El anti neoliberalismo de la 4t y sus limitantes

Isidro Alterrealista

Isidro Navarro Rivera

12 diciembre, 2024

Han pasado ya más de cuatro décadas desde que inició la noche neoliberal en México, con sus tintineantes luces de éxitos personales, historias de sujetos que se lograron superar y la incansable lección de que a la gente “no hay que darle pescado, sino enseñarles a pescar”. Después de este tiempo, en 2018 el movimiento de la autollamada “Cuarta Transformación” alcanzó por vía de las votaciones que ganara su candidato al Ejecutivo Federal. Entre los elementos que caracterizan a este movimiento y a su gobierno está la crítica al neoliberalismo y la democratización de la vida pública, y como hitos políticos de su discurso se encuentran Madero y Juárez. Así, López Obrador se definió en más de una ocasión como liberal y humanista, pero al mismo tiempo, crítico del neoliberalismo; incluso a inicios de su gobierno decretó su fin.

Pero ¿qué tan liberal puede ser un antineoliberal?, ¿qué tan transformadora podría ser la Cuarta Transformación? Hayek hace tiempo se cuestionó acerca de la noción de individualismo y sus consecuencias en la comprensión social. Este filósofo promotor del neoliberalismo, antifascista y anticomunista, proponía que hay dos tipos de individualismo, el verdadero y el falso (Hayek, 1948). 

El individualismo falso –según él– sería el que asociaba la racionalidad y la acción individual hacia el colectivismo, porque la sociedad tiene un arraigo en el contrato social. El verdadero, por el contrario, es antirracional, asume que los individuos en libertad crean la sociedad y en su interacción “tropiezan” con las instituciones. El primero plantearía que la sociedad se sostiene a partir de instituciones creadas para ello; el segundo, diría que la sociedad –como conjunto de individuos libres– crea las instituciones que necesita para desarrollarse (Hayek, 1948). La discusión de Hayek buscaba disolver la hegemonía de las sociedades dirigidas –socialistas o capitalistas keynesianas– para dar paso al neoliberalismo como única vía de libertad. Destaca que al cuestionar el fundamento individualista del pensamiento social (al menos en ese ensayo) no distinguió entre liberalismo político y económico, porque el problema no estaba –a su manera de ver– en las libertades políticas, sino en cómo se comprende la sociedad desde su fundamento. 

Otras ideas se promueven también en el neoliberalismo desde su origen en 1939, como la naturalización de las desigualdades, la incorporación de la selección natural a las relaciones sociales –donde incluso los pobres podrían morir, por sus condiciones de subsistencia, como parte de un proceso “natural”– y la idea del individuo-empresa con su comprensión de todas las relaciones sociales como relaciones de mercado (Diaz, 2021). Este pensamiento arraigó en México buscando una profunda transformación del sentido común (Lemus, 2021).

El pensamiento de López Obrador y la Cuarta Transformación es contractualista, asume constantemente la idea de que la soberanía reside en el pueblo, que el Estado tiene la función de servirle y por ello su emblema “primero los pobres”. Por esta misma idea de soberanía también sobrepasa la noción de división de poderes, y al tratarse de un movimiento, asume la validez del mandato del pueblo pero no parece distinguir –ni se pregunta si hay un modo de hacerlo– si el mandato es el mismo para el Ejecutivo y el Legislativo. Este comportamiento se ha cuestionado por autoritario, recordando la tradición presidencialista del país. ¿En qué sentido puede ser liberal la Cuarta Transformación entonces?

Esa idea de soberanía y de defensa de las igualdades políticas y materiales tienen un arraigo en lo que Hayek llamaría individualismo cartesiano, asumiendo que la razón es una cualidad esencialmente humana a la que se debe el progreso social mismo. Lo que no distinguiría Hayek es que, desde esta manera de entender la sociedad también se profundizan las relaciones capitalistas, porque también se está a favor de las libertades económicas como recientemente mencionó Claudia Sheinbaum, presidenta electa en este país. 

Así que, por un lado, la Cuarta Transformación no sería neoliberal al defender la racionalidad humana (suponiendo que la democracia es la mejor vía para tomar decisiones), al defender la discusión pública de lo político o al rechazar la naturalización de las desigualdades, por lo que favorece múltiples programas sociales. Pero, por otro lado, no puede distanciarse del neoliberalismo en su sentido puramente económico. Por ejemplo, al promover la profundización de las relaciones capitalistas en el sureste mexicano, donde se instalaron proyectos propios de la economía global que incluyen turismo y facilitan el tránsito de mercancías por el país. 

El anti-neoliberalismo de la Cuarta Transformación se puede encontrar en su defensa del colectivismo, en su rechazo a la naturalización de las desigualdades y a la integración de la selección natural en el pensamiento social. Esta diferencia es filosóficamente profunda, pero en lo material no se distingue de las formas capitalistas de producción. Tal vez ahí radique su mayor debilidad. El contrapeso podría estar en esa defensa del colectivismo para lo cual, requeriría tejer más en lo comunitario y lo local que en lo nacional, algo que sí se ha logrado en los procesos electorales, pero no tiene continuidad en los periodos no electorales, como movimiento o como gobierno. Otro rasgo que no podría dejarse de lado es su desnaturalización de las desigualdades sociales. 

Finalmente, en el terreno de lo político, se debe visualizar que el neoliberalismo tiene entre sus promotores a varios de los hombres más ricos del país y del mundo, así que, la capacidad que tenga la Cuarta Transformación de mantenerse en el gobierno depende en mucho de cómo pueda sostener la vigencia de sus ideas, neutralizando la influencia de las organizaciones neoliberales en lo político y social. Neutralizar la influencia neoliberal depende también de que podamos entender que, lo que está en juego en el campo político hoy no es el tipo de relaciones de producción, si no la manera de comprender las relaciones humanas. 

Cabe señalar que, de manera extraordinaria, a esta reflexión habría que añadir las implicaciones del feminismo, ambientalismo y el pensamiento indígena, pero eso requiere una discusión más amplia. 

Bibliografía 

Ezequiel Diaz, M. (2021). Neoliberalismo, empresarialización de la vida social y denegación del Otro. Revista de Filosofía, 38(98), 655-674. https://doi.org/10.5281/zenodo.5528833

Hayek, F. A. (1948). Individualismo: El verdadero y el falso. Individualism and Economic Order. https://ffyh.aulavirtual.unc.edu.ar/pluginfile.php/127919/mod_resource/content/1/Hayek04.pdf

Lemus, R. (2021). Breve historia de nuestro neoliberalismo: Poder y cultura en México. Penguin Random House Grupo Editorial México.

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