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Esta ventana es para mirar dentro de nosotrxs a través del arte y la creatividad.
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Fernando Paleta | Pexels
Picture of Carlos Eduardo Albert Bustos

Carlos Eduardo Albert Bustos

Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón

Soy un estudiante de Relaciones Internacionales de la Fes Aragón, que le gusta expresar las ideas y pensamientos por medio de los cuentos.

Póker de corazones

Número 10 / JULIO - SEPTIEMBRE 2023

¿Crees qué los sueños son premoniciones?

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Carlos Eduardo Albert Bustos

Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón

Entonces, llegó el año 2020, un año nuevo de oportunidades. Artio se encuentra en su escuela tomando las clases de una materia que no considera relevante y peor aún con un profesor barco, ya que se tenían rumores de que ni siquiera revisaba las tareas que encargaba, por lo que a Artio no le importaba mucho la clase, además del hecho de que todos los estudiantes tenían siempre su vista en el teléfono, esto no ayudaba a que le interesara.

Su grupo de amigos, guiado por la actitud de la joven, tampoco hacían mucho esfuerzo por comprender lo que fuera que el maestro trataba de decir, así que iban a jugar cartas en donde nadie pudiera verlos, sin ninguna apuesta de por medio, solamente porque el “Uno” les parecía demasiado repetitivo y con la adrenalina de estar haciendo algo ilegal, sentían una explosión de emociones indescriptibles.

El viernes 13 de marzo de 2020 es el último día que le gustaría recordar a Artio, pues una enfermedad de aparente origen chino se había extendido lo suficiente como para ser una amenaza inminente. Así que, ese fue el último día que acudió a la escuela y aún en su memoria vive como le ganó a Julián, quien bajó confiadamente su joker y tres ases, formando un poker de ases y Artio, con su sonrisa burlona, desprendió cada una de sus cartas lentamente, diez de corazones, “Jack” de corazones, “Queen” de corazones, “King” de corazones y “As” de corazones.

Tras cada carta bajada podía ver el asombro de todos sus amigos y la preocupación de Julián de perder la última partida del día; hasta que llegó la hora de anunciar lo que tenía, ella con la sonrisa más inocente y despreocupada del mundo, dijo:

Escalera real de corazones.

La bulla de sus amigos comenzó al instante, durante el regreso a la estación de metro más cercana, todos hablaron de lo poco probable que es ver una escalera real. Artio, aún sin saberlo, sería la última vez que viviría momentos felices con sus amigos.

¡El Martes la revancha Artio!

Dijo Julián, con un tono retador y pícaro antes de que la puerta del metro se cerrara; esto es un reto que Artio jamás dejaría pasar, por lo que, entusiasmada, alcanzó a gritarle:

¡Ni con comodín me pudiste ganar!

Después de esto, Artio giró detrás de ella y cambió de dirección. Partió rumbo a Ciudad Azteca, aún le esperaban 40 minutos de camino, en los cuales estaría apretada, pero con sus audífonos y un poco de música, podía relajarse, pensar en otro tipo de cosas e incluso imaginar todo lo que haría el Martes.

Para Artio, huir de la realidad imaginando, le reconforta demasiado, pues en casa el único lugar que le da pertenencia es su cuarto, pues tanto su madre como padre trabajan todo el día y la casa se encuentra vacía todo el día. De vez en cuando la televisión del comedor la acompaña mientras come, pero ella sabe que desde que dejaron de pasar las caricaturas de su infancia, realmente ya no entiende mucho de lo que ve.

Después de degustar el manjar de su Maruchan de habanero con limón, hizo su tarea, pues prefería evitarse de problemas el fin de semana, a final de cuentas, tampoco le llevaba tiempo investigar un par de conceptos e ilustrarlos, mientras la música la acompañara, ella estaría bien.

