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Genaro Isaías Flores Paredes

Escuela Nacional de Estudios Superiores Plantel Morelia

Estudiante en la Licenciatura en Ciencias Ambientales en la UNAM ENES Morelia. Escritor con mas de 100 publicaciones y peleador de Artes Marciales Mixtas.

La fatalidad de lo absurdo

Número 11 / OCTUBRE - DICIEMBRE 2023

¿Qué une a la política con la muerte?

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Genaro Isaías Flores Paredes

Escuela Nacional de Estudios Superiores Plantel Morelia

Nunca se debe permitir que el desorden genere el orden

Maquiavelo

Todo acto en la realidad política tiene un trasfondo, un significado cuyo propósito se esconde en la diseñadas redes de la complejidad o en ciertas circunstancias, la realidad es tan brutal que se puede mostrar públicamente, y cuando el castigo de esta llega no hay queja que haga eco con su voz, pues las intenciones se mostraron desde un inicio.

Partiendo de esta premisa, podemos preguntarnos: ¿cuáles son los verdaderos propósitos de las acciones políticas de nuestra realidad material e ideológica? 

Todo aparato gubernamental es reflejo de dos vertientes: de la ideología de la clase dominante y de la estrategia de la mediación para con la clase dominada. Entendiendo al hijo se conoce al padre. Así, por ejemplo, podemos darnos una idea del nivel de racismo en el estado norteamericano observando el comportamiento del cuerpo policial del mismo, que no es poco.

Lenin, en su libro “Estado y Revolución”, define al estado tomando en cuenta los conceptos de Engels, de la siguiente manera: “El estado-dice Engels resumiendo su análisis histórico- no es en modo alguno, un poder impuesto desde fuera a la sociedad; ni es tampoco la realidad de la idea moral, la imagen y la realidad de la razón, como afirma Hegel.

El estado es, más bien, un producto de la sociedad al llegar a una fase de desarrollo; es la confesión de que esta sociedad se ha enredado consigo misma en una contradicción insoluble, se ha dividido en antagonismos irreconciliables, que ya es, impotente para conjurar. Y para estos antagonismos, estas clases de intereses económicos en pugna, no se devoren a sí mismos y no devoren a la sociedad en una lucha estéril, para eso hízose necesario un poder situado, aparentemente, por encima de la sociedad y llamado a amortiguar el conflicto, a mantenerlo dentro de los límites del orden. Y este poder, que brota de la sociedad, pero se coloca por encima de ella y que se divorcia cada vez más de ella, es el estado”.

La mediación de las clases se vuelve absurda y todo intento de discreción se precipita, cuando el estado cumple los caprichos más banales de la clase a la que sirve, de su amo. Así el látigo reptante arrebata las últimas gotas de agua al esclavo, recompensando su muerte con elocuencia y alguna que otra migaja de pan.

Tan indiferente es en muchas ocasiones, la relación que tiene el amo con su propiedad, que se olvida de apaciguar las llamas después de que ha usado el puño, mandando a otro tipo de sublevados a decir a los demás que están seguros y en resguardo bajo el regazo de su señor, siempre y cuando obedezcan y laboren hasta su último suspiro. En ocasiones en cambio, los corderos mayores solo son un constante recordatorio para la clase oprimida de lo insignificantes que son para con sus opresores, un constante recordatorio de que ni siquiera son dueños del agua que beben ni del frío piso en el que descansan.

Ahora pongamos las palabras anteriores en nuestra realidad práctica.

Es bien conocida la situación política de nuestro país, donde el mundo burocrático gubernamental (los mediadores) se pudren en una madriguera inimaginable de corrupción, mientras encantan con su elocuencia a las masas, haciéndolas creer parte del proceso que lleva el país como parte de sus métodos de manipulación y discreción ¿Pero hasta qué grado o hasta qué punto son capaces de disimular el verdadero propósito de su existencia? ¿Tienen realmente algún interés en disimularlo? Y si no es así ¿Hasta qué punto son capaces de llegar para satisfacer sus caprichos?

Podemos acercarnos a las respuestas de estas preguntas con el siguiente ejemplo.

El 17 de agosto del 2003, cuando el exalcalde panista de Toluca, Estado de México, Armando Enríquez Flores tomó protesta del cargo, anunció la construcción de un centro internacional de esquí en el Nevado de Toluca, proyecto que traería una inversión inicial de 100 millones de dólares.

Ahora analicemos ¿Qué circunstancias materiales deberían de existir para que esto fuese posible? ¿Con que argumento o base ideológica se propone? ¿Quiénes son las personas que lo proponen? ¿Quiénes lo apoyan? ¿Quiénes realizan este tipo de actividades?

Reflexionemos sobre la primera pregunta ¿Existen las condiciones materiales para dicho proyecto?

