Edit Content
Esta ventana es para mirar dentro de nosotrxs a través del arte y la creatividad.
Esta ventana es para mirar dentro de nosotrxs a través del arte y la creativdad.
Jill Burrow
Picture of Angela Betán Sánchez

Angela Betán Sánchez

Escuela Nacional Preparatoria Plantel 9 Pedro de Alba

Soy estudiante de comunicación y periodismo, aunque también me considero una soñadora, que en sus ratos libres se pierde en la música, sentimientos intensos y letras que se retuercen y enredan con belleza. Siempre he pensado que todos podemos transformar nuestros demonios internos en arte maravillosa, que puede hacer que conectemos con los demás, es por eso que, aunque escribo cosas muy personales, una gran parte de mí desea que me lean, pero sobre todo me encantaría ver la expresión de mi lector.

Tortura sobre ruedas

Número 7 / OCTUBRE - DICIEMBRE 2022

Ese miedo antiguo, ¿de dónde viene?

Picture of Angela Betán Sánchez

Angela Betán Sánchez

Escuela Nacional Preparatoria Plantel 9 Pedro de Alba

—¿No podemos ir a pie? —le pregunto mirándolo de la forma más dulce posible.

—Mmmh, dudo que quieras caminar por una hora y…

—No hay ningún problema, puedo caminar sin importar el tiempo que sea.

—Amor, vamos, serán menos de quince minutos en auto —exclamó tomando mi mano y dirigiendo su vista hacia el coche—. Sólo…

—¡Suéltame! ¡No me toques! ¡Ya déjame!

Por unos minutos nos quedamos callados, mirando el suelo, hasta que escuché su voz de nuevo.

—Amor, ¿hay algo que pueda hacer por ti? Si quieres estar más segura, hay un freno de mano que puedes sostener en todo momento, las ventanas estarán abiertas, las puertas no tendrán seguro, manejaré a menos de 20 kilómetros por hora y…

—Confío en ti, es sólo que yo… Esos recuerdos vienen a mí de una forma tan inesperada… No estoy lista aún —apretó mis manos y sentí algo cálido correr por mis mejillas.

—No, yo lo siento —sus manos limpiaron aquello que había en mi rostro y luego nos quedamos mirando por un tiempo—. Estoy contigo, en todo momento, ¿lo sabes, verdad? Vamos, tenemos mucho que caminar, cariño.

Años antes…

Papá enciende el estéreo y si bien no me gusta la música que se reproduce, lo prefiero, ya que ésta hace que el silencio entre nosotros se prolongue. Luego de la tercera canción, mi hermano empieza a hablar. Yo me mantengo callada, como es mi costumbre; miro el paisaje y escucho lo que dicen pero sin preocuparme mucho por ello. Entonces encuentro mis audífonos. Doy gracias al cielo y me los coloco. Al principio sólo uno, pasados los primeros cinco minutos me pongo el segundo con un poco de preocupación, pero diciéndome a mí misma que eso me ayudará a estar tranquila. Tranquilidad, eso es lo que quiero.

Nuestra visita semanal fue cumplida. Sin embargo, hoy mamá tuvo que presionar más a mi padre para que nos retiráramos. Él tiene ese conocido aroma que odio tanto como mamá. Subo al auto y suspiro hondo mientras papá mastica una goma de mascar y le dice a mi madre que está agotado, ella sólo hace un gruñido. No cabe duda de que ha llegado el momento que más temo: el regreso a casa.

Mi cuerpo tiembla y mi temperatura sube mientras observo cómo nos vamos acercando a la carretera. Al escuchar el cambio de velocidad, ruego porque un auto no nos intente rebasar. Entonces mamá comenta algo y papá no responde, sólo vuelve a apretar el clutch. Nuevamente me encuentro rezando porque el camino esté despejado. En el momento en que mi madre pronuncia un sonido, puedo sentir cómo mi cuerpo es empujado hacia atrás en cuestión de segundos. La voz de mi madre sube de tono y aunque intenta parecer segura, puedo notar su temor. Él nuevamente acelera y empieza a gritar. Mi corazón se sobresalta, puedo sentirlo, otra vez viene esa pelea. Mis oídos ya sólo escuchan el sonido del motor, y mis ojos están perdidos mirando la ventana, viendo cómo todo se aleja rápidamente, hasta que sólo veo luces de colores. Me aferro al asiento, encajo mis uñas en ese agujero que hay entre la tela y empujo la esponja. Empieza a arderme la garganta y cuando mi cuerpo da un salto, mis ojos empiezan a nublarse. Parpadeo rápidamente y me exijo ver lo que está pasando, quiero ver lo que sucede, pero al mismo tiempo sólo deseo que mi vista se nuble y que mis ojos sigan poniéndose cada vez más húmedos hasta que liberen eso que siempre he contenido.

Pido que la oscuridad de la ciudad me abrace y que pasemos por pocos túneles, porque sólo iluminarían mi rostro asustado y lleno de lágrimas. No quiero poner en evidencia lo vulnerable que me encuentro. Busco un punto donde los espejos retrovisores de los dos no puedan verme e imploro porque no vean mi habilidad secreta: llorar en silencio. Entonces aprieto mis labios y siento un líquido amargo. Aunque me duele, no me detengo; haré lo que sea por distraer mi mente.

¡Plaf! Otro momento en el que mi cabeza casi choca con el techo.

Cuando los dos están en casa es más fácil, puedo ponerme en medio y pedirles que paren, pero ahora, ¿qué es lo que se supone que puedo o debo hacer?

Mamá amenaza con tirarse afuera si no se detiene. Me dice que haga lo mismo que ella y un rugido sale de la boca de mi padre, para que luego volvamos a volar en el aire y después frenemos de golpe.

Listo, sobrevivimos otra vez gracias a mis súplicas. El resto del camino ya no hay de qué preocuparse, sólo que nadie nos rebase.

Más sobre Ventana Interior

Ordenar mi Cuarto

Ordenar mi Cuarto

Por Ilse González Morales
Dentro del desorden, siempre hay un orden

Leer
Tiempos fríos

Tiempos fríos

Por Ricardo Torres Orozco
En espera del taciturno respiro

Leer
El eterno sufrimiento de una mente con recuerdos

El eterno sufrimiento de una mente con recuerdos

Por Mel Saldívar
Una vez más el amor… o lo más cercano a ello…

Leer
Resplandor de pupilas ligeras

Resplandor de pupilas ligeras

Por Nahui Pantoja
…algún día germinarán las semillas que sembraste en mi, lo veo en tus ojos

Leer
Vestido amarillo con cuello blanco

Vestido amarillo con cuello blanco

Por Víctor Rodrigo Muñoz Ocampo
Tantas historias de amor que terminan con una tragedia…

Leer
“Utilizar el arte para visibilizar la lengua”: Josué Maychi

“Utilizar el arte para visibilizar la lengua”: Josué Maychi

Por Ethan Balanzar
¿Cuál es el futuro de las lenguas indígenas en el cine?

Leer

Deja tus comentarios sobre el artículo

Tortura sobre ruedas

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

11 − 11 =