Escuela Nacional Preparatoria Plantel 9
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Como has leído, no estoy, y me encuentro seguro de que no he estado y no estaré. Tampoco estuve mientras pensaba en el tema sobre el que me gustaría escribir. Y tú, querido lector, no has estado y es posible que ni siquiera te hayas dado cuenta
Actualmente vivimos en una sociedad de memorias y pensamientos; siempre viviendo nuestro pasado y pensando que haremos de lo que nos queda por vivir, pero nunca en el presente.
Yo, por ejemplo, no soy alguien de muchas palabras, así que recurro continuamente a mis pensamientos para pasar el día; haciendo escenarios o interacciones ficticias, entre otras cosas. Por lo tanto, no estoy la mayoría del tiempo. Inclusive mientras escribo las palabras que lees en este momento, no me encuentro completamente consciente de mis palabras, ya que me preocupo por si este texto será del agrado de alguien o por si este será mejor que el anterior.
Tú, lector, al leer esto seguramente te distraigas con las cosas y pensamientos que te rodean, alejándote cada vez más de lo que solías hacer, hasta que algo que te vuelva a hacer consciente suceda y vuelvas a leer.
Así de simple es: la conciencia humana siempre se ha encontrado más allá de lo que su cuerpo físico puede estar. Como especie, es increíble nuestra capacidad de no estar totalmente presentes durante la mayoría de nuestra existencia, eso nos ha ayudado a avanzar (hacer invenciones, reflexionar sobre nuestras acciones, filosofar y demás). Sin embargo, como individuos que nos consideramos, la dualidad de esta capacidad es bastante notoria, vivimos tiempos futuros y pasados, no somos conscientes de nuestro contexto regularmente, y como consecuencia, no disfrutamos apropiadamente nuestra supuesta presencia; pero por otro lado eso nos permite mejorar nuestra forma de actuar en base a nuestras vivencias, nos permite planificar, anticipar, etc.
Como ya fue mencionado, nuestra ausencia nos hace disminuir lo que disfrutamos de la vida, y pasa diariamente, sin embargo, ¿está realmente mal? Recordar nos puede brindar toda clase de sentimientos, y el exceso de futuro nos brinda ansiedad, considerar qué haremos con nuestras vidas o que consecuencias tendrán nuestras acciones. ¿Es incorrecto? pues ya habiendo planteado estos puntos, clasificar esta capacidad nuestra como buena o mala queda fuera de discusión, ya que es algo muy contextual.
Esto más que nada es una reflexión sobre lo mucho que vivimos en otras situaciones, en vez de concentrarnos un poco más en el presente. Es un problema que yo considero con el que muchos, incluyéndome, nos sentiremos identificados.
Ya que esto es característico del ser humano, ¿qué más nos queda? Mirar al abismo y dejar que este nos mire de vuelta, debemos aceptar nuestra realidad a pesar de lo complicada y frustrante que puede llegar a ser. Solamente empeñémonos en dedicar el debido esfuerzo a cada situación, y tomemos una cucharada de conciencia.
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