En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
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Cristina Elizabeth Victorino Rivera

Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

Soy estudiante de sociología. Me gusta escribir sobre las cosas que me gustan con un lente sociologico y critico.

¿La moda es cíclica por nostalgia o por distinción?

Número 14 / JULIO - SEPTIEMBRE 2024

La moda Y2K está mucho más cerca de lo que creemos, pero también sus

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Cristina Elizabeth Victorino Rivera

Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

¡El Y2K está de vuelta!, los pantalones a la cadera, los “pijojitos” en los cabellos y los mini bolsos. No solo las tendencias de los 2000´s están regresando poco a poco, de la misma forma lo están haciendo las tendencias del 2014, y eso se notó con los outfits que vistieron los asistentes al festival Coachella este año. También ha regresado esa tendencia a la extrema delgadez que caracterizó el “heroin chic” de los noventa y a la primera década del siglo XXI. Todas estas tendencias son prueba de que la moda es cíclica.

Hemos escuchado muchas veces esta frase, pero pocas veces nos explican por qué; ¿será por qué nos aburrimos?, ¿será por qué lo viejo es más barato?, o ¿Por qué queremos reutilizar?, ¿Nosotros somos quienes eligen cuándo volver a lo viejo? En este escrito explicaremos por qué la moda es cíclica y nos daremos cuenta de que más que un asunto de nostalgia, esta es una situación de distinción de clases. Nos centraremos en la moda de los cuerpos para explicar este fenómeno.

Para empezar, ¿qué es la moda? Para el sociólogo alemán George Simmel la moda es la imitación de un modelo dado que satisface la necesidad de generalizarse con nuestro grupo social y la de destacar nuestra individualidad con la gran variedad de modelos que se nos da. Esta acción nos da la certeza de no encontrarnos solos en nuestros actos y no se puede escapar de ella, es seguirla o rechazarla (Simmel, 1934).

Simmel también nos dice que ninguna moda es eterna. Son dos las circunstancias que van a regir que tan duradera es una moda: que pueda cumplir la función de unir y diferenciar clases, y el ritmo de vida de las sociedades.

Para este autor las modas son siempre modas de clase, “las modas de la clase social superior se diferencian de las de la inferior y son abandonadas en el momento en que esta comienza a apropiarse de aquellas.” (Simmel, 1934), para que las modas puedan ser apropiadas por clases inferiores tienen que expandirse, pero al momento de expandirse pierden su función de diferenciar y por eso terminan siendo abandonadas, además, el que las clases inferiores se apropien de las modas de la clase alta se explica porque estas casi siempre aspiran a ascender y porque a estos grupos les resulta más fácil igualarse a las clases altas mediante la moda que tratando de alcanzar su poder económico.

El ritmo de vida de las sociedades modernas es muy acelerado y a esto hay que sumarle una sensibilidad mínima de los individuos debido al gran número de estímulos al que los están expuestos. 

Por estas razones las modas en nuestra sociedad serán efímeras, ya que lo que les importa a las clases altas es economizarse, en consecuencia, se crearán varios modelos a imitar en un tiempo muy corto, aprovechando los medios mínimos que se tengan, de ahí la explicación de por qué la moda siempre recae en formas anteriores (Simmel, 1934). Por eso es cíclica.

Empezaremos a analizar como la moda de los cuerpos va y viene dependiendo de las necesidades de la clase alta a partir de los años sesenta. En esta década el ejemplo a seguir fue una delgadez extrema. La modelo británica Twiggy fue la cara de la moda en esta década, una figura delgada con ojos redondos demasiado grandes y una estructura andrógina. Twiggy representaba algo completamente diferente a la tendencia de la década pasada, en donde el cuerpo con forma de reloj de arena de Marilyn Monroe fue la moda. (Vogue, s.f.). 

