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Esta ventana es para mirar dentro de nosotrxs a través del arte y la creatividad.
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Gilemy Montiel Hernández

Facultad de Derecho

Soy estudiante de derecho y me interesa desarrollarme en la rama de derechos humanos; me gusta mucho escribir y posteriormente espero poder seguir compartiendo mis letras con otras personas.

La misiva del perdón

Número 5 / ABRIL - JUNIO 2022

Los besos se agotaron / de ser los clandestinos…

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Gilemy Montiel Hernández

Facultad de Derecho

No sé cómo empezar,

no pretendo justificarme.

Estoy aprendiendo a andar,

y ahora quiero retractarme.

 

Por las veces que hablé

estampándote mi ignorancia.

por las otras que te juzgué

violentándote con arrogancia.

>

Y por ser de “mente abierta”

opiné, rematando con un “pero”.

Ahora, la misiva palpita desierta

volando… buscando el encuentro.

>

El azul y rosado

se tiñeron de matices.

El amor se ha coloreado,

Eros arrancando las raíces.

— wp:paragraph –>

Los besos se agotaron

de ser los clandestinos.

Del amor ya despidieron

los alcahuetes Celestinos.

 

Llorándote te amé

 

Esa noche me acosté pensando en ti,

Sonriendo al recordar tus playas y tus

bosques, Sintiendo la pertenencia a tus

colores; Suspirando dentro de mí,

Sintiendo en mi pulso tus tambores,

Sonriendo al recordar el aroma de tus flores.

 

Te acaricié en mi mente,

Pensando en tu lago, en tu ajolote;

Y aprecie mi suerte,

Pensando en el valor de tu ahuehuete.

 

Y entonces recordé que mi amor por ti

A veces contempla un desvarío,

Cual madre amorosa

Mirando a su hijo corrompido.

 

Azotándome a la cara

Unas cifras inconclusas.

El hartazgo de mentiras

De tus promesas ya difusas.

 

Y te lloré

Recordando que la última vez que vi a Lucia,

Fue alrededor de un poste

Con la leyenda sobre su rostro

“Desaparecida”.

 

Y te lloré recordando

A mis amigos, que no llegaron ni a los 27;

A mis hermanas, que se sintieron cual

juguete; A las infancias, que solo abrazan un

machete; Al agrícola, que lo miran cual

“paquete”.

 

Y te lloré

Viendo que cada seis

veranos, Nos escupen sus

promesas, Recitando letras

muertas.

 

Y te lloré

La mirada cubierta con las manos;

Las garantías se encuentran

presas, Con las normas ya solo

reimpresas.

 

Y miro la shockeante: no armonía

Contradiciendo los discursos

El plomo, cumpliendo profecía.

 

Y esa noche,

Aun llorándote:

En mis venas yo te amé.

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La misiva del perdón

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