Lo que está pasando, tendencias y recomendaciones para ti.
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CRÉDITO: Equipo ¡Goooya!
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Andrés Arispe Oliver

Facultad de Filosofía y Letras

Mi nombre es Andrés, soy estudiante de literatura hispánica. Toda mi vida en general, me han gustado las historias, por eso escribir se ha vuelto algo inherente en mí que me ha ayudado a ponerle nombre a mis pensamientos. Además, también disfruto los videojuegos, cómics, mangas y aunque tengo mis favoritos, siempre me gusta descubrir nuevas cosas.

Un portal a la nostalgia

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El anime, las caricaturas y las rolas de nuestra infancia

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Andrés Arispe Oliver

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El colegio ha quedado atrás. Por fin llegas a tu casa y, para tu fortuna, es viernes. Mañana no hay clases. Te quitas el uniforme y entras a la cocina; sobre la estufa humea la deliciosa comida. Quizá compartimos memorias, y por tus fosas nasales también entra el cautivador aroma de frijoles, arroz y milanesas fritas en aceite, sal y demasiada pimienta. Enciendes el televisor. El tráfico de la ciudad te tenía preocupado, pues tenías una cita delante de la pantalla, algo que esperaste durante todo el día. Te tranquilizas, pues aún está en comerciales. Entonces sucede: frente a tus ojos, al tiempo que tragas el primer bocado y el comercial se desvanece…

Aquí es donde nos separamos. Quizá en tu caso apareció un fondo rojo y justo en medio una esfera inmensa con una estilizada letra “Z”; debajo de ella, una estrella acompañada de unos acordes retumbando en las bocinas de la televisión de tubo: “El cielo resplandece a mi alrededor”. O tal vez aparecieron sendos guerreros corriendo sin moverse de su lugar, y a sus espaldas una inmensa caja de la que emanaba un pegaso, mientras aparecían en pantalla incomprensibles caracteres: “¡Saint Seiya!”. O un panda haciendo kung-fu junto a una menuda chica que peinaba su cabello en una trenza: “El amor siempre va sin razón”. O incluso un pirata que te sumergía a las profundidades, donde descansaba una piña debajo del mar: “¡Uuuu, vive en una piña debajo del mar!” Sea cual sea el caso, tarareas la canción, pues la conoces. Se ha tatuado tan profundo en tu memoria que apenas es necesaria una palabra para que vuelva a sonar en tu cabeza, para que tus labios vuelvan a entonarla y para que tus ojos busquen en tu interior aquel momento donde fuiste inmensamente feliz.

Es indudable que estas series y caricaturas llevan implícito el paso del tiempo, desde las limitaciones en la tecnología hasta el cambio de tendencias. Sin embargo, lo más importante es que, a través de estas historias, generaciones han vivido. Entre sus fotogramas, capítulos y trazos cargan con la memoria de los niños que ahora han crecido. Sin saberlo, se han convertido en receptáculos de un pasado colectivo que alberga toda clase de memorias. Independientemente de esos recuerdos que están llegando a ti, todos tienen algo en común: la nostalgia.

La nostalgia añora, quiere y desea lo imposible: eso que alguna vez fue, pero que nunca va a volver. Algo que, visto fríamente, es una pérdida de tiempo. Sin embargo, es necesario. Cuando el presente tortura con su rutinario avance y el futuro amenaza con su incertidumbre, la nostalgia nos transporta a un lugar seguro; a un momento que, ya sea que estuviéramos solos o acompañados, es nuestro. Por supuesto, nuestra memoria es amable con nosotros, pues pinta estos momentos con una virtud y un valor casi míticos y completamente épicos. No es raro que, a medida que el tiempo pasa, quien decide revivir las caricaturas de su pasado se arriesgue a darse cuenta de que no eran tan buenas como recordaba. A lo mejor su humor, que alguna vez lo hizo reventar en risas, ahora le parece soso o encuentra fallos en una narrativa que de niño aceptó sin réplica. Aunque es importante decir que también hay algunos casos, y dependiendo de la historia, en que las encuentran tan cautivantes como el día que la vieron por primera vez.

El detonante de esta nostalgia son, sin duda, esos ejemplos que ya subrayé: las canciones que actuaban como un preámbulo al vistazo que daríamos en la vida de estos personajes. Para todos aquellos que coinciden con esta premisa, habrá un evento que propone ser un viaje a nuestra infancia. “Animusic Rock Concert” dará un concierto este 10 de noviembre en la sala de conciertos Tepecuícatl en la Ciudad de México, donde la selección son precisamente esas canciones que marcaron nuestra niñez. Entre las piezas que tocarán se encuentran: Caballeros del Zodiaco, Dinosaucers, Ghostbusters, Fuerza G, Candy Candy, Tortugas Ninja, He-Man, Supercampeones, Sailor Moon y Thundercats. Sin duda, una excelente opción para cualquiera que busque revivir, aunque sea por un momento, esta placentera sensación.

Si has llegado hasta aquí, estoy seguro de que los recuerdos ya han florecido en tu interior. Ese sentimiento que eriza la piel y que, por alguna extraña razón, humedece los ojos con las reminiscencias de emociones pasadas. En ¡Goooya! te invitamos a que no se queden allí. Exprésalos participando en la convocatoria que trata precisamente sobre películas y series. Cuéntanos cuál fue aquella historia que te marcó de niño, esa canción que aún tarareas o quizá tu opinión sobre la nostalgia que provocan.

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