Escuela Nacional Preparatoria Plantel 9
Escuela Nacional Preparatoria Plantel 9
El ser humano se guía por la vista, todo lo que vemos nos ayuda a crear una expectativa de las cosas, desde la comida, los edificios, los anuncios y hasta las personas. Filtramos de forma automática e inconsciente las cosas que en nuestra sociedad tienen un valor, es decir, las que reflejan un estatus económico, poder y atracción física.
En nuestro tipo de sociedad, las y los individuos que poseen o aparentan un estatus social más alto reciben un trato diferente, en la mayoría de los casos en su beneficio. ¿Has notado que cuando sales a la calle la gente te trata diferente dependiendo de tu aspecto?
Esto es algo que afecta a las juventudes en muchos aspectos, el pedir un trabajo por ejemplo, se ha vuelto un reto para nuestra generación, por no cumplir con ciertos “estándares” no son contratadas en algún empleo, ya sea por el color de piel, el peso, la estatura, los tatuajes, piercings, vestimenta e incluso nuestra forma de hablar, como consecuencia no se toman en cuenta las aptitudes laborales de un individuo y la atención se dirige hacia su apariencia.
Si bien, muchas empresas buscan mantener una imagen, no quita el hecho de que se tiene un estigma hacia las personas que se salen de los esquemas y eso impide que los espacios laborales se vuelvan más incluyentes.
En el ámbito escolar también se trata diferente a los alumnos por la forma en la que se expresan a través de su vestimenta.
La vestimenta es algo que desde hace tiempo empezó a tomarse como una forma de expresarse y que ahora es parte de la identidad de muchos jóvenes, llegando a ser utilizada para expresarse artísticamente o protestar, dejando de lado los estereotipos como que cierta vestimenta es para hombre o para mujer. Esto muchas veces conlleva a malos tratos e insultos, porque en nuestra sociedad si no vistes de una forma “apropiada” y no encajas en los estereotipos, eres menos que los que sí entran en el esquema.
Lamentablemente, el aspecto físico influye en el trato que se recibe. La autoestima es perjudicada por las expectativas impuestas sobre la vestimenta, el color de piel, el peso y la estatura.
La autoestima es lo más importante en el desarrollo personal, influye en la seguridad que tenemos sobre nosotros mismos para lograr las cosas y para proponernos hacer esas cosas. Si a lo largo de tu vida creces con la idea de que por tu aspecto físico eres menos, claramente tu autoestima se verá afectada y por lo tanto tu entorno también.
En México todo lo anterior normalmente tiene un trasfondo más clasista, un país donde es más fácil alcanzar tus objetivos según tu poder adquisitivo y en el que se ha normalizado demasiado el hecho de tratar mal a las personas por su apariencia, un país donde si eres blanco y con palancas ya te asegura un futuro, pero si eres moreno y pobre, ni siquiera estudiar una buena carrera te asegura tener un futuro estable, y aunque lo tengas la gente te seguirá demeritando por no encajar en los estereotipos eurocentristas.
Todos los días en las calles ya sea que encajes en los estereotipos o no, puedes notar cómo el trato es distinto al de otras personas, desde ceder el paso, el cómo te atienden en los negocios, las miradas en las calles, o el trato en tu escuela ya sea de los compañeros, profesores o trabajadores.
Tampoco se trata de satanizar los estereotipos, está bien si te sientes cómodx en ellos, más bien se busca que los estereotipos no sean un impedimento en la libre expresión y desarrollo de las personas, que se respeten las diferencias entre cada uno de nosotros y se tome en cuenta su esfuerzo y no se juzgue por las apariencias.
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