Escuela Nacional Preparatoria Plantel 3
Escuela Nacional Preparatoria Plantel 3
Es bien sabido que a aproximadamente 800 metros en línea recta de mi preparatoria se ha creado un nuevo centro comercial, el más imponente, grande, nice, y no sé cuántos más adjetivos ruines le dan los trajeados inversionistas que crearon esta construcción.
Se supone que es lo mejor que le pudo haber pasado a mi prepa, o por lo menos eso es de lo que todos hablan, al fin y al cabo ya no les vamos a envidiar nada a los de la prepa 9. ¿Ellos tienen su plaza?, nosotros también; total, la nuestra va a tener el acuario más grande de Latinoamérica según lo que los volantes dicen, y será un nuevo lugar en el cual gastar el dinero que la mayoría de mis compañeros y yo no tenemos.
Nuestros profesores ya nos lo venían anunciando, también lo hacían las protestas de vecinos por la exigencia de una planta de bombeo para abastecer mínimo a las colonias: San Pedro el Chico, Ampliación San Juan de Aragón, Torres de San Juan, Salvador Díaz Mirón, Constitución de la República, entre otras. Esto nos lo hicieron saber en más de una clase.
Lo que hemos vivido desde que se ha inaugurado esta plaza es un constante caos. Por testimonios de compañeros, mínimo en un lapso de 2 semanas, se han avistado 2 atropellamientos y tráfico como no tienen idea. Un viaje de 20 minutos caminando, se hace en 30 minutos en coche, y para colmo, por temas de seguridad, no podemos hacer esos trayectos a pie, por lo que solo nos queda resignarnos al tráfico. Semáforos desfasados, mentadas de madres de coches, personas, ciclistas, y una que otra mirona que gira la cabeza de un lado al otro diciendo “No”, haciendo descargar su inconformidad con los hechos a su alrededor.
Sin duda por fuera atrae, pero esta cultura capitalista hace estragos en nosotros. Las ganas de ir a tomar una foto para nuestras historias de Instagram no cesan; esto lo saben todos los funcionarios, empresarios, arquitectos, y personas relacionadas con el centro comercial. Además, nuestra cultura nos hace ceder y ciega a la población ante estos problemas. Hablando de cultura impuesta, el gobierno de la alcaldía Gustavo A. Madero, no ha puesto ojo en la iluminación del camellón que se encuentra en frente de este centro comercial, algo de lo que se quejan las personas, pero sí ha puesto ojo en darle las facilidades a los empresarios para construir una plaza, y permitir que el cascajo sobrante esté en abandono en este mismo camellón, en el que cabe decir, pusieron unas plantas de lavanda las cuales hoy en día están sequísimas.
Desconozco sobre el proceso de estudio de construcción de un centro comercial, pero a mi ser más pensante no le cabe en la cabeza la razón de hacer la entrada principal en una avenida de dos carriles para coches. Sin duda me parecería mejor –aunque utópico– dos carriles para autos, uno para bicicletas, y otro para el metrobús, juntaría un trío perfecto. Sin embargo en la Ciudad de México, que es una de las ciudades con más congestión vehicular del mundo, hace que de este lugar de no más de 1 kilómetro a la redonda, sea un verdadero tránsito importante de gente.
A más o menos 320 metros de esta construcción, y a 1 kilómetro de la Escuela Nacional Preparatoria 3, se encuentra un parque lineal, que más bien parece camellón, de unas 5.9 hectáreas, de casi puro bosque, y dentro de él, se encuentra una gran cantidad de biodiversidad; ejemplares de eucaliptos de casi 100 años, pirules de una edad mayor a 50 años, pinos, y muchas especies más. Entre su fauna urbana se encuentran ardillas, palomas, cuervos, y el principal atractivo de allí, una especie de perico; el perico monje, una especie de perico que en un momento determinado fue liberado en este lugar y al no ser una especie originaria de México, se han reproducido tanto, que rondan en toda la colonia.
¿La lucha sigue y sigue?
En un comentario sobre este suceso en la colonia San Pedro el Chico, un vecino comenta:
–Yo viví en San Pedro el chico, norte 80 A en los años ochentas. Pero de niño, hace unos 45 años, en ese camellón llegaban a dormir muchos zopilotes. Un espectáculo impresionante. Me tocó ver y estar en el verdadero Río de Guadalupe. Mucha agua.