Tal vez los conceptos no sean tan difíciles, pero si cada que intentaba hacer tarea, llegaba una notificación al teléfono, la revisaba y de pasó contestaba un par de mensajes, Entonces lo que pasa es que llega la noche, terminó un poco más tarde de lo esperado y subió a bañarse. 

Salió del baño, se puso su pijama, pantalón de cuadros negros y rojos, y una playera negra de manga larga, un poco holgada para tener comodidad y movimiento. Subió a su cuarto y cambió al canal de cartoon network. Gran estreno, era lo que decía el anuncio

“Boisis” era lo que se podía leer, mientras lo veía, llegaron sus padres, del ruido que hacían, Artio decidió subir el volumen de la tele; minutos después entró su mamá y le dijo:

Te vas a lastimar la vista de sólo estar viendo eso, no sé cómo no te mareas

Artio bajó un poco el volumen y le dijo que no se preocupara, con eso al menos se distraía. El programa trata de un oso pardo llamado Boisis, que capítulo tras capítulo trata de explicarse lo que ocurre durante la vida, con temáticas como: “¿por qué los amigos son importantes?”, hasta, “si no eres bueno en lo qué haces, ¿por qué sigues?” ciertamente recordaba un poco a “Flap Jack”.

Alrededor de las once de la noche, Artio programó la televisión para que se apagara. A la mañana siguiente, despertó con Messenger y WhatsApp saturados de mensajes de sus amigos, todos estuvieron hablando en la madrugada de la cuarentena que se había levantado.

Estar todo el día en casa, encerrada en su cuarto sin ver a sus amigos parecía algo inimaginable, pero, así transcurrió el fin de semana, con mucha incertidumbre, preocupaciones y sobre todo el miedo a lo desconocido, que permanecía tan latente en toda la sociedad.

En la mañana del martes, Artio desayunó cereal con leche y se llevó un par de galletas de canela a su cuarto, para así ver la televisión, la prendió buscando que ver, llegó a cartoon network vio que el show estaba en su intro, una explosión de un panal de abejas, que salpicaba toda la miel en un árbol, se alcanzaba a formar el título del programa con la miel, Boisis segundos después, tomó la miel del árbol con sus garras y comenzó el programa.

El episodio de ese día trató de cómo Boisis jugaba con sus dos amigos del bosque; Urobo el zorro y Gox el conejo. Boisis ganó un juego de adivinar quién había comido más galletas de canela, el que hubiera comido más, recibiría un castigo, algo por estilo, comprar un paquete más de galletas y que se compartiera entre todos.

Boisis comenzó a mencionar y adivinar; Urobo 10 galletas, Gox 15 galletas, de pronto volteó a la pantalla y dijo

Artio, 20 galletas

Esto impactó a la chica, había dicho su nombre y el paquete que se había comido sola, tenía exactamente 20 galletas. Tras esto Artio desconectó de la corriente la televisión, no estaba entendiendo lo que pasaba.

Tras una semana de no ir a clases, Artio perdió su ciclo de sueño natural, por lo que dormía de día y hacía una que otra cosa de noche. Fue aquí, en una noche particularmente fría y silenciosa, donde ella bajó en la madrugada a asaltar el refrigerador, se preparó una torta con todo lo que encontró

Si cabe en un bolillo puede ser una torta

Después de cenar, ya con el estómago lleno, se disponía a subir a su cuarto, pero antes debía pasar por la sala. Para no tropezar usaba la luz de su celular, tapándola un poco con su dedo para no llamar mucho la atención, es aquí donde, del reflejo de la televisión apagada, pudo ver detrás de ella a Boisis, volteó rápidamente y al no ver nada, salió corriendo hacía su cuarto, se encerró con seguro y se mantuvo en vela el resto de la madrugada.

Una tarde, mientras vio a sus padres salir a hacer la despensa, decidió inspeccionar minuciosamente la televisión de la sala, mientras lo hacía, se encendió la televisión de su habitación, se escuchaba sólo estática. El miedo la tenía abrumada, así que decidió subir escalón, paso por paso, lentamente, mientras el sonido de la atmósfera era la estática de un canal no sintonizado.

