fantasía
o las naves en las películas de extraterrestres
o los colores en sí en las películas de colores
caen muy parecido a las hojas de los árboles
quienes quieren mucho al viento y a la tierra
y al parecer a todos nosotros,
y por eso sueltan sus hojas libremente
como las señoras sueltan bolsas de dulces en las fiestas infantiles para los niños y las hormigas?
Y hace poco leí que el confeti es una basura injustificable
pero que como nos gusta mucho
podríamos reemplazarlo con circulitos de hoja seca.
Entonces diríamos que los árboles quieren mucho también a todas las fiestas.
Y sólo no son siempre invitados porque nos distraemos demasiado
con nuestros propios inventos, colorantes, tintes, conservadores.
Y es que a los árboles les gusta mucho dejarse caer hacia el centro de la tierra.
Porque la gravedad los ama demasiado y toma dulcemente sus raíces
y además esos dedos que son las ramas de los árboles
parecen estar siempre alabando y señalando a la luna y al sol
que también ejercen una gravedad
y una luz que los pone muy contentos y hace que nunca tiren a propósito
a los niños que suben a columpiarse en ellos.
Como a mí mismo y a mis hermanos
en los árboles en torno a la casa de los abuelos en Tlaxcala.
E incluso da contento ver cómo algunos graban sus iniciales con navajas
en las pieles de los árboles,
es decir, en sus troncos.
E imagínate ¿tú te alegrarías si alguien hiciera un tatuaje así de la nada sobre tu piel?,
¿el que él elija? A lo mejor sí.
Puede llegar a parecer que de hecho es lo que necesitaban.
Como aquellos lunares, cicatrices o pliegues en nuestros cuerpos
que si uno los sabe cruzar correctamente
producen unas constelaciones o raíces muy bonitas y reales.
Súper existentes.
Descubiertas e inventadas al mismo tiempo.
Porque, ¿sí sabes?,
en el universo casi toda combinación es posible:
árbol con ventana, ventana con pieles desnudas, árboles con heridas,
luna llena con ventana, cicatriz con renacimiento.
¡Pues si el universo es eterno entonces siempre hay tiempo suficiente!
Tiempo suficiente para que un día de estos los colibríes junto a mi ventana
se den cuenta que el néctar embotellado es la coca cola de los colibríes.
O tiempo suficiente para que volvamos todos al jardín secreto detrás de mi ventana.
Con su subibaja secreto y sus xoloescuincles ultrasecretos.
A pesar del covid 19 y de nuestros corazones parcialmente rotos
(2025 dijo una astróloga, link en mi inbox)
Y entonces podamos hacer de nuevo ese picnic
donde de nuevo juguemos a que estamos enamorados,
y jugando jugando… realmente estemos enamorados!!!
Ese jardín para picnics vecinal
que miro cada madrugada antes de dormir,
y cuyas hojas y flores escucho hoy mojarse agradecidas
ante una lluvia gris
que, a pesar de todo,
nos verá a todos juntos renacer.
Pero todo eso antes de que me vaya a vivir a Xalapa.
Aunque de todos modos dicen que Xalapa va a ser inundada por los deshielos de los polos ☹
O quizá no directamente Xalapa,
sino que los pueblos costeros de Veracruz.
Playas y caminos de enamorados enteros
cubiertos por el mar.
Arrastrados las casas del humano por la Tierra hacia el centro de sí
una vez más por primera vez.
Así que es probable que ocurra una grave crisis de migración.
Y entonces habrá que tener brazos y piernas listos para ayudar.
Pues además no es probable que la tala de árboles nativos
se haya detenido para ese entonces,
ya que Nestlé y sus subordinados del gobierno
afirman que incrementarán año con año los miles de toneladas de su producción…
¿A dónde se habrán ido los árboles que la vida hizo crecer para absorber toda esa agua y este dolor?
Estarán en los supermercados.
Wal-Mart y demás: los cementerios de árboles.
Cementerios no consagrados.
¿Serán los deshielos el fin del mundo o de la humanidad?
Quizá no.
Otras veces ya se ha congelado y deshielado el planeta entero
y acá seguimos.
¿Son los mitos sobre el diluvio universal una nota en la memoria ancestral
sobre algo imposible de olvidar…?
El fin del mundo también es un misterio del pasado.
Ah… justo en Xalapa estuve tan cerca del principio del mundo.
Como cuando cientos de arañitas patonas quedaron suspendidas
en lo alto del interior de un árbol hueco
al que Lorenza y yo nos metimos para besarnos.
Un secreto: cuando un árbol es hueco en su interior
es porque le cayó un rayo y ahí te puedes esconder del lobo, contar secretos,
o besarte con alguien.
La energía destructora de la naturaleza siempre puede devenir
en el refugio para seres de todos los tamaños.
Las arañitas opilión nos hicieron fotos con sus 8 ojos
de esas que sólo las arañitas opilión saben hacer:
imágenes secretas reveladas y entregadas luego a los dioses eternos dentro de nuestros corazones
en sus óctuples términos y condiciones.
He pensado que toda imagen del pasado es como una ceiba sagrada
que se eleva más y más hacia el cielo cada año
y cada vez parece que estamos más lejos de ella
y cada vez es más grande y brillante.
Todos nuestros recuerdos forman un jardín o una selva invisible
que es personal de cada uno de nosotros.
Y aunque pareciera que dichos árboles han desaparecido
o que se encuentran ya en un país extraño y distante,
la realidad es que, el verdadero hogar de esas selvas es sólo este momento.
Y siempre nos estarán acompañando.
Pero volviendo a la ventana de mi cuarto.
¡Cómo olvidar la vez que un caracol llegó hasta mi ventana después de una tormenta!
Llegó y lo vi pegado a mi cortina morada mojada con jarabe para la tos.
