Luego de un sexenio que enfrentó retos, lleno de pros y contras en todas las ramas que son parte de la vida pública del país, continúa este proceso, en el que miles lucharon y murieron hace más de un siglo en una guerra civil llamada Revolución para darle transición política a México luego de una dictadura pero, sobretodo, un derecho y la responsabilidad civil a la ciudadanía de salir y elegir a sus representantes en los procesos democráticos en turno.

En este año, las elecciones en México son relevantes por casos que la hacen particular, la posibilidad de tener a una mujer en el país por primera vez en la historia y la presencia de la UNAM en el proceso. Y – no me refiero a que la UNAM interfiera en las elecciones – que lxs candidatxs son egresados de la máxima casa de estudios del país.

Más allá de las filias y las fobias, ideologías, planes de gobierno, proyectos de nación – si es que los hay –  o los perfiles de cada uno de lxs candidatxs – que son necesarios y sobretodo, para decidir – la importancia de la UNAM en la política, no solo hoy sino desde hace muchos años, se hace presente como protagonista de las decisiones del país y como en otras áreas como; la literatura, la ciencia, las artes, la investigación, las leyes, la medicina, la arquitectura o las ciencias sociales, también lo suele hacer.  

La UNAM, una de las instituciones más importantes de México – sino es que la más – y del mundo, hoy con ciertas crisis por la presencia de intereses ajenos a la Universidad, amenazada en incontables ocasiones por burócratas de la institución, líderes políticos o sindicales corruptos, saqueadores, grupos porriles o acosadores que se infiltran para llevar a su “puerto” la riqueza y el prestigio de la Universidad Nacional. Con todo y eso, la UNAM se mantiene, sigue en pie, su prestigio ha sido golpeado pero la enorme oferta cultural, científica y académica, la mantiene con cimientos fuertes y con una comunidad gigante, llena de brillantes estudiantes, académicos, profesores y trabajadores.

En este año, veremos unas elecciones diferentes, pero con la UNAM presente y esto habla del gran proyecto que es la Universidad, un espacio abierto para el debate y el pensamiento crítico. Un ente que recibe estudiantes con realidades sociales, étnicas, religiosas, culturales, ideológicas, de orientación sexual y raza diversas que permiten comprender las magnitudes de México. También, con la llegada de profesores, académicos y estudiantes de otras latitudes del mundo que enriquecen el diálogo de la Universidad y que comparten otras visiones, posturas y lecturas de nuestra realidad y la realidad que atraviesa el mundo.

En la coyuntura del 2024, la UNAM se perfila como un actor crucial, no solo por el perfil académico de lxs candidatxs, sino para el desarrollo de una conciencia electoral transparente y democrática – en mi visión – hay puntos importantes en que la Universidad Nacional contribuirá en estas elecciones, por ejemplo, la Universidad desempeña un rol en la formación de lideres, crea debate dentro y fuera de las aulas y contribuyen en gran medida, a la generación de nuevas ideas – pero es importante, profundizar un poco más-.

La Universidad Nacional, se convirtió en la cuna de líderes. Ha sido el alma mater de importantes figuras de distintas disciplinas – como dato bien sabido, los premios nobel que ha recibido México salieron de las aulas de la UNAM. En la política se han formado senadores, diputados, magistrados y presidentes. Además, la UNAM funge como un semillero de ideas. Sus profesores, investigadores y estudiantes generan el debate, el análisis y los estudios que van más allá de un simple cuestionamiento. La UNAM se adentra en las raíces de las causas. Existen planes, foros, coloquios, conversatorios o programas como el Centro de Estudios Político (CEP), la Unidad de Investigaciones Periodísticas (UIP), la Unidad de Investigaciones Jurídicas (UIJ) o el Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad (PUEDJS), entre otros.

La Universidad Nacional tiene un papel fundamental en la política y en la vida pública de México, contribuye en la construcción del país, parece que México necesita a la UNAM y la UNAM necesita a México. La responsabilidad social de formar grandes ciudadanos y grandes profesionistas críticos, generadores de conocimiento y promotores de este. Un modelo – me atrevo a decir – único en el mundo desde la raíz. Y en este 2024, en la ruta electoral de México, también se hará presente la Universidad de la Nación.