Siempre que mis abuelos me contaban sobre que antes había un río en tal lugar, un árbol gigante en aquel, un bosque en otra parte, o el famoso “aquí antes era puro cerro”, me preguntaba: ¿cuándo fue que desapareció esto?, ¿por qué la generación de mis abuelos no habían hecho nada en aquel momento? Tal vez el niño que fui y que soñaba con vivir en el bosque no se imaginaba este suceso… y ahora lo vivo.
Debido a toda la insuficiencia de cálculo para construir este centro comercial, el gobierno, aún no se si de la alcaldía o de la ciudad, ha decidido ampliar esta avenida: “Quieren quitar la avenida desde Pelícanos hasta terminar Río de Guadalupe” dicen los vecinos. Pareciera una batalla entre el jefe Seattle y el hombre blanco, un niño contra un soldado, una flor contra una escopeta, la tierra contra el concreto. Mi generación está condenada entonces a ser víctima de empresarios millonarios y gente lamentablemente ignorante que prefiere una avenida a un bosque. A los abuelos ya no les quedan fuerzas para protestar, gritar, exigir, ¡ahora nos toca a nosotros! Las protestas no se han hecho esperar: denuncias, movilizaciones, reclamos, es lo que dicen las personas que han hecho, porque lo hacen, y quien diga que no, miente.
Un grupo pequeño de vecinos ha salido a protestar esto aunque tan sistematizada está nuestra cultura de consumo que los adultos normalizan la tala, la priorización a los autos que a las y los humanos. Sin embargo, los jóvenes no, esto se lo he comentado a mis compañeros y concuerdan conmigo, pues estamos hartos de ser víctimas de personas con poder, que no les importamos nosotros ni las próximas generaciones.
¿Somos acaso los condenados a morir de cáncer de pulmón, de enfermedades respiratorias, de hijos con microplásticos en la placenta? Con todo y que mi generación ya no quiere tener hijos para no traerlos a este mundo injusto, y con ello no dañar más el medio ambiente ya que no podemos ser más, contando los actuales 8 mil millones de personas.
Somos los hijos olvidados, los cristales que lloran, porque sí, somos la generación de cristal que se ha convertido en obsidiana ya, filosa, y peligrosa para los que atentan en contra de todos. ¿Por qué dejarnos convencer por empresarios y políticos? ¿Por qué no cuestionar y dejar de decir “sí”, y decir”no”?, total, ¿qué nos queda?
Las personas pueden o no estar de acuerdo conmigo, pero de algo a nadie le cabe duda, la lucha ambiental es nuestra lucha debido al despertar antisistémico de los jóvenes, y aún así esto sea un ciclo, ya que los jóvenes reprimidos del 68’ y 71’ estarían con nosotros, así como ellos fueron reprimidos, nosotros lo estamos siendo, afortunada o desafortunadamente sin violencia, pero somos reprimidos: ideológicamente, sutilmente, terriblemente.
No obstante esta sigue siendo nuestra lucha; eso es, un ciclo, ya lo decía Salvador Allende: “Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica”, así como el combate en contra del sistema patriarcal de las mujeres, todo aquí es antisistémico… “¡oh patria! tus hijos te juran”.
Aún condenados a salvar a lo poco que queda, lo hacemos con pintura en aerosol, cartulinas, papeles, afrentas, gritos, llantos, protestas, exigencias y con un solo objetivo: dejar de pertenecer a un sistema que prefiere el dinero antes que otra cosa, cansados ya de vivir en contingencia, en caos, pedimos solo una pizca de naturaleza, porque en lo próximos años, se puede convertir en un lujo, que tal vez cueste mucho dinero, que probablemente los estudiantes de la prepa 3, no podamos pagar, sin embargo, tuvimos la oportunidad de disfrutarla, por lo menos unos meses, unas semanas, unos días, unas horas, un momento. Aún no logro comprender si la lucha sigue.
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Una respuesta
Muy bien escrito !! Y dicho de la mejor manera , se nos acaba el tiempo en este planeta .