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En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
ROGELIO MORALES /CUARTOSCURO.COM
Gerardo Sánchez Valencia

Gerardo Sánchez Valencia

CCH Azcapotzalco

¡¿Mi generación se ofende por todo?!

Número 3 / OCTUBRE - DICIEMBRE 2021

Existen mentes de cristal en cada generación

Gerardo Sánchez Valencia

Gerardo Sánchez Valencia

CCH Azcapotzalco

Estamos a nada de que termine el semestre y con ello, mi estrés se desvanece. Ahora, en lo único en lo que pienso es en divertirme. Una de las formas en la que me entretengo es mediante tiktok’s, videos cortos de no más de 59 segundos. Sin embargo, nunca falta el ofendido, perdón, quise decir, le ofendide, que hace berrinche por todo.

Y es que si, por todo nos ofendemos, Mientras a un grupo le parece gracioso cualquier cosa, a otro le duele, como si lo hubiesen herido con una bala.

Pero ¿por qué nos ofendemos? -Y sí, esta pregunta engloba a todos-. Todas las personas estamos forjados por alguna ideología, sea cual sea, es un hecho que todos contamos con una. Sin embargo, muchas veces ésta se ve cuestionada, y es ahí donde nuestra mente reacciona; podemos ser pacientes y ponernos a cuestionarnos o, simplemente, como la mayoría de las veces ocurre, ponerse a llorar porque hay alguien que piensa lo contrario.

Y todos lo hemos experimentado, solo recuerda la vez que tus padres criticaron tu forma de vestir y te enojaste con ellos, o cuando te burlaste de las creencias religiosas de tus tías y como no les pareció, te dejaron de hablar durante el resto de la reunión familiar.

Pero regresando a la premisa, ¿mi generación, “la generación z”, ¿es la qué más se ofende?, ¿es la qué menos aguanta? Pues sí y no.

He de admitir que soy un joven que frecuentemente se cuestiona lo que pasa en su entorno, me deconstruyo. Viajo al pasado y digo, -¡wow! ¿es enserio?, ¿en verdad que decía eso?-. Y así como yo, hay millones más. Ya no estamos atados a lo que diga la mayoría. Bueno, más o menos. Pero ¿por qué más o menos? Pues, existen chicos que se sienten con el poder de juzgar a los demás, y clasifican su forma de pensar como la verdad absoluta, la intachable y, obviamente hay gente que no le parece lo que dice y empieza a reclamar. Y así, vemos un lago de gente ofendida, reclamando por qué uno dijo esto, pero aquello eso y un cuento sin nunca acabar.

Ahora ¿por qué no nos ofendemos más? Recordemos que los “archirrivales” de mi generación (1995-2010) son Los Boomers (1948-1968), la generación X (1969-1980) y los Millenials (1981-1994).

Bueno, lo que pasa es que no nos ofendemos de lo mismo. Es decir, a mi me da igual que una mujer vista con faldas cortas o que no se rasure, no me importa que los hombres tengan el pelo largo o que usen maquillaje; la mayoría de los boomers salta si ve o escucha estos ejemplos o algo parecido.

No empiezo a insultar a alguien porque prefiere escuchar reggaeton o pop en lugar del rock.

O también, no me enojo porque se hizo un remake de una serie o película y, por ende, el estilo cambio, y digo maldiciones que porque me arruinarón la infancia; o no me ofendo porque incluyeron a un personaje que no es heterosexual, y empiezo a decir que la introducción se siente forzada. Así de ridículos se escuchan los millenials que se quejan.

Y así como surgen críticas de las demás generaciones, en la mía existen de igual manera, claro tontas como las anteriores. Por ejemplo el activismo de cualquier lucha, claro que siempre y cuando sólo sea postear en tus redes sociales una imagen que haga referencia a una postura, de lo contrario, no eres acreedor a llamarte “defensor” de la lucha, sin importar cualquiera otra acción que hayas cometido por la causa. Si no publicas alguna imagen, no puedes ser activista.

¿Queda claro? Ninguna generación es en específico, “la generación de ofendidos”. Todos se ofenden por algo. Además, es estúpido pensar que, por una persona que se quejó de cierta situación, ahora todas las personas de su edad piensan de la misma manera.

Por ejemplo, los jóvenes de mi rango de edad son unos viles machitos, con pensamientos misóginos y machistas o bien, adolescentes con una vida completamente de espiritualidad,  estos son claros estereotipos de otra generación, o adultos mayores.

El año de nacimiento de cualquier persona es un dato meramente vago, si pensamos que en ello podemos designar las convicciones que posee una persona. Imaginemos a dos personas que nacieron en 2010, una de ellas es mujer, en un país desarrollado, tal caso como Estados Unidos, en una familia acomodada; la otra es un hombre, en un país en vías de desarrollo, Siria, hijo de padres pobres. Quizá, la primera gozó de educación de calidad, a diferencia de la segunda persona. Vivieron escenarios completamente distintos, a pesar de ser de la misma generación.

Es así, que pertenecer a una generación no sirve de mucho para realizar un análisis si no se toma en cuenta que dentro de una misma generación hay diferencias, tales como, clase social, país, cultura etc. Por ello, cuando se enojan con “los ofendidos de la nueva generación”, se enojan con dos o tres grupos que hicieron una pugna, de algo que les pareció ofensivo.

En resumidas cuentas, no existe “la generación de cristal”, lo que existen son mentes de cristal en cada generación, mentes que no llegan a comprender que no todos piensan igual a ellas.

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