Y pensé que él sabría irse solo.
Pero no.
El caracolito se secó al igual que el dextrometorfano
y a la semana siguiente ya no había caracol.
Sólo caracola.
¿Puedo leer el futuro con eso?
O quizá puedo leer el pasado:
la llegada de la muerte no por acciones
sino que por abandono.
Un error creer que el ser en cuestión sabría volver él solo a su jardín.
Cuando era obvio que una tormenta te coloca siempre
en una situación extraordinaria.
Recordatorio: si una tormenta llega,
preguntar de inmediato a los seres a tu alrededor
si son capaces de volver a casa solos.
Hablo de los seres amados.
Que siguiendo la doctrina de los árboles
deberíamos ser todos.
Pero también sé que cada uno de nosotros
es seleccionado para hacer la coreografía
con un equipo determinado.
Como aquella vez en la secundaria,
que el examen de la clase de danza fue montar una coreografía inventada
y yo fui seleccionado por mi equipo como el inventor de dicho baile.
¿Yo el coreógrafo? Wow gran honor el que recibí nunca lo olvidaré.
De nuevo siempre protegidos por los árboles de la ciudad
y esa vez por nuestros uniformes que mirados desde el ahora
parecían ropas confeccionadas por los ángeles.
Pero luego murió Michael Jackson
y entonces el examen se cambió por todo el grupo 3°E bailando thriller 😱😭👌👑
¿La muerte hace que todos los equipos se reúnan en el mismo baile?
Creo que ya estábamos en el mismo equipo desde antes,
pero en definitiva la muerte de un ídolo siempre implica una modificación de la dinámica para el colectivo.
¿Los árboles son íconos pop? ¿Son leyendas medievales?
¿Son el espejo de amigos inolvidables?
Creo yo que sí.
Eso y mucho más.
Por eso ahora recuerdo a mi gatito subido a la cima del árbol de detrás de mi ventana.
Y puedo casi mirar si cierro los ojos cómo me miraba desde lo alto y miraba a los pájaros.
Y buscaba la forma de volar hacia ellos
¡y casi lo lograba!
Y lo recuerdo porque ahora mi gatito tiene ataxia.
A causa de un virus adquirido por algo quizá relacionado en última instancia
con su deseo de volar (nuestro).
Con la extraña relación que tenemos con el mundo y sus seres
desde hace mucho.
Ataxia es un colapso del sistema nervioso que no te permite caminar bien.
Significa un gato que tropieza de sus patas traseras y que no se equilibra correctamente.
No te vamos a abandonar gatito.
No te vamos a soltar.
Ahora mi pregunta es ¿los gatitos se descomponen?
¿los árboles se descomponen? ¿los colibríes se descomponen?
¿la atmósfera se descompone? ¿las sociedades humanas están terriblemente descompuestas?
¿O es sólo que la naturaleza tiene que experimentar mucho para encontrar su avance?
Sí, la consciencia humana también forma parte de la naturaleza,
así como dicen que la memoria humana es el resultado del contacto con un virus muy antiguo.
Ahora va mi súplica:
¿Qué hace la gravedad no cambiando un poquito para que mi gatito pueda caminar bien? ¿Sólo un poco?
¿Qué hace el cerebro humano requiriendo papel para empaquetar y publicitar cosas que lo matan o aburren
y para ello planta millones de árboles eucalipto y pinos donde no debería haber árboles de eucalipto ni de pino?
No lo sé, pero sé yo que no hay ninguna sed de venganza.
Y sé que los árboles aman a mi gatito, a mí y a los colibríes.
Que aman incluso a los asesinos, a los violadores, a los empresarios y hombres de Estado que ordenan su aniquilación.
Y que nunca dejarían caer a propósito a uno de nosotros.
Aunque los quememos, arranquemos, destruyamos
monocultivemos.
Al sol no le importa. En última instancia, parece que a nadie realmente le importa.
Sino que sólo a nosotros.
Los osos polares no saben qué está pasando, las vacas tampoco.
Tabby Cat tampoco.
Quizá sólo esperan que más adelante sea diferente, y haya comida y libertad,
más parecido a como los genes de sus ancestros les habían prometido.
¿Lo será?
¿Más difícil de quemar toda esa basura o todo este karma?
Y hablando de quemar
no deberíamos hacerlo gratis,
es decir, sin un propósito que no involucre el acurrucarse en las faldas
de los ángeles,
es decir, en nuestros más íntimos recuerdos del futuro.
Una vez encontramos un árbol de navidad rosa neón
en las calles de la colonia Doctores.
Decidimos quemarlo junto con cosas que en esos momentos
fueran amadas por nosotros.
Yo quemé un dibujo mío que amaba con la frase escrita
“Caminito de la muerte”,
un ejemplar de mi primer libro “Fantasmophilia”
con portada de plástico como si fuera un VHS (olía delicioso).
cartas y dibujos de amor que me hacían sonreír.
En muchas culturas es normal hacer quemas rituales de bosques,
y gracias a la diversidad de especies es que estos incendios se controlan y no arrasan con todo el bosque.
Es gracias también a la diversidad de felicidades
que no importa que olvidemos uno o mil días espectaculares.
Siempre estarán las chispas de esos besos hermosos como duros robles
que dan forma al bosque de nuestra memoria.
Por eso me acuerdo de eso que escribe el poeta John Ashbery 💖 sobre los árboles:
Que son los acentos perfectos en el lenguaje de una vida repleta de amor.
Que estando con ellos su simple estar
nos sugiera que ya muy pronto podremos acariciarnos, amarnos, entendernos.
Así cómo ellos se entienden con mis ojos y con mis sueños y con mi esperanza, y con todo eso que abrazan y acogen dulcemente, sin importar nada.
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