Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
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El machismo es un problema profundamente preocupante en nuestra sociedad actual. Descrito por la teórica política Carole Pateman en su texto El Contrato Sexual, se entiende como la dominación del hombre hacia la mujer tan sólo por el género. Esta idea ha llevado a que se cometa todo tipo de violencia de género de hombres hacia mujeres, ya sea por desprecio o sentimiento de superioridad, actos que en múltiples casos dejan como resultado daños físicos y secuelas psicológicas graves, o inclusive se llega a la muerte, a esto se le conoce como feminicidio.
Tan sólo en los meses de enero a septiembre del año 2022 se han registrado un total de 711 casos de feminicidio en todo el país según reportes de El Financiero. Cabe resaltar que esto fue mencionado con orgullo por Andrés Manuel López Obrador, pues representaba una baja del 22.8% respecto al año 2018. Dato que no es para enorgullecerse si se analiza el hecho de que son actos que siguen sucediendo.
Es debido a esta situación tan lamentable y al actuar de los individuos de mi sexo (hombres), que busqué participar de manera más activa en este tema en pro de aportar mi granito de arena para que no se cometan estos actos, por lo que entrevisté a tres mujeres que sufrieron intentos de feminicidio, quienes accedieron a compartir sus testimonios para este periódico mientras se respete su anonimato; esto con el objetivo de concientizar a los lectores masculinos sobre la problemática a la que se enfrentan las mujeres.
La primera mujer en entrevista cuenta que ella tenía una pareja con la cual no había tenido problemas durante su noviazgo, sin embargo, con el pasar de los años el hombre fue tomando actitudes controladoras con ella; a la vez de tener vicios como el alcohol, lo que les causaba conflictos que iban subiendo de tono, hasta llegar a un punto de quiebre donde la mujer fue agredida físicamente por el hombre, lo que le causó lesiones leves en el cuerpo. Al transcurrir este incidente ambos se separaron, sin embargo, el hombre pidió perdón a la mujer, y después de insistir, continuaron con la relación. Con el tiempo las actitudes del hombre regresaron contra la mujer, y los conflictos esta vez tuvieron un desenlace aún más fuerte comparado al de la primera ocasión: el hombre apuñaló dos veces con un cuchillo de cocina a la mujer, una en el lóbulo de la oreja izquierda, y otra en el ojo. Afortunadamente ambas heridas no fueron fatales y pudieron ser atendidas y sanadas, dejando en su cuerpo la cicatriz y huella de su agresor. Es por esto que la mujer denunció al hombre. Cabe destacar que su caso lleva dos años siendo atendido sin resolución alguna de parte de las autoridades.
En el segundo testimonio, la mujer afectada fue atacada por su propio hermano. El hombre tenía una al alcohol, la marihuana, la cocaína, y el cristal; esto supuestamente para resistir sus jornadas laborales nocturnas. El hombre también se rodeaba de amistades con las que consumía esas drogas e inclusive con familiares como tíos y primos. Ella, por otro lado, trabajaba de repostera y mantenía a su hija de tres años de edad. El problema radicaba en que ambos vivían en la misma casa que les fue heredada por su padre, por lo que el hombre había tomado una actitud posesiva del hogar invitando a sus amistades y violando la privacidad de su hermana. En múltiples ocasiones, la mujer le reprochaba su comportamiento exigiéndole respeto para ella y su hija, lo que causaba disgusto en él, hasta que un día llegó al hogar dopado y buscando a su hermana para discutir sobre la posesión de la casa. La mujer intentó escapar del lugar, porque sabía que su hermano estaba en estado inconveniente y muy alterado, pero fue detenida por él y brutalmente golpeada mientras su hija de tres años observaba a su tío dejar bañada en sangre a su madre. De igual manera la mujer acudió a la fiscalía en busca de justicia, y por hacer eso fue juzgada y condenada por algunos de sus tíos quienes tenían más apego por su hermano por el simple hecho de ser varón.
El último caso es probablemente el más difícil de leer, porque es mucho más difícil relatar por la mujer que lo compartió. La entrevistada narra que fue forzada por sus padres, desde que tenía ocho años, a relacionarse con un hombre diez años mayor que ella. Esto comenzó primero como un supuesto juego con comentarios sarcásticos de familiares como “hazlo tu novio”, o “qué bonita pareja hacen” (dicen que, de broma en broma, la verdad se asoma), comentarios que posteriormente tras la insistencia de las familias del hombre y de la mujer, se convirtió en una situación real. Ambos tuvieron dos hijos y se mudaron a vivir juntos, sin embargo, comenzaron a atravesar por una fuerte crisis económica y el hombre comenzó a tener dos trabajos para poder mantener a su familia, no obstante, el dinero no era suficiente. Un día el esposo invitó a dos hombres más a su hogar, la mujer pensó que se trataban de amistades de su esposo y se encerró en su cuarto junto a sus hijos para no interrumpir la diversión de su marido. Al poco tiempo el hombre entró al cuarto y le pidió a la mujer que lo acompañara. Ella lo siguió a su cuarto pensando que la iba a presentar con sus supuestas amistades, no obstante, al entrar al cuarto con su marido, la mujer encontró a los dos hombres desnudos, su marido le susurró al oído “yo he aportado mucho a la casa, es hora de que aportes algo tú también”. El hombre obligó físicamente a la mujer, con golpes y patadas, a tener relaciones sexuales con los otros dos hombres, pues había un trato entre ellos y el marido. Los individuos habían pagado al marido una cantidad de dinero para abusar de su esposa. La mujer quedó sumamente lastimada física y psicológicamente. Buscó justicia, la cual tras 20 años de lo ocurrido no se ha consolidado.
Es sumamente preocupante reconocer el comportamiento de los hombres hacia a las mujeres, y en uno de los casos presentados, en específico el tercer testimonio, todo comenzó como un supuesto juego y terminó en una tentativa de feminicidio, lo que pone en evidencia que ejercer violencia de género no solamente es agredir físicamente a las mujeres, sino también, hacer comentarios sarcásticos o despectivos sobre ellas cuando ellas eligen no aceptarlos o cuando no existe relación entre la mujer y el hombre.
Ante todo esto cabe preguntarse, como hombres: ¿he ejercido violencia de género?, ¿qué estoy haciendo para no cometer ni fomentar la violencia contra la mujer?, ¿qué hago como hombre para apoyar a las mujeres que han pasado por esto?
La reflexión queda en cada quien. Sólo resta reconocer la valentía de las mujeres que expresaron su testimonio, y como hombres, tratar de evitar la violencia en todo sentido contra la mujer, pues finalmente todos los hombres tenemos vida gracias a una de ellas.
Referencias
Feminicidios en México van al alza: suman 78 casos en septiembre. (2022, 20 octubre). El Financiero. https://www.elfinanciero.com.mx/nacional/2022/10/20/feminicidios-en-mexico-van-al-alza-suman-78-casos-en-septiembre/?outputType=ampPateman, C. (1995). El Contrato Sexual (Primera edición en Editorial Anthropos). Editorial Anthropos. Barcelona.
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