Con esta inclinación hacia la delgadez extrema llegaron centenares de productos para tratar de llegar a la moda: “La pérdida de peso, de hecho, se volvió en los sesenta un problema buscando una solución […] La gente empezó a darse cuenta que se podría llegar a ganar demasiado dinero haciendo que la gente intentará perder peso” (CBS, 2010) dijo Susan Yager, autora del libro “La dieta de los 100 años” en una entrevista para CBS en 2010. Simmel en su ensayo “La moda y lo extranjero” (Simmel, 1934), explica que en algunos casos se crean modas con la sola intención de que sean modas en el extranjero, algo similar pasó con esta obsesión hacia la delgadez, se creó una necesidad de la cual podrían sacar beneficio las clases altas.

Durante los años setenta y ochenta la moda fue tener un cuerpo delgado y tonificado, ya que con acceso a todos los productos para bajar de peso, las clases bajas pudieron acceder a la moda de los cuerpos delgados. Celebridades como Jane Fonda y Cindy Crawford fueron la regla a seguir (ambas mujeres de la clase alta). La primera en 1982 lanzó una colección de VHS en donde se mostraban ejercicios “aerobics” para lograr el cuerpo que la actriz tenía, se vendieron 17 millones de copias alrededor del mundo, así, Fonda tiempo sacó un provecho económico de la aspiración de tener un cuerpo como el suyo.

En esa misma década, fue cuando se creó la figura de las “super modelos”, mujeres que encarnaban la moda a seguir, su papel ahora iba más allá de modelar la ropa, eran la aspiración de cualquier fémina, sus cuerpos generaban envidia individualmente y aceptación en el público.

Después del gran éxito de los “aerobics” y de la aparición de las “supermodelos”, en los noventa siguió imperando la aspiración por la delgadez, pero ya no era una delgadez tonificada, ahora era una delgadez extrema. Kate Moss se volvió el modelo a seguir, un cuerpo sin curvas y con una apariencia descuidada (algo totalmente opuesto a la moda ochentera). A esta moda se le llamó “heroin chic”, pues nació en el auge del consumo de heroína en los Estados Unidos.

El origen de esta moda tiene varias explicaciones, por un lado, se confirma la teoría de Simmel sobre el retorno de las modas, ya que Riley John-Domel (director creativo de Surface, una revista que defendió esta estética) dijo “Esto siempre ha estado ahí, de Rimbaud a Baudelaire o Jim Morrison, se trata de ese mismo espíritu” (Benavent, 2016), los artistas que Riley menciona son emblemas de la década de los sesenta, década en la cual la delgadez extrema también fue la moda.

Por otro lado, se encontraban dos posturas desde la anti-moda (la acción de rechazar el ejemplo social): estaban quienes apoyaban esta corriente porque la consideraban una forma de rechazar la moda de los cuerpos atléticos de los setenta y ochenta., y en contraparte estaba Donatella Versace quien en el mero apogeo del “heroin chic” lo rechazaba porque no encontraba ninguna diferencia entre los drogadictos comunes y las modelos, o sea, esta moda no cumplía su función de distinguir entre clases. (Benavent, 2016)

Ya en la primera década del siglo XXI, la delgadez seguía siendo la moda, solo que ahora volvió esa obsesión por hacer ejercicio y tener una alimentación saludable que imperó en los setentas y ochentas, los ejemplos a seguir ahora eran estrellas pop como Britney Spears y Beyoncé.

En el año 2007 surgió una nueva socialité que marcaría los siguientes años. Kim Kardashian estaba tomando más relevancia gracias al reality show que documentaba el día a día de su familia, “Keeping up with the Kardashians”., poco a poco su cuerpo con curvas fue posicionándose como la nueva moda “La gente tomaba nota de ella e imitaba sus acciones y palabras” (Miller, 2022). 

Kim afirmaba que su cuerpo lo consiguió sin la necesidad de recurrir a alguna cirugía plástica, fue tanta su insistencia que en 2011 se realizó una radiografía para demostrar que no tenía ningún tipo de implantes, sin embargo, algunos expertos en cirugías plásticas afirman que, efectivamente, la socialité no tiene implantes en su cuerpo, pero si recurrió a otras intervenciones quirúrgicas para lograr su figura, intervenciones como el “Aumento de trasero brasileño” o BBL por sus siglas en inglés (Brazilian But Lifting).