Decidió evitarse problemas y la apagó al llegar, en el oscuro reflejo de la pantalla, pudo ver claramente a ese oso parado en dos patas, alto, café, encorvado y mostrando las garras. Se encontraba en posición de atacar y Artio sólo pudo quedarse quieta del miedo; Artio con los ojos cerrados solo pudo sentir como el oso pasaba justo en su espalda una garra y un objeto delgado pero que aún así se sentía  filoso.

Artio, Artio, sigues sin entender quién eres, le temes a lo desconocido, a la incertidumbre, pero aún así, no haces nada para enfrentarla, te quedas pasmada del miedo y esperas que todo pase, pensando que así se resolverán las cosas.

Artio escuchó el sonido de las llaves en la puerta y al instante dejó de sentir las garras en su espalda, pero aquel objeto delgado, permanecía en ella la molestia. Durante la madrugada tapó la televisión con una cobija que tenía por ahí, ya solo podía usar su celular para no aburrirse.

Mientras escuchaba música en la penumbra, a altas horas de la noche, su teléfono se reinició, al instante lo tomó y con una leve molestia insultó y golpeó ligeramente a su celular.

No te enojes Artio, siempre puedes afrontar tus emociones de distintas maneras.

Fue el sonido proveniente de la televisión cubierta

Por favor déjame verte, tú amigo Boisi no quiere hacerte daño. Está muy oscuro aquí y tengo miedo, esto no te lo haría a ti.

Artio se levantó rápidamente de la cama y encendió la luz, de lo rápido que actúo y tras las horas que llevaba acostada, sintió un ataque de vértigo, entre su mareo y visión nublada pudo ver como debajo de su cama salía Boisi y le dijo:

Si quisiera hacerte daño ¿hubiera salido hace mucho tiempo, no?.

Era la primera vez que se veían frente a frente, Artio cayó al suelo, estaba asustada y se sentía vulnerable. Ella se había desmayado; no le fue posible describir totalmente los rasgos del oso, pero al despertar ya no estaba en su cuarto, se encontraba en un lugar sumamente gris, pero que por los paísajes sin duda era el mundo de Boisi.

No te preocupes niña, sé lo que sientes, también puedo sentirlo, este mundo late por ti, no lo alteres más, nos lastimas tras cada acción. Lo que ocurre en tú vida, no es posible controlarlo, pero sí puedes aprender a dominarlo.

Tras estas palabras, el color de los objetos comenzó a volver lentamente, entre palpitaciones el mundo se iba formando, era como si fuera un corazón bombeando sangre a cada parte del cuerpo.

Boisi retiró de la espalda el objeto que tenía incrustado, era un As de corazón.

Cada vez te vuelves más consciente de la realidad, no debes cargar con más preocupaciones de las que ya tienes, el mundo cambia con o sin nosotros, nunca lo olvides.

Artio despertó sudorosa en su cama y pegó un grito al aire, su padre, fue lo más rápido que pudo al cuarto, le preguntó a su niña si todo estaba bien, la abrazó y le dijo lo siguiente:

Tranquila, los sueños y las pesadillas sirven para darle sabor a nuestra vida.

Su padre se marchó de la habitación tras darle un beso en la frente y le dijo que bajara a desayunar, pues habían preparado su comida favorita, enchiladas suizas. Ya no sentía ese dolor en la espalda. Le habían arrebatado el corazón.

Artio sabía que aún había dentro de ella, un Póker de corazones, latiendo e impulsando cada movimiento que ella hiciera.

Años después, el sueño se cumplió y una de sus pesadillas la alcanzó. Consiguió graduarse de su carrera universitaria, junto con su madre lo celebraron entusiasmadas, dentro de sus dedicatorias, incluyó a su padre, quien había fallecido durante la pandemia.

“A quien me enseñó que del abismo puedo soñar con el cielo”

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