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Triste conflicto

Número 15 / OCTUBRE - DICIEMBRE 2024

¿Ser quien quiero ser o ser quien me obligan a ser?

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Jaime Martínez Aguilar

Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

En las escuelas siempre han existido problemas irracionales, como los conflictos entre quién es mejor, el A o el B, el turno de la mañana o de la tarde, que área dos sí sirve para el ámbito social, que en área cuatro te morirás de hambre y que una institución es mejor que otra. Hay diferentes bandos que siempre están en constante lucha durante toda la vida académica.   

Los estudiantes buscan construir una identidad a partir de creencias, valores, consejos e incluso redes de parentesco para establecer un marco de satisfacción de otros grupos; en consecuencia, se recae en la idea de tomar decisiones para satisfacer a los demás a la hora de la construcción de su ser estudiantil. 

Henri Tajfel es un psicólogo británico que acuñó el paradigma del grupo mínimo en la década de los 50, este paradigma se refiere a un concepto de la psicología social que analiza cómo la mera pertenencia a un grupo puede afectar el comportamiento y las actitudes de las personas. El paradigma se fundamenta en experimentos que demuestran que, incluso sin interacciones previas o vínculos significativos entre los miembros, las personas suelen favorecer a su propio grupo en perjuicio de otros. 

La Teoría de la Identidad Social (TIS) que está dentro del paradigma, parte de que la identidad de un individuo está sujeta a ciertos grupos o categorías sociales; es decir, la relación de grupos de personas o instituciones es compartida en sus características esenciales por un gran número de personas quienes, a partir de cualidades, determinan quiénes somos de manera individual.  

En el ámbito educativo, estos grupos o instituciones son los niveles de escolaridad, el turno, salón o grupo de amigos; dentro de estos grupos se forjan cualidades especiales que respaldan una forma de ser que después se legitima, se cimenta una forma de pensamiento única y se construyen categorías superiores e inferiores, apareciendo la discriminación grupal a la que Tajfel se refiere. 

Por ejemplo, a los de la mañana se les atribuyen cualidades de ser responsables, ordenados y disciplinados; mientras que a los del turno vespertino se les establece cualidades de personas más laxas; desde ahí se ejerce un distintivo de un colectivo a otro. 

Otro ejemplo: en un CCH son más barco y en una preparatoria te forman carácter; o no estudies eso porque de qué trabajarás, te morirás de hambre, mejor estudia algo con lo que puedas vivir, estudia algo que deje dinero, en esa carrera qué haces, etc.

Esta lucha de bandos construidos a través de discriminaciones se realiza por otros sectores cercanos al estudiante, como los grupos de parentesco; esto es lo que enfrasca al alumnado en no tener seguridad en la elección que en definitiva construirá una parte de su vida académica y personal. 

La discriminación grupal de la que habla Tajfel en el ámbito estudiantil funciona como un marco que orienta las decisiones, influyendo en cómo las personas interactúan y se relacionan con los demás según su pertenencia a un grupo. Porque gran parte de la identidad social se forma a través de comparaciones con grupos externos, ya que ayudan a las personas a definir su grupo y fortalecer su sentido de pertenencia. Al contrastarse con otros, los individuos pueden mejorar su autoimagen, entender su posición en el contexto social, fomentar la cohesión dentro de su grupo y resaltar sus características únicas, lo que contribuye a establecer y mantener sus normas y valores.

También la reproducción de estas premisas hechas por otros colectivos puede desarrollar angustia, estrés y frustración; agregando que el estudiante tendrá que mantener un comportamiento o disponer de cualidades que no forman parte de su identidad en el presente y en el futuro y, en casos extremos, las tomas de decisiones en las que el estudiante se pueda ver arrepentido. 

Para que un estudiante esté satisfecho se deben respetar sus decisiones a pesar de que ya existan grupos con ciertas características establecidas, su conciencia debe estar plena en su ardua búsqueda por su autonomía, tomar comentarios de grupos cercanos ayudará solo como una toma de referencia ya que él sabrá lo que es sabio para su identidad individual.

Personalmente, al ser universitario, me he enfrentado a luchas de interés que han cegado mi orientación educativa, ejerciendo enorme presión sobre mis decisiones, sé que varios estudiantes han vivido o todavía sufren con el estrés de cumplir con lo que un grupo les ordene; esto me resuena a una lucha que sí o sí se debe confrontar a nivel psicológico e interactivo en la toma de decisiones. 

Los universitarios debemos estar conscientes de estos grupos que interfieren en nuestras decisiones y nos pueden provocar un gran choque en materia de salud mental; debemos establecer una línea clara de nuestros objetivos y pasiones para que, de ser así, ciertas necesidades de pertenencia no nos obstruyan a futuro.

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