La aspiración por conseguir este cuerpo con curvas llevó a varias mujeres a someterse la cirugía del BBL, en 2012 apenas se registraron 7,286 operaciones (The aesthetic society, 2012), para 2014 el número aumentó a 21,446 (The aesthetic society, 2014), entre 2015 y 2019 se registró un aumento del 90.3% en el número de intervenciones (The aesthetic society, 2019)  y los datos más recientes demuestran que en 2021 se llevaron a cabo 61,387 de estas operaciones (37% más que en 2020)( The aesthetic society, 2020).

No solo fueron cirugías, la familia Kardashian aprovechó al máximo esta moda para sacar algún beneficio económico. Khloé Kardashian fue imagen de varias marcas que vendían algún producto para lograr conseguir su cuerpo. Kim Kardashian creó su propia marca de fajas que pretendían moldear el cuerpo de quien las usará con el fin de imitar la silueta de la socialité.

Simmel en su ensayo de “Moda rápida y moda barata” (Simmel, 1934) explica que en cuanto más rápido se cambie de moda, mayor será la demanda por los artículos de esta, en consecuencia, se fabricaran productos más baratos, ya que al ser las clases inferiores la mayoría, su capacidad de compra masiva puede quitarles a las modas su función de diferenciar clases.

“Cuanto más deprisa cambia la moda, más baratas tienen que ser las cosas, y cuanto más baratas son estas, tanto más incitan a los consumidores para cambiar de moda tanto más obligan a los productores para crearlas.” (Simmel, 1934)

Una vez que el BBL se volvió algo más accesible, las clases inferiores pudieron apropiarse, así poco a poco esta moda de cuerpos con curvas fue expandiéndose y al mismo tiempo cayendo, ya que estaba perdiendo la función de diferenciar y de poner en ventaja a la clase alta., en consecuencia, fue abandonada por estas, cumpliéndose así la “tragedia de la moda”.

“La tragedia de la moda”, está en que este fenómeno es una contradicción, pues la moda busca expandirse para dominar a todo el cuerpo social, pero al momento de lograr su objetivo morirá, porque ya estando presente en todos lados perderá su función de diferenciar y unificar ciertos grupos, además la moda implica que solo participe una parte de la sociedad, mientras que otra parte solo busca alcanzarla, pero nunca lo logrará (Simmel, 1934).

La moda de los cuerpos con curvas ya ha muerto, por lo que ahora las clases altas buscan crear otra moda con los recursos que tengan a la mano. Estas clases optaron por volver a la moda de los cuerpos delgados que imperó en los noventa y en la primera década de los 2000. Es por eso que en las pasarelas de alta costura volvemos a ver a modelos extremadamente delgadas. Por eso las hermanas Kardashian han eliminado su figura con curvas y han empezado a tratar de sacar algún beneficio económico de la nueva moda. 

En conclusión, las clases altas siempre buscarán diferenciarse de las bajas y aprovecharán la aspiración de estas para sacar algún beneficio económico, por ejemplo, no importa qué tipo de delgadez fuese el que estaba en moda, para todas había un producto que ayudaba a llegar a ese cuerpo, pero en el momento en que sus modas ya no puedan diferenciarlos de las otras clases, las abandonaran y crearán otras nuevas con los recursos que tengan al alcance. Esto explica por qué motivo la moda es cíclica, pues es muy sencillo rehabilitar una moda que ha quedado en el olvido (Simmel, 1934), lo vimos con el regresó de cuerpos delgados y atléticos en la primera década de los 2000 y lo estamos viendo actualmente con el regreso de la delgadez extrema del “heroin chic” y del “Y2K” en 2024. 

Así que, la próxima vez que oigas decir que la moda es cíclica, ya sabes por qué y ahora tienes elementos para cuestionar y criticar su uso, pues el regreso a los 2000´s no es necesariamente porque extrañemos la época en la que teníamos dos años.

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