Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Sur
Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Sur
Esta es quizá, otra historia de tu vida o de la mía, o de la nuestra, pero aclarar eso no importa ahora, pues al final, siempre terminamos siendo una sola persona.
Comencemos este relato con el insistente golpeteo de mis latidos que me sofocaba mientras tenía la mirada fija en la nada, en este momento, solo podía temerle a lo que mi mente gritaba, ya que su voz, su voz era el sonido de la angustia, tan suave en su melodía que podría hasta desaparecer con el viento, sin embargo, era lo cruel de sus palabras lo que me atrapaba en mi interior, donde solo estaba yo rodeada de temores y pesares de los años. En la noche era quizás algo común que su voz me acechara, pero la soledad en la que me hallaba en aquel instante había abierto la puerta que me protegía de no caer en el abismo.
En otros tiempos pude haber llamado a alguien, pero ahora… ahora ya no podía, me encontraba tan sumisa ante mis pensamientos que podría afirmar, mi garganta ya no conocía los sonidos de mi alma pues los dueños de mi mente hicieron exclusivo de mi cuerpo todo el dolor que en algún momento he de haber sentido.
La angustiante voz que mi mente emitía. iba quebrando mi ser día con día, mis suspiros ya no seguían un ritmo, todo se había cerrado solo a mí y escapar era un deseo imposible, dejar que todo termine así podría ser muy fácil, pero aquella parte de mi alma que los miedos aun no podían alcanzar me pedía salvar mi vida recordándome lo que alguna vez sentí propio, sin ningún tormento ni distorsión de mi tiempo.
Por Armando Arteaga
Cuatro pasos infalibles para lograr la misiva perfecta
Por María Esther González Paredes
De las fronteras entre el cuerpo, el otrx y el universo
Por Diana Laura Yáñez Toro
Sobre el amor a las abuelas y las amistades que duran toda la vida
Una respuesta
Wow que increíble forma de expresar lo que muchas personas pasan.