Como primer punto se debe decir que el esquí es un deporte de invierno y de montaña, en el cual se requieren espesores mínimos de nieve que ronden entre los 80 cm y 100 cm. Y aunque la temperatura media anual del nevado de Toluca sea entre los 2-12 C, realmente solo durante dos meses del año este se encuentra cubierto de nieve. Si solo durante este lapso existe la posibilidad de realizar dicha actividad ¿Cómo se planea pues, llevarla a cabo en los meses faltantes?

La burguesía es capaz de realizar milagros siempre y cuando brillan los rayos de luz de la ganancia a base de lo ajeno. La respuesta parece sencilla, haciendo su propia nieve.

Esto con ayuda de máquinas (cañones de nieve), donde el agua se impulsa a través de unas bombas y el aire comprimido mediante cañerías hasta los innovadores donde ambos elementos se mezclan de forma automática.

Ahora ¿Las personas que desarrollaron este proyecto son conscientes de la problemática de desabasto de agua que padece la población, la cual hoy en día ha aumentado un 60% debido a las actividades industriales que se desarrollan en la zona? ¡Claro que lo son!

Hagamos un acercamiento al gasto hídrico necesario para producir las condiciones adecuadas para llevar a cabo esta actividad. La cantidad exacta de agua necesaria para producir un centímetro de nieve artificial puede variar dependiendo de varios factores, como la temperatura ambiente, la humedad relativa y la configuración de nieve en particular. Sin embargo, en general, se estima que se necesitan alrededor de 100,000 a 150,000 litros de agua, para producir un solo centímetro de nieve (para poder esquiar son necesarios 100). A esto le tenemos que agregar diversas problemáticas como la tala ilegal controlada por una alianza entre el crimen organizado, el estado y diversos estratos sociales en un área natural protegida.

¿Qué argumento respalda el que se ignore la crisis de agua para apoyar este proyecto? El fabuloso cuento de la derrama económica, donde (según los mediadores) los ignorantes ejidatarios y las personas que viven en la zona tendrían mejores empleos laborando para el sector turístico y hotelero. ¿Esto es cierto? 

Anteriormente calculamos cuánta agua se necesitaría para cubrir los niveles mínimos de agua para poder esquiar. Esto es solo el gasto de un solo recurso, a esto hay que sumarle el costo de los aparatos (los cuales no son nada baratos), el transporte e infraestructura del agua, la electricidad y los gastos de mantenimiento. ¿Se entiende cuál es el negocio? 

El fin de este artículo no es exponer la naturaleza de los intereses económicos de quienes conforman el aparato burocrático gubernamental, eso está más que claro. Tampoco es desglosar todas las fallas e incoherencias del proyecto mencionado, el objetivo es dar un ejemplo de que hasta que grado los mediadores (apoyados siempre por sus amos y los intereses de estos) son capaces de llegar, hasta el punto de caer en lo absurdo.

El ejemplo anterior es banal, hasta podría compararse con un capricho infantil si se compara con lo que ha hecho la clase dominante a lo largo de la historia para salvaguardar sus intereses. Desproveer de agua a una comunidad solo es una caricia que se esconde bajo un puño de brutalidad. La burguesía es capaz de devorarse así misma si es necesario, de hacer nacer ríos de sangre si al final podrá sacar algo de valor de los huesos de sus víctimas.

Recordemos las campañas de exterminio en contra del pueblo Yaqui apoyadas por las empresas mineras, donde hombres, mujeres y niños eran cazados, asesinados o vendidos como esclavos, recordemos los desalojos forzados en tierras zapatistas donde las tierras ganadas fueron arrebatadas por el neoliberalismo y por las llamas que consumían las casas aún con las personas dentro.

La mediación de clases es un constante insulto para los oprimidos, una befa que excreta nuestra dignidad y escupe en nuestros rostros. Nos llaman ladrones por desear el pan que nos pertenece, para ellos somos poco más que un medio remplazable al que hay que mantener en las condiciones mínimas de existencia para exprimir hasta el último aliento de vida en la actividad de la producción material.

Nosotros no somos libres por no traer el peso de las cadenas en nuestros hombros, nosotros somos perros ante los ojos del amo, perros que pelean ciegamente entre sí, por el cariño de una fugaz caricia y la sobra de algún hueso, ciegos somos ante el hambre impuesta. Solo podremos llamarnos hombres cuando mordemos la mano que castiga y solo podremos llamarnos hombres libres cuando la cabeza del amo cuelgue gloriosa bajo la sombra de un mismo estandarte. Y entonces la sangre derramada ya no será la de nuestras madres e hijos, será el castigo de los justos, el castigo de aquellos que decidieron dar muerte a su condena.

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