Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Oriente
Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Oriente
Todavía recuerdo la primera vez que lo hice. Una lata nada más, luego otra, otra y una más.
Al principio todos nos divertíamos y reíamos, a veces llorábamos y eso estaba bien.
Un día dejamos de ser todos y empecé a ser solo yo.
Una botella nada más para concentrarme, luego otra, otra y un par más.
“Siempre estás tomando”
Empecé a alejarme de todos, ellos no me entienden y no saben que lo tengo bajo control, solo me estoy divirtiendo y disfrutando mi juventud.
Así que no paré.
Un par de latas y unas botellas, luego otras y luego no recuerdo. Solo sé que no paré, pero si hubiera querido lo hubiera hecho.
O eso pensé.
“Es que cuando tomas cambias”
Y decidí demostrarle a todos que podía dejarlo si quería, claro, después de un par de botellas más, el próximo mes, ya la otra semana, un día que caiga par, un día festivo y solo por un día.
Y no pude dejarlo aunque ya no lo aguantaba, no pude parar aunque estaba cansada.
Ya no me divertía, ya no éramos todos y ya no estaba disfrutando mi juventud, solo lloraba con una botella en la mano por sentirme infinitamente sola y culpable por no poder parar.
Todavía recuerdo la primera vez que no lo hice.
“No gracias, ya no tomo”
Y otra vez éramos todos divirtiéndonos y riéndonos. Y sí, a veces llorando, solo que esta vez ya no había botellas de por medio y al fin pude sentirme libre.
Por Alma Angélica Cardozo Chirino
Las cualidades extraordinarias de las personas que nos aman
Por Erika Villagomez Canell
No sabemos si esta pregunta sobre la muerte pueda ser contestada
Por Sebastián García Báez
Ese amor que consideraba tan cálido terminó por ceder ante la congelación, como un hielo…
Por Verónica Guadalupe Hernández Basilio
La personalidad se forma de algo efímero pero memorable…