Colegio de Ciencias y Humanidades. Plantel Naucalpan
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Muchas ocasiones se ha oído hablar sobre las modas, otras se han seguido y siempre se vive y vivirá con ellas. Pero una moda sólo sucede por un periodo, las modas son pasajeras, ¿la salud mental es pasajera?
¿Querer sentirse bien es una moda?
Últimamente se juzga a las nuevas generaciones por su manera de ser, aunque una parte de lo que hacen sí es moda, hay otras que no lo son. La salud mental no es una moda.
Hace muchos años ir a terapias, hablar con un terapeuta o psicólogo estaba mal visto, no, locos no se estaba. A los padres no se les podía hablar del todo sobre cómo se sentían, era muy raro escuchar sobre ansiedad, depresión, amor propio y la dependencia emocional. Con el paso de los años esto comenzó a verse más normal, hablar y recibir consejos de un experto en la salud mental es muy bueno. Aunque, sigue habiendo personas que lo ven mal y son las mismas personas que no están bien.
Claramente todos los sentimientos, emociones y trastornos son consecuencia de algo, gran parte de ellos son las presiones. Comenzando por la familia, hay diferentes tipos de familias, pero en todos hay alguna presión. Puede ser por tener las mejores calificaciones, por ser el que tiene más logros, presión porque los padres te quieren ver casado, presión por ser el/la “mejor hijx”. En los amigos, presión a consumir alguna sustancia, ir a fiestas, tener novix, a tener sexo, a realizar algún reto. En la escuela, se presiona por realizar tareas, por no reprobar exámenes ni materias, en muchas ocasiones no se aprende nada porque lo único que importa es la calificación, presión a tener que socializar.
Y si se juntan todos estos problemas, nos daremos cuenta de por qué existe tanto estrés, ansiedad, depresión, etc. Muchas veces hay más cosas negativas que positivas. ¿Y cómo se resuelve esto? Sí, se puede hablar con alguien sobre cómo se sienten, tal vez escuché y dé un consejo, pero no se sabrá del todo resolver el conflicto. No se sabe si realmente lo que se cree que afecta es lo que esté afectando.
La ayuda de un psicólogo es muy importante, ayuda a conocer más, a resolver los conflictos, a saber enfrentarlos, manejar las emociones y sentimientos.
La adolescencia, es una etapa muy complicada, hay días que se sienten bien otros que no son soportables, días que encantan vivir o días que se sienten muy apagados, a veces se siente que nadie entiende. En algunas ocasiones se siente mucha confusión y eso más las presiones con las que se vive día a día, se convierte en un caos. Y es muy importante saber sobrellevar estas situaciones.
Muchos tenemos el privilegio de poder acudir a terapia y mejorar. Entonces ¿es derecho, moda o privilegio?
Es un derecho, en el artículo 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, dice que se tiene derecho a una salud mental, pero no todas las personas lo ejercen.
No es una moda, la “generación de cristal” no puso esto de moda, comienza a existir más amor propio y por ello es que se habla más de cómo se siente, esto no es algo reciente pues ya se hablaba desde hace mucho tiempo, aunque no era algo tan común de escuchar, ahora este derecho es más ejercido.
Y un privilegio, también lo es pues a pesar de que es un derecho no todas las personas asisten a terapias, algunas por miedo a ser criticadas, otras porque lo siguen viendo mal o porque no cuentan con los recursos.
Los miedos e inseguridades tampoco son fáciles de manejar. Los miedos son causa de algún evento traumático o de cosas que pueden pasar en el futuro de las cuales se temen. Ningún miedo se debe minimizar ya que quienes sienten ese miedo, no es uno, no se puede criticar. Se podría comenzar a ser más empáticos y brindar apoyo porque el miedo parece muy pequeño, pero puede ser algo muy complicado para la persona, le puede generar diversas sensaciones.
Las inseguridades, no se crean solas, entre todos se crean. En la sociedad, en la familia, en los amigos, en la escuela. Hablando nuevamente de la adolescencia, en esta etapa también se crean muchísimas inseguridades, hay que saber amarse y valorarse. Algunos padres hacen comparaciones sin ponerse a pensar lo que sus hijos sienten, otros a través de sus regaños también crean inseguridades.
Y cuando se critica, también se crean inseguridades, tanto para la persona a la que se critica como para los demás, porque se cree que eso no está bien y que si ellos lo hacen también se le criticará. Sí, se puede hablar y opinar sobre cómo es, se ve o que hace otra persona, pero no se debería, es su vida.
Se tiene que dejar de crear inseguridades, a ser más solidarios. Y sobre todo amarse, al hacer lo que digan, tendrá el valor que se le quiera dar y afectará tanto como se quiera.
Hablar de lo que se siente, de cómo se está, de qué se piensa, de qué se quiere, de qué hace sentirse bien y que hace sentirse mal, de los miedos, las angustias, de las inseguridades y de nosotros, es bueno. Se tiene que saber que el apoyo profesional no es malo, al contrario, es un derecho y deberíamos ejercerlo.
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