Facultad de Filosofía y Letras
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Hace tiempo, cuando cursaba mi primera carrera en el área de Ingeniería, recuerdo que surgió una singular y atípica discusión entre uno de mis compañeros y un profesor a propósito de los llamados Objetos Voladores No Identificados (OVNIs). En ese tiempo, mi interés sobre ese fenómeno era nulo, aunque recuerdo que en mi infancia era un tema que me llamaba la atención. A lo largo del tiempo, los diferentes argumentos que se han utilizado para desacreditar este curioso fenómeno dinamitaron mi interés en el tema.
Volviendo a la discusión, me acuerdo de los argumentos que mi profesor dio para desacreditar el fenómeno; argumentos que, como mencioné anteriormente, han sido ocupados históricamente para restarle credibilidad al tema. Uno de sus argumentos es que era ilógico que, partiendo del hecho de que el fenómeno OVNI proviniese de una civilización tecnológicamente más avanzada, y de un planeta lejano, viajaran cientos o miles de años luz sólo para mostrarse parcial y convenientemente a ciertas personas y situaciones, cuando podrían aterrizar, por ejemplo, en la Casa Blanca, o en el centro de algunas de las principales ciudades de nuestro planeta.
También recuerdo que otro de sus argumentos era que no tenía razón de ser que viajaran hasta un planeta tan lejano solo para abducir a ciertas personas de una civilización menos avanzada, realizaran mutilaciones a diferentes tipos de ganado o peor aún, estrellaran sus naves (tan avanzadas) en nuestro planeta. Simplemente, el razonamiento de mi profesor no concebía el avistamiento de los objetos, por lo que, para evitar entrar en mayor debate, el grupo simplemente validó estos argumentos y cerró el tema.
Pero ahora que estoy cursando mi segunda carrera, que es Historia, me he dado cuenta que muchas situaciones y pensamientos que nos permiten darle lógica y sentido a nuestra existencia, en otros contextos históricos no podían proporcionarle ese mismo fin. Podemos decir, que para lo que nosotros en lo individual y cultural es lógico, para otros no lo es. Si partimos de que al fenómeno regularmente se le relaciona con una civilización con mayor avance tecnológico, no podemos esperar que actúen y razonen bajo nuestra misma lógica. Como mencioné anteriormente, si muchas veces entre nuestras sociedades humanas los razonamientos no se comparten y entienden, no podemos esperar que una sociedad con más experiencia que nosotros se acople a nuestros prejuicios, principios, razonamiento y lógica.
Con esto no pretendo afirmar que el fenómeno OVNI sea de un origen exótico o no terrestre, recordemos que al final del día son objetos voladores no identificados. Lo que pretendo explicar es que, si se quiere estudiar este fenómeno de una manera más amplia, debemos de entender que no podemos desacreditarlo de entrada aplicando nuestros prejuicios e ideas preconcebidas a algo que al final del día no está identificado, y cuyo origen desconocemos. Al final del día muchas veces ni siquiera le damos la posibilidad de estudio.
Concluyo en que ojalá en un futuro no muy lejano, al fenómeno se le dé la oportunidad de ser estudiado por diversas ciencias (biológicas, de la salud, exactas, etc.) en las diversas instituciones de educación que existen en nuestro país. Recordemos que actualmente muchos países están empezando a abrir el estudio de este fenómeno en sus instituciones y México no debería quedarse atrás.
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Algunas pistas sobre el sentido del “yo” a partir de la literatura
Una respuesta
Definitivamente existen y han visitado la tierra desde hace mucho tiempo, pues en las construcción de monumentos mesopotámicos están inscritos. La ciencia terrestre todavía está en pañales o a lo mejor está en gestación.